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Argentina
15/12/2024

Espejito, espejito: ¿a quiénes se quieren parecer los argentinos?

Espejito, espejito: ¿a quiénes se quieren parecer los argentinos? | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La cuarta entrega del estudio Creencias Sociales 2024 de la UBA, da cuenta de la centralidad que Estados Unidos y la Unión Europea tienen en la mirada internacional de los ciudadanos locales. La creciente valoración de China, la necesidad de una mayor cercanía con Brasil.

Daniel Giarone

En un mundo donde Donald Trump retorna a la Casa Blanca, China se consolida en la disputa por la supremacía global, Medio Oriente se reconfigura con la caída de Bashar al Asad y el avance militar israelí y la ultraderecha convoca a una “batalla cultural”, los argentinos eligen mirarse en el espejo de Occidente, pero con una perspectiva pragmática que incluye también a China y Brasil, lejos del alineamiento automático con Estados Unidos e Israel que lleva adelante el presidente Javier Milei.

Así lo establece la encuesta “Creencias Sociales 2024”, realizada en todo el país por la Universidad de Buenos Aires, y a cuyo cuarto capítulo, titulado “Argentina y el mundo”, tuvo acceso Va con firma.

“Hay un mix respecto a la valoración de con quién debemos relacionarnos, a quién nos queremos parecer y a la imagen que tenemos de otros países. Una combinación que no es homogénea. Sin embargo, aún con cierto contraste, el relevamiento deja claro que los argentinos hoy miran hacia Occidente y al hemisferio Norte”, detalla a Va Con Firma Facundo Cruz, politólogo y Coordinador General de Pulsar.

El relevamiento, realizado por segundo año consecutivo, estuvo a cargo del equipo del Observatorio integrado por profesionales de las facultades de Ciencias Políticas y Ciencias Económicas de la UBA, y forma parte de un ambicioso estudio que permite una aproximación a temas centrales para la democracia, como la economía, el Estado, el orden público, el mercado, la libertad y la política internacional.

Los capítulos que completan la indagación fueron publicados entre julio y septiembre bajo los títulos “Democracia y consensos”, “El Estado frente al orden público” y “Estado, mercado y libertad en la Argentina”, del que Va Con Firma dio cuenta en septiembre pasado bajo el título “Milei, entre la ilusión y el rechazo popular al ajuste”.

El universo de encuestados en todos los casos es el mismo y está integrado por mujeres y varones de 18 años, de todo el país y que totalizan 1.250 casos. La fecha del relevamiento abarcó del 31 de mayo al 10 de junio de pasado.

Espejito, espejito

En un escenario donde Estados Unidos y China se disputan la supremacía económica y política global, y en el que el gobierno de Javier Milei se alineó incondicionalmente con el primero pero al mismo tiempo flexibilizó su mirada respecto al “gigante asiático”, los consultados parecen buscar un espejo singular.

“Hay un mix respecto a la valoración de con quién debemos relacionarnos, a quién nos queremos parecer y a la imagen que tenemos de otros países. Una combinación que no es homogénea. Sin embargo, aún con cierto contraste, el relevamiento deja claro que los argentinos hoy miran hacia Occidente y al hemisferio Norte”, afirma el analista.

Cruz sostiene esta reflexión en base a que el 33%, es decir uno de cada tres encuestados, contestó que desea que Argentina se parezca a los Estados Unidos y casi el 20%, uno de cada cinco, a España, lo que sumados superan el 50% de las preferencias. Aparecen además, aunque más lejos, Canadá, Alemania e Italia, como también países vecinos, como Brasil y Uruguay, con el 7 y 6 % respectivamente.

Los argentinos afirman así su pertenencia a Occidente: el 72% tiene una imagen buena o muy buena de la Unión Europea y un 62 % de los Estados Unidos. En cuanto a China, la consideran a la hora de establecer un vínculo estratégico, pero solo el 3 % dice que se quiere parecer a ese país, muy lejano del nuestro tanto por su régimen político como por su modelo cultural.

