-?
-Tome. Para usted.
-¿Una vela?
-No, el peluquín de De la Sota. Si una vela, ¿qué va a ser?
-Le agradezco. Pero para qué quiero yo una vela. No me diga que vuelven los cortes de luz…
-Si va a empezar con el pesimismo opositor me la devuelve y listo.
-No, no es eso…
-Véala como una inversión. A fin de mes sale cien mangos. En diciembre, su cotización es impredecible…
-¿Le parece?
-Me lo dijo un amigo que trabaja en la Bolsa.
-¿También le regaló una?
-¿Qué pretendía, ser el primero?
-No, me preguntaba para qué querría su amigo de la Bolsa una vela.
-Y dale con lo mismo. Mire que es insistente. Usted guárdela que en poco tiempo todos los argentinos van querer una.
-Sigo sin imaginar para qué.
-Qué poca imaginación, viejo. Para que le vaya bien, para qué otra cosa va a prender una vela.
-¿Para qué me vaya bien dependo de una vela?
-De una vela no. De la vela de la Fe y la Alegría. Mire hasta dice Casa Rosada y todo.
-Desopilante.
-Es otra medida revolucionaria de Mauricio.
-¿Al presidente se le ocurrió esto?
-Usted lo dijo.
-¿Y por qué?
-La inflación no baja, la economía no arranca, las inversiones no llegan… Estamos meados por un elefante, querido, ¿todavía no se enteró?
-Hay quienes dicen que no es mala suerte, que lo malo son las políticas del gobierno…
-Ah, esos son los agoreros K de siempre ¿O acaso Moreno no repartía globos?
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Bueno, nosotros hacemos velas, pero como no somos populistas las vendemos. ¿Está mal? ¿O usted está a favor del clientelismo?
-Con todo respeto: no me parece serio.
-Usted porque no tiene que gobernar todos los días.
-Por eso mismo. Me imagino que para gobernar no alcanza con prender velas.
-Bueno, se equivoca. Nosotros le prendemos una vela a cada santo.
-Sigo sin entender.
-Es fácil. Mauricio tiene un altar, chiquito, no vaya a creer que es gran cosa, y ahí hace sus pedidos. Tres velas por día.
-¿Por ejemplo?
-A San Álvaro Alsogaray le pide que lo ayude a erradicar la inflación. Y a pasar el invierno, que dura desde que asumimos.
-No parece dar resultado.
-A San Martínez de Hoz le pide que lo ayude a que venga guita de afuera. O de cualquier lado. A esta altura, cero pretensiones.
-¿Lo dice en serio?
-No, si me almorcé un payaso. Claro que lo digo en serio. ¿Sabe para quién es la tercera?
-Ni idea.
-Para San Magnetto.
-¿Y esa para qué es?
-Para que no se de vuelta y siga diciendo que todo anda fenómeno.
-Supongamos que todo este disparate es cierto. Sigo sin entender para qué puede servirme a mí esta vela.
-Mire que es duro, ¿eh? Si usted no tiene fe, que es un comunicador social, cómo la va a tener el vecino de a pie.
-Con fe no alcanza, se necesita otra cosa.
-Ya sabía yo que ustedes los K son todos ateos. Así nos vamos a la B mi viejo.
-Lo que quiero decir es que la gente necesita información concreta, certidumbre, una que otra esperanza.
-¿Por ejemplo?
-¿Por qué el gobierno le perdona una deuda millonaria a las empresas de energía al mismo tiempo que autoriza el tarifazo?
-Ah, esa se la debo.
-¿Cómo vamos a llegar a la pobreza cero con ajuste fiscal y recesión?
-También se la debo.
-Hay mucha gente angustiada porque perdió el trabajo o por temor a perderlo, ¿cómo van a estimular la recuperación del empleo?
-Se la debo.
-¿Por qué repite ‘se la debo’?
-Quiere decir que no tenemos la más remota idea o que nos cansamos de dar explicaciones. Elija usted.
-Pero es necesario que el gobierno explique sus políticas…
-Es cierto, pero Mauricio se aburre. Y no es para menos. Cómo puede ser que el FMI entiende, la Casa Blanca entiende, los fondos buitres entienden y usted no entiende nada. ¿En qué idioma hablamos, en geringoso?
-Discúlpeme, pero si no se entiende hay que insistir…
-Eso es el pasado. Ahora lo importante es otra cosa. Vale cómo se dicen las cosas no lo que se dice.
-¿Y eso?
-Muy sencillo. Los vecinos aman nuestro tono informal, de buena gente, que no se la sabe toda como la Bruja del Calafate, ¿entiende?
-Pero el gobierno no puede ignorar lo que es de su incumbencia, no es lógico.
-Uh que difícil que está hoy mi Dios. Usted no se preocupe por nosotros que el año que viene arrasamos y tenemos Mauricio para rato. Mínimo cuatro años más.
-Cuanto optimismo, ¿qué encuesta dice eso?
-Se lo debo
-No quiero desanimarlo, pero así todo se va al demonio y el gobierno pierde las elecciones.
-Se la debo.
-¿Otra vez?
-Se la debo.
-¿Qué cosa?
-La formación de Boca, el pronóstico del tiempo, el regalo de Papá Noel para Antonia… Se la debo, se la debo, se la debo…
-Bueno, parece que se le rayó el disco.
-En fin, si no quiere dialogar después no se queje.
-¿De qué me quejo?
-Se la debo.
-¿Me está tomando el pelo?
-Se la debo.
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