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Columnistas
13/11/2016

Del piso al techo

Del piso al techo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Foto: David Pablo Sánchez

El mandatario neuquino ha dado rienda suelta a una oratoria inflamada en pos de advertir al gobierno nacional que esta vez no cuenten con él. De paso, su prédica está destinada a alertar a la fuerza propia de que están intentando meterle la mano en el bolsillo.

Héctor Mauriño

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El duodécimo mes de gestión encuentra al gobernador Omar Gutiérrez marcando la cancha y abriendo el paraguas, en lo que constituye quizá la primera vez que se planta, aunque sin perder los modales, frente a la administración macrista.

Marcar la cancha, porque Gutiérrez quiere que se mantenga el precio sostén del denominado “barril criollo”, algo que hasta ahora ha permitido que la crisis en la industria petrolera de la provincia no se precipite.

La explicación es sencilla. De equipararse el valor interno con el internacional; si el barril de crudo pasara de los 63 dólares previstos en el proyecto de presupuesto que Gutiérrez elaboró para 2017 a 52 o 53, como vale en el mercado internacional, la provincia perdería cerca de 900 millones de pesos en concepto de regalías.

De manera que, está claro, el gobernador no quiere tal cosa. Pero ocurre que, según el mismo Gutiérrez confiesa en una entrevista que Va Con Firma da a conocer hoy, el gobierno de Cambiemos “parece que sí” quiere liberar el barril.

Entonces, esta semana, el mandatario neuquino ha dado rienda suelta a una oratoria inflamada en pos de advertir al gobierno nacional que esta vez no cuenten con él. De paso, su prédica está destinada a alertar a la fuerza propia de que están intentando meterle la mano en el bolsillo.

En ese tren, Gutiérrez pone como ejemplo de la catástrofe que se cierne amenazante sobre la provincia el caso del yacimiento no convencional Eagle Ford, en Houston, Texas, EEUU, donde la caída estrepitosa del precio internacional del crudo afectó seriamente a la industria no convencional.

“No puede ser que nos pase lo que pasó en Houston,  se imagina si el precio interno del barril hubiera sido 42, 43, 44 dólares”, como llegó a valer en el mercado internacional, plantea preocupado.

En realidad, en Eagle Ford, los yanquis llegaron a hacer 5.000 pozos no convencionales, y cuando la ecuación ya se había hecho súper rentable, el precio internacional del crudo cayó al abismo y tuvieron que “bajar” centenares de torres y despedir miles de trabajadores.

Poco importa ahora si fue el propio Estados Unidos el que impulsó la baja del crudo para hundir a Rusia, China, Venezuela o a todas juntas. Después de todo ese país es el principal importador de crudo del mundo y lo que perdió por un lado lo ganó con creces por el otro. Houston ‘estuvo en problemas’, como hoy lo está Neuquén.

En la provincia, las perforación no convencionales ya llegan al millar, pero con el parate de las nuevas reglas de juego que aplicó el gobierno macrista en procura de bajar costos y salarios, la crisis ha dejado afuera a varios equipos de perforación y a centenares de trabajadores, planteando un escenario de crisis hasta ahora sin salida.

En un contexto como ese, es fácil imaginar que una baja de aproximadamente 10 puntos en el valor del crudo le asestaría un golpe casi definitivo a la industria de extracción no convencional de petróleo, que es la que se plantea en la riquísima formación Vaca Muerta.

Esta puja se lleva adelante al estilo Gutiérrez, es decir sin descalificar ni agredir, pero de lo que no hay duda es que la puja existe y se plantea como un intento de conciliar “un plan” que contemple los intereses de todos los sectores.

La semana pasada el gobernador estuvo con el accionista de Shell con sillón en el ministerio de Energía Juan José Aranguren, pero no se pusieron de acuerdo. Sin embargo el neuquino no quemó las naves, se dedicó a hacer docencia en sus pagos y volverá a insistir con la necesidad de lograr un acuerdo la semana entrante.

En su gentil ánimo docente, Gutiérrez no se contenta con explicar que quiere “piso” para el valor del crudo, se adelanta al chubasco y le añade una vieja reivindicación emepenista: “que no haya techo”.

En ese tren de cosas, recuerda que no hace mucho tiempo el petróleo estuvo en 120 dólares el barril y a la provincia le liquidaban las regalías a valores de entre 42 y 44 dólares.

“No queremos lo que no nos pertenece, pero tampoco que se metan con lo que es nuestro”, advirtió el gobernador. Y la verdad es que nadie puede criticarlo por sospechar de la ortodoxia neoliberal de los gobernantes actuales. Los mueve la ideología, pero también los intereses y si mañana consideraran que es negocio volver a regular el precio interno, lo harían sin dudar.

A un costo enorme para la población, Mauricio y “Juanjo” aumentaron fuertemente el precio del gas en boca de pozo, con el beneplácito del gobierno local que pasó a obtener un reconocimiento más alto por su producción. Gutiérrez está satisfecho con lo que hizo el gobierno de Macri en relación al gas y ahora quiere que ocurra algo parecido con el crudo.

Por eso, el gobernador también reclamó esta semana que el “Plan Gas”, referido al “gas nuevo” que se extrae y cuyo precio estímulo fue fijado por el gobierno anterior bastante por encima del que se paga por el resto del fluido, sea extendido hasta el 2020. Motivo: el beneficio por producir más expira a fin de año, y ya se sabe cómo piensa el bueno de “Juanjo”.

¿Qué quiere Gutiérrez? Que a Neuquén no le toquen el quiosco, porque hasta ahora todo está muy bien, se aumentó el gas, hubo adelantos de coparticipación, fondos para obra pública y otras pequeñas delicias que, sabemos, no fueron gratis, pero si el gobierno nacional se empecina en salir a comprar afuera cuando es más barato, como hace por ejemplo con las manzanas, se acaba el sueño del desarrollo no convencional neuquino.

Entre otras cosas, esto es así porque para que la riqueza del subsuelo sea realmente tal hay que extraerla, y para hacerlo hacen falta capitales, las famosas “inversiones” que invoca el gobierno nacional. Y como a esta altura todo el mundo sabe que Vaca Muerta es una de las principales reservas del mundo, el interés que suscita entre las empresas podría lograr que se escuchen las plegarias de Mauricio.

Así las cosas, Gutiérrez habla de armar un plan rataplán que sea capaz de atraer capitales. Uno que incluya no sólo “piso” y “techo” para el crudo, sino también la posibilidad de exportar excedentes una vez cubiertas las necesidades internas y la tasa de crecimiento. A su juicio, eso y más es lo que se necesita para que las multinacionales vengan a invertir y se multipliquen experiencias como las de Loma Campana y las otras 18 explotaciones no convencionales que ya tiene la provincia.

Un planteo, en fin, que ningún neoliberal que se precie podría rechazar sin ponerse colorado.

29/07/2016

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