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Panorama Político
08/06/2025

Cristina toma la iniciativa

Cristina toma la iniciativa | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El paso dado por la ex presidenta en pos de la unidad del peronismo sacudió el tablero político. Aunque importa precisar en qué medida el anuncio de su candidatura tiene que ver también con la adversa realidad judicial que la circunda.

Héctor Mauriño

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Los acontecimientos se precipitan y el vértigo de la política argentina hace que lo ocurrido el lunes pasado parezca hoy, sábado 7 de junio por la tarde, historia antigua.

Cristina utilizó la entrevista en C5N para lanzar su candidatura a legisladora por la tercera circunscripción de la provincia de Buenos Aires. El lanzamiento, acaso un tanto extemporáneo, después de todo el cierre de listas para las elecciones provinciales está fijado para el 19 de julio, incluyó en todo caso un llamado a la unidad y puso término a una serie de desencuentros con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que llenaron de desazón a muchos argentinos que se identifican con el peronismo y con el frente Unión por la Patria.

Si está visto que los líderes no se jubilan y Cristina Kirchner no es la excepción, importa precisar -o al menos intentarlo- en qué medida su decisión de adelantar la candidatura tiene que ver con su estilo -dijo perseguir la unidad pero comenzó con un hecho consumado- y cuánto con la adversa realidad circundante. No es un secreto para nadie que la causa denominada Vialidad, absolutamente inconsistente e inicua, está a consideración de una Corte Suprema que, como dijo la propia Cristina, no sólo trabaja para perseguir a opositores sino también para garantizar un sistema económico injusto.

De hecho, en los días que siguieron a la aparición televisiva de la ex presidenta varios periodistas de los medios concentrados que misteriosamente suelen adelantarse a los fallos judiciales, dieron por hecho que la Corte se apresta a confirmar la sentencia y por tanto la inhabilitación perpetua de Cristina.

Lo cierto es que más allá de todo esto la ex presidenta -y eso también quedó demostrado una vez más- sigue teniendo la capacidad de sacudir el tablero político del país. El anuncio de que será candidata en la provincia de Buenos Aires, así como la ratificación de que buscará la unidad del peronismo, confirmada luego en un encuentro con Axel Kicillof, son acciones que aunque no saldan de forma definitiva las fricciones previas, ni avanzan en profundidad en una mirada autocrítica, ratifican que la ex presidenta sigue siendo, para quienes la quieren y también para quienes la detestan, un dato decisivo de la política argentina.

En su aparición en tevé, Cristina se plantó en el centro de la escena e invitó a la unidad, pero con ella como gran artífice y árbitro. Eligió su lugar y llamó a discutir lo demás. ¿Todo?, podrá preguntarse alguien, cuando invitó a dejar “egos de lado” pero no pareció haber depuesto el propio.

No se trata de negar aquí todo lo bueno que Cristina Kirchner hizo por el país y por la gente. Tampoco, lo mucho que eso le costó personalmente y le podría costar a partir de los próximos días, pero dados todos los indicios habrá que admitir que en su estrategia el aspecto no menor de “muerta o presa” ocupa un lugar de peso.

Lúcida y rápida, a pesar de las incontables interrupciones del entrevistador, en la nota de C5N Cristina puso en blanco sobre negro algunos de los principales datos de la realidad: el de Macri fue un gobierno mafioso, el de Milei uno neoliberal con toques esotéricos; el presidente es un marginal de la política... son muchas las sentencias sobre temas de interés público que dan cuenta de su lucidez para definir aspectos clave del escenario político y económico nacional.

Pero esta vez Cristina no se limitó al diagnóstico como viene haciendo a través de las redes y en sus contadas presentaciones públicas, sino que avanzó en algunas formulaciones de lo que debería ser una propuesta; como cuando esbozó los cambios que es menester llevar a cabo imperiosamente en el Poder Judicial, o la necesidad, perentoria para el campo popular, de “volver a representar” a los de abajo.

Pero lo que Cristina no hizo en profundidad, más allá de algunas formulaciones implícitas, es avanzar en una mirada crítica sobre los errores cometidos. Se podrá decir que a nadie le sirve que se flagele públicamente, mucho menos cuando se trata de trabajar por una unidad que ponga límite a la ofensiva de la derecha atrincherada detrás de un personaje patético y cruel. Pero en política hay motivos para pensar que cuando no se identifican los errores cometidos, fatalmente se corre el riesgo de volver a cometerlos.

Hubo, con todo, en los últimos días apreciaciones de Cristina que dan cuenta de que la derrota de Unión por la Patria no fue en vano. Una de ellas pronunciada el 25 de Mayo pasado, destaca que el sector del electorado de la capital federal que esta vez no fue a votar se siente defraudado por Milei pero eso no quiere decir que automáticamente volverá a votar al peronismo.

O la precisión sobre volver a representar en lugar de volver a enamorar, que en definitiva lleva implícita la admisión de que con los profundos cambios en la estructura socioeconómica argentina se dejó de representar a ciertos sectores sociales. En una economía que acumula más de un 40 % de trabajadores en la informalidad, un peronismo cuyo sujeto social es solo el obrero industrial, el trabajador en blanco o el beneficiario de la AUH, deja muchos afuera.

Lo ocurrido en la semana, sobre todo el encuentro de Cristina con Kicillof y los planes para avanzar en la unidad resultan muy rescatables. El hecho de que debieran haber ocurrido antes no quita que sean importantes.

Por si hiciera falta algo más, en el discurso pronunciado en Corrientes ayer por la tarde, luego de que tomarán estado público presiones de varios periodistas para que la Corte confirme la condena de Vialidad, Cristina redobló sus denuncias contra el gobierno y su retórica sonó a desafío.

“Podrán meterme presa, pero no evitar que vuelva el pueblo”, advirtió.Y dejó en claro que el proyecto político de Milei, “como el yogur, tiene fecha de vencimiento”.

29/07/2016

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