-?
 
 
 
Columnistas
03/11/2024

Las razones detrás de lo absurdo.

Las razones detrás de lo absurdo. | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Todo es tejido social y todas las cadenas de valor fueron, son y serán colectivas. El desafío para quienes así no lo crean, es que demuestren lo contrario.

Marcelo Medrano

Las explicaciones sesgadas, la pretendida simpleza sin contexto, la pseudo neutralidad, y la naturalización de visiones -en lo más mínimo naturales-, nos alejan de comprensiones causales y muchas veces estructurales. Si, además, a fuerza de repetir constantemente ideas absurdas e irracionales, las internalizamos, se convierten en dogmas, en sentido.

Las personas transcurrimos desde el nacimiento por enorme cantidad de situaciones. No se conoce persona alguna que haya aparecido al mundo de la nada y haya construido su propia vida, su devenir, sin ningún tipo de influencia, ayuda, apoyo o relación.

La frecuencia de encuentros y contactos puede resultar incontable, de hecho, lo es, lógicamente. Puede buscarse la relación que cada uno elija.

Mi ejemplo será un empresario con mucho dinero e inversiones. Y dos situaciones. Si el empresario tiene estudios primarios, secundarios y una carrera universitaria, supongamos que siempre en establecimientos privados, no existe posibilidad alguna que sus aprendizajes no hayan resultado de saberes públicos. Es una imposibilidad en sus propios términos. Sus maestrxs y profesorxs debieran haber estado aislados de cualquier tipo de vínculo con maestrxs y profesorxs del ámbito público, no deben haber asistido a ninguna reunión, conferencia, encuentro, jornada con nadie jamás, no pueden haber leído ningún texto editado con aportes públicos, y tampoco haber recibido ninguna idea, ni una sola que no haya surgido exclusivamente del ámbito privado.

Segunda situación, el empresario se enferma. La misma lógica para no sobreabundar. Ningún tipo de vínculo con médicxs, medicamentos, saberes de la esfera pública. Otra vez, materialmente imposible. Lógicamente insostenible.

Solo tener tierra, casa, vehículo, necesidades básicas satisfechas para poder concurrir -por calles públicas- a una plaza -pública- a pensar la buena próxima gran idea, ya tiene lo público inescindiblemente configurado. E insisto con el ejemplo, esa gran idea no debe tener punto de conexión alguno con algo que haya escuchado alguna vez en el mundo social. Agreguemos una circunstancia más, no debe haber existido ninguna transferencia social, de su madre ni de su padre. Imposible.

Solamente la normativa de aplicación a casi todas las esferas de la vida ya presenta beneficios de reproducción. En el caso de la producción, el desarrollo, los impuestos, las inversiones y las finanzas, de manera superlativa.

Interpretar todos los logros como resultados directos de la inteligencia, el riesgo y la experticia; y como indirectos o remotos los aportes sociales, es sin dudas una forma de leer el mundo. Deliberada pero falsa.

Este simple análisis puede vincularse con todos los saberes, y es importante que así lo sea. Aparece como esencial pensar fundamentos para desmontar el individualismo y el neoliberalismo como razón. Todo es tejido social y todas las cadenas de valor fueron, son y serán colectivas. El desafío para quienes así no lo crean, es que demuestren lo contrario.

Desde ya, que existirán diferencias socioeconómicas de base, situaciones más privilegiadas o precarias, conviviendo con subjetividades, pero esta -lógica también- no invalida ninguna premisa de lo aquí expresado.

Reflexionemos tres cuestiones -de las muchísimas variables que pueden pensarse- que surgen de lo dicho.

La primera, como venimos sosteniendo hace tiempo, es que las desigualdades se transmiten intergeneracionalmente y existe por ello, una clara responsabilidad nuestra para con las generaciones que nos siguen. Finalidad fundamental del planteo.

Desde este esquema, salvo que realmente pensemos, creamos y actuemos para que en el futuro accedan a vidas dignas solo una mínima parte de la generación venidera, el Estado debe regular y moderar desigualdades, a través de todas sus políticas públicas. Segunda cuestión que refiere a la forma de habitar el Estado y diseñar políticas públicas.

La tercera cuestión, directamente observable, tiene que ver con el modo en que se relaciona el Estado con el capital/mercado/privado. Lo trata como un salvador sin el que nada es posible y sujeto de absolutamente todos los beneficios, porque el mérito le es exclusivo e independiente, o como un engranaje de un todo social con quien se teje una alianza camino a la justicia social.

Pensar las vidas y las trayectorias, por fuera del contexto, las bases de estructura, los saberes colectivos, los beneficios directos; por fuera en definitiva del entramado social, es una posición política. Ilógica y absurda.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]