En la semana que finaliza el gobernador Alberto Weretilneck planteó un desolador panorama de situación en la finalización del año y un sombrío panorama para el que se inicia.

En cuanto a obras públicas dijo que se continuará solo con las ya adjudicadas o las que están en marcha pero no se iniciarán nuevas "para no profundizar el déficit".

También ratificó que si se está emitiendo deuda para poder hacer frente al pago de salarios y aguinaldo es imposible pensar en aumentos a empleados o un bono de fin de año.

Algunos especularon en que su pesimista opinión podría estar un tanto exagerada para evitar mayores presiones de los gremios estatales, pero lo cierto es que los salarios de octubre comienzan a pagarse recién el  martes que viene y que se volvió a pedir autorización legislativa para emitir más deuda.

Ayer el parlamento le autorizó una nueva modificación presupuestaria para poder emitir letras de tesorería por cerca de 600 millones de pesos para poder hacer frente a salarios y aguinaldos.

El gobierno necesita en estos 30 días hacerse de  2.800 millones de pesos para afrontar los salarios de noviembre, diciembre y aguinaldos.

Esta necesidad y el déficit que presentan las cuentas públicas hicieron cambiar la matriz ideológica del análisis del presupuesto que ya no plantea la búsqueda de fuentes de recursos destinados a la producción y el desarrollo económico provincial, sino que por el contrario se toma deuda para gastos corrientes.

Con esta autorización la cifra en emisión de deuda este año llega a casi los 2.000 millones de pesos, cuando originalmente la ley de presupuesto lo había fijado en 1.350 millones de pesos.

En los fundamentos de la presentación la gente de economía valora que las emisiones de Letras demostraron hasta ahora “cantidad y calidad de inversores interesados que superó las expectativas”, y ratificó que este instrumento sigue siendo “la alternativa más conveniente como fuente de financiamiento.

Aprobado en la Legislatura, ahora la colocación requiere de tres pasos en Nación, comenzando con el ministerio de Interior y, luego, Economía para cerrar con la formal inscripción del Banco Central.

Durante estos días se prevé colocar 240 millones de pesos de remanentes y en la segunda parte de noviembre los 600 autorizados hoy más un remanente de 140 millones, lo que permitirá ingresos a las 48 horas de su aceptación con lo que se ingresaría a diciembre con esa liquidez

De acuerdo a los datos de oficiales del ministerio de Economía de Nación, devengado septiembre 2016 comparado con el mismo mes de 2015, señalan un resultado financiero interanual negativo en un 25,41%, que proyectado a fin de año alcanzaría un déficit en las cuentas provinciales de los 2.610.001.918 pesos.

Los ingresos corrientes en la provincia crecieron el último año, siempre de acuerdo a cifras oficiales, un 31,13 por ciento en tanto que los gastos de personal se incrementaron en 38,95 por ciento

Los ingresos de origen nacional se incrementaron en un 29,29%, también por debajo del índice inflacionario del 40 por ciento, al igual que los ingresos provinciales, donde la mayor recaudación corresponde a ingresos brutos con un incremento del 42,86 % y el resto, como inmobiliario, sellos y automotor no superaron el 40%.

Los responsables del manejo económico señalaron criteriosamente que el problema de la provincia es la baja de sus ingresos que, si bien se incrementaron, estuvieron por debajo de los índices de la inflación, lo que evidencia la necesidad de incorporar recursos para cubrir gastos corrientes, que insumen casi la totalidad del dinero, sin que queden partidas destinadas a obras e inversiones.

El ministro de Hacienda, Isaias Kremer, dijo que “teníamos una expectativa respecto a los recursos, pero no una caída de la magnitud que tuvo” y aclaró que las Letras “son una herramienta que nos dan recursos rápidos, pero además se cancelan dentro de esta gestión de gobierno”.

Por su parte los legisladores del oficialismo dijeron en defensa del pedido de endeudamiento que era necesario en virtud de las políticas del gobierno nacional que “destratan” a la Patagonia y sólo benefician a la región centro del país, y hubo una gran quita de recursos de coparticipación a partir del fin de las retenciones, discriminación del IVA y suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias.

Así las cosas, lo que se soluciona son los gastos corrientes para llegar a fin de año con salarios y aguinaldo pagados, pero todavía no hay ningún indicio de que la compleja situación se solucione.

Según señalaron fuentes del gobierno, el stock de deuda pública podría ubicar cerca de los 8.000 millones a fin de año de no mejorar las condiciones macroeconómicas del país. La suba interanual sería, en este caso, en torno al 40%, el más alto de la última década, por lo menos.

Lo más grave es que la deuda que se va generando no tiene ninguna contrapartida de nuevos ingresos o recupero de fondos, ni crecimiento en infraestructura o servicios para mejorar la calidad de vida de la gente, sino que solo va destinada a cancelar compromisos salariales. Es decir una deuda nociva con pocas o nulas posibilidades de ser achicada.

Solo queda la esperanza de que en la reciente reunión con el presidente Macri, el gobernador no sólo haya hablado de la solución estructural que necesita la fruticultura, como se informó oficialmente, sino que hayan abordado la compleja situación financiera de la provincia en general, la necesidad de obras y la consecuente generación de mano de obra.

La otra alternativa optimista es que por tratarse de un año electoral el 2017 sea un poco más benévolo, no con el gobierno, sino con los rionegrinos.