Negocios son negocios

Sin embargo, a la hora de elegir socios comerciales y/o estratégicos en materia de intercambio, los consultados parecen abrir el lente. ”La diferencia ahí es importante, porque si bien Estados Unidos y España vuelven a aparecer en los primeros lugares, incluso esta última trepando 10 puntos respecto al año pasado, Brasil ya aparece en segundo lugar con el 19 % y China en el cuarto, con un 9 %, cuando en 2023 había alcanzado solo el 5 % de las preferencias”.

El relevamiento también da cuenta de las diferencias según la intención de voto de los consultados, marcando una clara divisoria de aguas. El espectro queda dividido en dos grandes bloques: los votantes de la Libertad Avanza y el PRO con una clara opción por los Estados Unidos y los del peronismo por Brasil.

“Los votantes del peronismo ponen en primer lugar el vínculo estratégico con Brasil, con el 34%, y después aparecen China y Estados Unidos, con el 13 % cada uno; mientras que para los electores de la Libertad Avanza y Juntos por el Cambio la primera potencia mundial es elegida por el 49 y 52 % respectivamente, y Brasil cae al tercer lugar con el 7 % para los primeros y al segundo lugar con el 9 % para los segundos”, subraya Cruz.

Aún así, la mayoría de los argentinos tiene una buena imagen de China, que alcanza al 57 % de los consultados. Proporción que crece entre los más jóvenes. “El 61% de los jóvenes tiene una imagen buena o muy buena de China, que en los adultos mayores cae al 52 %”.

Si bien Cruz advierte que el relevamiento no brinda una respuesta sobre las causas de la diferencia, esta puede atribuirse “al trabajo de soft power (poder suave) que ha hecho China en los últimos años, de apertura cultural, de integración con el mundo, de establecer puentes culturales y educativos, de abrir el país. Esa política ha hecho que las generaciones más jóvenes empiecen a ver un país con potencial y desarrollo, lo cual genera buena imagen”.

¿Yankees go home?

De acuerdo a los porcentajes que arroja el relevamiento crece el interrogante sobre la suerte que correrá cierta “tradición anti imperialista”, muy presente en la política argentina, fundamentalmente a partir de la segunda mitad del del siglo XX, con el surgimiento del peronismo.

“Puede haber quedado un poco anacrónica la visión del Estados Unidos imperial, que ahora aparece mucho más matizada. Entre los votantes del peronismo solo el 27% tiene una imagen mala o muy mala de Estados Unidos. Y, en general, hay una buena imagen, que alcanza al 62 % de los consultados”, asegura el especialista.

Entre las razones de este cambio, Cruz traza un paralelismo con lo que ocurre con China. Aquí también son los más jóvenes y las políticas de seducción del soft power los elementos que se combinan.

“Entre los más jóvenes -detalla- aparece la imagen de Estados Unidos como un país de oportunidades y esto va teniendo su efecto. En vez de un país que tenía incidencia en el tuyo, que te limitaba a través de prácticas imperiales, como le sucedía a los jóvenes de los años 60 y 70, la visión hoy, al igual que sucede con China, tiene más que ver con nuevas oportunidades”.

Y agrega: “Ambas potencias van trabajando para mejorar el imaginario en distintas franjas de la sociedad, pero son los más jóvenes quienes empiezan a manifestarlo, dado que son ellos quienes nacieron en una Argentina con otra tradición y con un nuevo tipo de vínculo con ambas potencias”.

Pragmatismo vs. Alineación

Los resultados del relevamiento dan cuenta también de cierto pragmatismo a la hora establecer alianzas y sociedades a nivel global, algo de lo que el gobierno de Javier Milei parece haber tomado nota, al menos en lo que se refiere a su aversión inicial hacia China y Brasil y la moderación (quizás impuesta por las circunstancias) que se verifica en la actualidad.

