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Columnistas
01/06/2025

Repensándonos

Repensándonos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Estos no combaten los errores pasados, combaten los aciertos. Y Paka Paka fue un acierto. Estos sí que vienen por todo, por eso le confieren tanta importancia al capítulo cultural.

Juan Chaneton *

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Mutaciones a la hora de la Historia en que llaman a la puerta los senescales del rey clamando por lo suyo, aunque las exacciones que procuran causen la quiebra del contribuyente. Todo cambia, y no sólo la ecuación energética; también mutan las formaciones políticas en el sur global.

Por caso, y en clave de conjetura, si al peronismo se le quitara el componente bienestarista no quedaría nada, o casi nada. Pues, ¿qué actualidad puede tener hoy, por caso, una "tercera posición" huérfana de opuestos frente a los cuales "tercerizar"? Salvo que el prejuicio domine el intelecto y haga percibir "imperialismos" en un escenario mundial donde los conflictos se registran a ambos lados de una tensión muy evidente: seguir globalizando con la aceptación implícita de un orden multipolar; o desglobalizar para hegemonizar.

Pero si al peronismo se lo concibe sólo como asistencialismo se lo percibe, fatalmente, con la impronta socialdemócrata. Y esto no está ni bien ni mal; es, como dirían los sociólogos, un hecho social "puro".

Hay, claro está, otras complejidades que entran en escena, sobre todo si se considera la coyuntura. Por caso, respecto de la igualdad racial o de género, no cabe postergar esos programas (que no deben ser morales sino políticos), para "después" de otras sedicentes prioridades. El problema, aquí, no reside en el "qué", sino en el "cómo", es decir, en comprender que el uso de la burocracia estatal para realizar un programa igualitario que es irrenunciable, no es la manera eficaz de extirpar prejuicios de índole cultural y procedencia remota. De paso, es una oportunidad menos para que el diablo meta la cola. Hay que "repensar" lo que se hizo y lo que se hará. Es la invitación que cursó Cristina el 25 de mayo.

Pero este volver a pensar debe tener como punto nodal, a buen seguro, más el modelo de país y el rol de la iniciativa privada en el mercado, que toda aspiración inmediatamente igualitarista. Es fácil ganarle la izquierda a afirmaciones como ésta. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo... En lo que difícilmente pueda ganársele es en terrenalidad.

Con todo, lo más importante que dijo CFK el 25 de mayo fue que "hay que pensar más allá de las elecciones", esto es, perder en la provincia de Buenos Aires tampoco es tan grave. Un horror...! No hay que ser pobre para sufrir a este gobierno hasta niveles de desazón existencial. Aun así -o a causa de ello-, esperar a que "la patria regrese" se parece demasiado a soltarle la mano a quienes sentían que, con ella (con Cristina), había de dónde agarrarse para aguantar el meteoro de la concentración neoliberal. Y ahora, entonces...?

Pero la pregunta, como la campana, obstinada en su repique, deslee en el aire su pacífica quejumbre, al tiempo que autopostula su vigencia sola y sin ayuda de nadie: ¿qué le van a decir a "los más vulnerables" cuando en octubre se pierda la provincia de Buenos Aires, si ése fuera el caso? La ex Presidenta parece creer que el tiempo sana. Esperar con paciencia, porque "la patria siempre vuelve" parece más la recomendación del astrólogo que la receta del médico, dicho esto como simple tropo y sin mengua del debido respeto por la señora de Kirchner. Pues el caso es que, si éstos siguen, la patria, para volver, tendrá que hacerlo de ultratumba.

No obstante, el momento elegido por Kicillof para despegarse de Cristina no podía haber sido peor. Y tampoco parece del todo idóneo y con resultados asegurados de antemano el modo empleado: adelantar las elecciones difícilmente lo separe, en la percepción pública, de la jefa del PJ y así, entonces, perdería, eventualmente, dos veces: el 7 de septiembre y el 26 de octubre. Una catástrofe. Tal vez todo esto esté en la base que sostiene la acción política de CFK, quien expresa una solidez, una trayectoria y una experiencia que le permiten ver lo que incluso una razón sutil no ve. Deberían darse cuenta de esto. Les guste o no, eligieron enfrentar a alguien que los supera. Reconocerlo sería de sabios.

Enhebrar aquel par de derrotas en dos meses, sería el desenlace trágico de una situación política y espiritual en que se debate la Argentina hoy, cuando languidece el protagonismo progresista en medida semejante al estólido bullicio que mete a toda hora una cohorte de brutos emocionados y locuaces que integran las huestes digitales del orate en jefe, ocupadas en chapotear, convulsivamente, en el pozo ciego de la web.

Se trata de meras curiosidades que dotan de alguna fisonomía a la "lógica cultural de la Argentina tardía".

Los más jóvenes de todos estos, exhiben su cabeza quemada y de ello da cuenta su frenético teclear en los sumideros punto com. Los otros, han creído afianzar sus posiciones ideológicas en aras del progreso social, innovando en la conjugación y en la gramática para promover la igualdad de género sin temor al solecismo, pero también sin advertir que no se puede estropear la belleza de un idioma a impulsos de una ideologización berreta... El "lenguaje inclusivo" es como la "patria grande": ambos son refractarios al voluntarismo y sólo alumbrarán al cabo de una lenta deposición de chauvinismos y de transformación de las costumbres. Un asunto de tema cultural, que le dicen, lo cual no debiera inhibir de incorporar ambos capítulos al programa ideológico de las grandes mayorías populares.

