La eliminación de los reembolsos por el puerto de San Antonio Este particularmente y de la Patagonia en general es otro golpe más a la economía provincial.

Ese porcentaje que incorporó reintegros prevenientes de la actividad de exportación frutícola, fue aplicado en su momento para, justamente promover la actividad portuaria. Las empresas recibían un 5 % del valor declarado ante aduana y un 7 por ciento adicional si la fruta salía por el puerto de San Antonio Este. Una cifra cercana en la actualidad a los 45 millones de dólares, tomando en cuenta los dos tipos de reintegros.

Lo más llamativo, o no tanto, es que no hace muchos días atrás, dos de los más altos funcionarios nacionales, Frigerio y Cabrera, le habían confirmado al vicegobernador Pesatti y a otros legisladores que los reembolsos se mantenían.

De acuerdo a lo informado se supo que el ministro Buryaille anticipó que los reembolsos serán reemplazados por una política de reintegro a las exportaciones para el sector frutícola, lo que es una cuestión secundaria por cuanto la existencia de los mismos era haber logrado una diferencia de competitividad con los puertos centrales, Bahía Blanca, Buenos Aires o Mar del Plata.

El puerto opera en todos los meses con exportaciones de distintos productos, como lana, jugos concentrados, vino, fruta de contra temporada, además de la exportaciones tradicionales.

Sus actividades generan 250 puestos de trabajo directo, 70 indirectos que se traduce en una suma cercana a los 70 millones de pesos que quedan en las localidades de San Antonio Oeste, Las Grutas y el Puerto.

Se había logrado que esos trabajadores no solo trabajaran tres meses con la fruta, sino que fueran sumando meses a la actividad y hoy estaban trabajando en pleno invierno cargando los “fibers” o barcos containeros, que luego recalan en Montevideo y desde allí salen al mundo.

La fruticultura nada tiene que ver con la exportación de otros productos diferenciados que también salen por ese puerto, como la importante salida de pescado de Puerto Madryn; entonces decir que se va a destinar al sector frutícola es una respuesta ambigua y carente de la responsabilidad que debe tener un hombre que llegue a semejante función.

Pero tratemos de entenderlo y pensemos que esa alícuota de reintegros puede absorber la reducción del porcentual de reembolso perdido, igualmente lo que se destruye es el movimiento portuario por la Patagonia, indispensable para la competitividad de la región, ante la histórica presión de las empresas que operan fundamentalmente en Bahía Blanca y Mar del Plata.

Pero lo peor de todo es que el gobierno central produce otro fuerte golpe a la región patagónica, e insistimos, no sabemos con qué motivos toman decisiones que a la larga serán contraproducentes para todos. ¿O será que todos los del gabinete piensan como el ministro Esteban Bullrich que están iniciando la segunda campaña al desierto?

Porque la verdad uno no quiere pecar por extremadamente localista, pero desde esa afirmación en Choele Choel, pasando por el desaguisado de las tarifas del gas y la electricidad, y el propio tarifazo, la amenaza de quitar los valores más bajos en las naftas, el levantamiento de la barrera sanitaria, la ausencia casi total de obras en la provincia, el ingreso de manzana, cerdos y combustibles de otras partes del mundo, la quita de los ingresos de coparticipación o la devolución del 15 por ciento retenido en cómodas cuotas, mientras que a Rodríguez Larreta le gira más de la mitad del presupuesto de Río Negro de un solo saque, entre otras actitudes discriminatorias, te obliga a pensar que en la Patagonia nos hemos puesto de punto a ser perjudicados por un gobierno centralista.

El federalismo que menciona nuestra Constitución, es cierto, nunca se cumplió adecuadamente, pero la verdad que a ésta gente se les está yendo la mano. Deberían empezar por conocer y comprender que un país está conformado por distintas regiones, cada una con sus particularidades, su geografía, su densidad poblacional, su clima, lo que produce arriba y debajo de la tierra, y lo que aporta al País.

Alguien de por acá, que tenga llegada a las altas esferas, les debería decir, que tenemos mucha desigualdades y que algunas de ellas a lo largo de muchos años logramos al menos intentar compensar, lo que hasta ahora nos ha permitido subsistir.

La verdad que en este casi año de gestión, el gobierno de Macri ha dado una importante cantidad de malas señales para la Patagonia y sin pretender caer en juzgamientos ideológicos o de formas de gestionar, debemos advertir que nos están perjudicando en demasía con medidas que nos dañan mucho, pero que encima ni al gobierno, ni al resto del país, le soluciona absolutamente nada, al contrario, le genera otro foco de conflicto.