“Los argentinos somos muy pragmáticos. Nuestro país no ha tenido conflictos serios más allá de la de la Guerra de Malvinas y algún que otro tironeo con Chile. No es lo que sucede, por ejemplo, con Rusia, Irán o Israel, que son países donde la geopolítica y los conflictos bélicos cruzan toda la política local y dividen aguas en la sociedad”, explica el coordinador de Pulsar.

Considera además que si bien “Estados Unidos y China simbolizan dos modelos políticos, económicos y sociales totalmente distintos, el pragmatismo argentino es en buena medida independiente de esa diferencia. Sí hay una distinción respecto a Israel, por ejemplo, ya que en medio de la guerra en Gaza las opiniones aparecen divididas en tercios: para un tercio de los argentinos tiene imagen positiva, para otro negativa y para el restante neutra. Pero en general, la imagen de la naciones más fuertes es más buena que mala, con la preferencias antes señaladas”.

Esta posición de características más pragmáticas puede restarle consenso a la política exterior del gobiernos nacional y a su posicionamiento geopolítico, con Estados Unidos e Israel encabezando una suerte de Eje del Bien.

“El informe -advierte Cruz- genera una alerta para el gobierno nacional, ya que el relevamiento es previo al cambio de postura respecto a China. Creo que el oficialismo recalibró su política exterior porque más de la mitad de sus propios votantes tiene una imagen buena o muy buena de ese país. Iniciar una confrontación con naciones que no tienen una imagen negativa en la ciudadanía y que incluso son vistas como posibles socios estratégicos, no parecer ser lo más conveniente”.

“El trabajo muestra que los argentinos componen un mix a la hora de ordenar al resto de los países del mundo y de establecer vínculos, donde hay mucho pragmatismo, lo que no parece llevarse muy bien con la idea de un alineamiento irrestricto que tampoco es parte de la tradición de la política exterior argentina”, agrega.

Para el experto “el gobierno debería repensar su intención de alinearse de manera irrestricta con Estados Unidos e Israel y de salir a cuestionar la Agenda 2030, que no parecen ser exigencias ni demandas de los ciudadanos, al menos según nuestro relevamiento”.

Autopercepción e identidad

El informe muestra además una paradoja entre la posición que ocupa la economía argentina a nivel mundial y la autopercepción que los argentinos tenemos de ella. Mientras los encuestados la colocan en el puesto 110 sobre 200, los datos que surgen del Banco Mundial (en consonancia con los de la ONU o el FMI) la ubican en el lugar 24.

“Pensamos que tenemos una economía no muy pujante, pero tomando el indicador duro de medición estamos ante una economía competitiva. Esto muestra una diferencia entre lo que percibimos y el modo en el que el resto del mundo nos ve en términos económicos”, indica Cruz en base a las respuestas que recogió el sondeo.

La pregunta sobre lo real y lo percibido se traslada también al grado de permeabilidad que pueden tener las identificaciones que se expresan en la encuesta, sobretodo en un contexto signado por una fuerte reconfiguración ideológica y de disputa de sentido en torno a los valores.

“El informe no registró demasiados cambios respecto al año pasado, salvo en que España y China subieron en el ranking de socios estratégicos. Lo que puede cambiar la percepción ciudadana es que la cuestión internacional forme parte de la agenda pública. Por ejemplo, que a partir de la asunción de Donald Trump nos acerquemos todavía más a los Estados Unidos, involucrándose esto en la política nacional”, puntualiza el analista.

Para Cruz todo depende de si se generan cambios en la agenda de todos los días. En ese caso, puntualiza, puede haber “una modificación en las percepciones de lo internacional, pero mientras las trasnformaciones en la política real no se produzcan, creo que todo va a mantenerse estable, similar a lo que hemos registrado ahora”.

Con importantes regiones del planeta en pleno proceso de reconfiguración (y en guerra), con Estados Unidos sacudido por el cambio de administración y con Javier Milei dispuesto a seguir bregando por convertirse en el nuevo líder de la ultraderecha global, la pregunta sobre lo que somos y queremos ser en el mundo puede volver con fuerza en 2025. Y, quizás, estar urgidos a responderla.

 

Creencias Sociales 2024

29/07/2016

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