La crítica a la "motosierra" aplicada a organismos del Estado con competencia en materia de discriminación, racismo o igualdad de género viene siempre, desde las usinas progresistas, en clave moral o de acendrado altruismo, cuando de lo que se trata es de impugnar ese programa, presentado como sana opción por la austeridad y la eficiencia, como lo que es en realidad: una exigencia del "mercado" que debe maximizar la eficiencia de la empresa suprimiendo gastos "prescindibles" y que no hacen a la calidad del producto final. Esos organismos del Estado y, en última instancia, del pueblo, se financian con impuestos y partidas presupuestarias, esto es, "con la mía", lo cual -dice la derecha- es un escándalo. La verdad es que el "modelo" no cierra sin discriminación, porque el altruismo y la solidaridad hay que pagarlos -como "todo en esta vida"-, y cuestan caro. El odio es una función del modelo, no mera efusión emocional de resentidos sociales. Es una exigencia del funcionamiento de un "exitoso" libre mercado. No sucede a la motosierra, la precede.

Con todo, el debate de fondo no es "motosierra o Estado", como dice creer el zócalo de C5N. Que la motosierra sea premisa de la Argentina pastoril y desindustrializada no la convierte, per se, en proyecto de país. El proyecto es la Argentina vendedora de commodities, endeudada y sometida a una agenda geoestratégica ajena. De igual modo, "Estado" tampoco es ningún proyecto, pues el CAREM, la IA, los chips made in Argentina, la energía atómica y las fabricaciones agrícolas, automotrices y militares, requieren de la inversión y actividad privadas: es la Argentina industrial, cuyo deseo no cesa porque sigue siendo posible y el único proyectoplausible a la vista.

En tanto, la realidad sigue su curso, obstinada en sus modales, como suele ser la realidad. Un país sin ciencia y sin universidad (cuya financiación, en la óptica liberalota, también se hace "con la mía") es un país en marcha hacia el estatus de Estado fallido. Los miércoles, en la plaza Congreso de la capital federal, exhiben una protesta con densidad en aumento: se suman, semanalmente, nuevos sectores agredidos por la política agrarista y empobrecedora del gobierno.

Además, una corrupción inherente a todo proyecto fundado en falacias ávidas de secreto, también parece abrirse paso. Filiales de Anses del interior del país reportan anomalías ciertamente improcedentes y pasibles de ser tildadas de "operaciones sospechosas", en un contexto en el que el césar de cabotaje no sólo tiene que ser honesto sino también parecerlo. En ese contexto, el periodismo "está en vías de extinción" afirma con énfasis un ministro del gobierno, que es lo mismo que si se dijera que el gobierno se halla en avanzado estado de descomposición, lo cual sería confundir su olor a podrido con su física de partículas. Tal descomposición acecha y reverbera en el horizonte como curso probable de las cosas, pero no ha avanzado aún lo suficiente como para encender alertas rojos en unos encargados de la administración pública que siguen confiando en que bajaron la inflación y, por ello, obtendrán un excelente resultado electoral próximamente, lo cual es probable, aunque la inflación no haya bajado en los términos que dice el gobierno.

Mientras tanto, en el resto de la realidad (que es la totalidad territorial y espiritual occidental en que Argentina está inserta), las dinámicas nos siguen concerniendo, aunque sean otras. El asistencialismo bienestarista asume, crecientemente, un perfil identitario propio como opuesto dialéctico del fundamentalismo neoliberal. Esta tensión de opuestos, que se despliega en el escenario global, se redime a sí misma de una eventual naturaleza exclusivamente economicista, incorporando al cuadro -también como tensión- a sus expresiones políticas: las derechas y la socialdemocracia. Ambos campos cuentan, dentro de sí, con vertientes filofascistas.

Contra éstos se librará la partida futura, y para derrotarlos será imprescindible el concurso de unas mayorías que alguna vez se extraviaron per una selva oscura, como le pasó al Dante aquella infausta tarde en que fue a parar al infierno. Y la referencia a China surge por sí sola. Se gana el apoyo de una gran parte de la sociedad cuando se eleva la calidad de vida de una gran parte de la sociedad. Y para esto, el capitalismo tiene todavía mucho que decir y que entregar de buena gana o por fatal obligación de las relaciones de fuerzas. Algo de esto ya sospechaba Cristina en Cannes, 2011, G20. Capitalismo "en serio" dijo aquella vez. Nunca dirá "libertad de mercado". Pero en política, mejor que decir es hacer. Es lo que, eventualmente, vendría si se alinearan los planetas. El que avisa no traiciona.

El enemigo de lo popular se la toma muy en serio y ya ha comenzado el proceso de vaciado cultural de la sociedad, que es previo a la imposición de distopías egotistas y violentas. Estar del lado y a favor de los pobres sin que eso parezca una exaltación de la pobreza, de eso se trata. De nada valdrá, oponerle a Dragon Ball el niño de Clorinda si, simultáneamente, la miseria no deja de ser una realidad en Formosa, algo que no ocurre en los últimos cuatro o cinco lustros. No combaten los errores pasados, combaten los aciertos. Y Paka Paka fue un acierto. Estos sí que vienen por todo, por eso le confieren tanta importancia al capítulo cultural. Ellos saben mejor que nosotros que nadie se salva solo. Aúnan, en sí, claridad estratégica con torpeza de gestión. Pero no les importa; ni quieren a nadie ni han venido a salvar a nadie. Han venido a imponer su proyecto, los negocios, y a destruir todo lazo afectivo en el tejido social. El 26 de octubre "la patria" podrá haberse ido para siempre. Salvo la unidad.



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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