-?
 
 
 
Columnistas
13/11/2016

América Latina: del búfalo a Trump

América Latina: del búfalo a Trump | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Seguramente recuperar el ideal del “self-made man”, ese hombre que se hace a sí mismo y es capaz de diversificar su trabajo hasta volverse autosuficiente, crear su propia ley e improvisar sus normas de convivencia, ha sido uno de los aciertos de la campaña de Donald Trump.

María Beatriz Gentile *

[email protected]

“La pista del búfalo se convirtió en pista del indio y después en el sendero del traficante… mientras exista tierra libre, existirá también la oportunidad de competencia y el poder económico asegura el poder político”. Así explicaba Frederick Jackson Turner el avance territorial de aquellas trece colonias independizadas en 1776. Para este historiador nacido en Wisconsin, la frontera fue la línea de americanización más rápida y efectiva. Su impulso y la conciencia de estar elaborando su destino material y social le  permitieron al habitante del Oeste frenar las tendencias aristocratizantes del Este.

Seguramente recuperar el ideal del“self-made man”, ese hombre que se hace a sí mismo y es capaz de diversificar su trabajo hasta volverse autosuficiente, crear su propia ley e  improvisar sus normas de convivencia, ha sido uno de los aciertos de la campaña de Donald Trump. En particular para aquella porción de la sociedad que se ha sentido heredera del ingenio de Thomas Edison, que salvó al mundo de Hitler y Stalin y que pisó la luna con Neil Armstrong pero que ahora se reconoce pobre, amenazada y desprotegida como el inmigrante que rechaza.

Sin embargo, para quien ha nacido al sur del río Bravo, resulta difícil  no ver en eso de “hacer de América un país grande otra vez” algo más que una propuesta de salida a los desmandes provocados por el establishment político y financiero de la globalización neoliberal.  

Vista desde América Latina, su vecina nación se constituyó sobre la base del anexionismo territorial y la injerencia económica en los asuntos internos de estos países. Todo ello acompañado por una permanente actividad bélica. A las primeras anexiones de Texas y California, producto de la guerra contra México en 1846, le siguieron la adquisición de Hawai, Filipinas, Puerto Rico y Guam por una forzosa “cesión” de España después de 1898.

La sustanciación de la “política del garrote” de Theodoro Roosevelt tuvo por resultado la ocupación militar y control económico de Cubaen 1906; Nicaragua de 1909 a 1933; de Haití entre 1915 y 1934 y de República Dominicana entre 1916 y 1924. A esto se sumaron las invasiones selectivas de México en 1914 y 1917.

A la distención provocada por la gran crisis, le siguió una decidida política de intervención política en el Cono Sur después de la segunda guerra. La activa participación de Spruille Braden como agente de la Standard Oil en la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia; y como embajador en Cuba, Argentina y Colombia fue continuada ya en el marco de la guerra fría, con acciones terroristas directas en la Guatemala de Jacobo Arbenz en 1954 y en la Cuba revolucionaria de 1961.

Con doctrina de seguridad nacional en mano prepararon en la “Escuela de las Américas” a las Fuerzas Armadas de Argentina, Chile, Paraguay, Brasil y Uruguay en el arte del terrorismo estatal y financiaron sus dictaduras en los años ‘70.

La década del ‘80 fue tiempo de “guerra de baja intensidad” con que el republicano Ronald Reagan, elogiado por el presidente recientemente electo, acabó con la Nicaragua sandinista. Mientras que los ‘90 y lo que va del nuevo siglo, fueron años en que los demócratas  Clinton y Obama aplicaron el Plan Colombia y orquestaron golpes de estado en el Paraguay de Lugo, en la Honduras de Zelaya, en la Venezuela de Chávez y Maduro, en la Bolivia de Morales y en el Brasil de Dilma Rouseff.

 En 1912 el Presidente Taft declaraba: "No está distante el día en que tres estrellas y tres franjas en tres puntos equidistantes delimiten nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. El hemisferio completo de hecho será nuestro en virtud de nuestra superioridad racial, como es ya nuestro moralmente."  ¿Esta es también la “gran nación americana” que hoy se presume recuperar?

Por eso leer en el triunfo de Donald Trump sólo aquello de que el  apenas alfabetizado, empobrecido y racista blanco se tomó revancha contra el  cosmopolita, vegano y liberal habitante de la Manhattan de Woody Allen, puede ser seductor; pero a los ojos de una latinoamericana austral las cosas siempre resultan diferentes.



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]