La inclusión del Parque Jaime de Nevares entre los terrenos “ociosos” propiedad del gobierno nacional sujetos a subasta, además de resultar una iniquidad desde donde se la mire, es una muestra más del desconocimiento y el desprecio que animan al actual gobierno nacional en relación a las provincias y municipios, y en suma hacia la Argentina y los argentinos en su conjunto.

Hace unos meses el gobierno de Milei tomó la decisión de re privatizar las centrales hidroeléctricas emplazadas en ríos de la región ignorando totalmente a las provincias de Neuquén y Río Negro, a las que según lo que establece el artículo 124 de la Constitución Nacional “corresponde el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.

Ambas provincias venían trabajando desde hace algunos años para que una vez vencidas las concesiones otorgadas hace 30 años por Menem, las centrales pasaran a poder de los estados provinciales o estos tuvieran efectiva participación en la decisión sobre su destino. Inclusive la Legislatura local había aprobado una resolución instando a la Cámara de Diputados de la Nación a traspasarle a la provincia el dominio de las represas.

Pero nada, de movida, los gobernadores se enteraron por los diarios que serían re privatizadas. Y hasta hoy no se sabe si no se las quedarán los privados y las provincias serán nada más que un convidado de piedra.

Con la propiedad de los hidrocarburos pasó otro tanto. El proyecto original de reforma de la ley de Hidrocarburos contenido en el funesto Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI) ignoraba para peor de males la reforma de la Constitución de 1994, que traspasó a las provincias el dominio sobre los recursos del subsuelo.

Además, pasaba por encima de la ley corta de Hidrocarburos 24145, que modificó la 17319 del dictador Onganía y que, en consonancia con la reforma, traspasaba el dominio público de los yacimientos de hidrocarburos del Estado Nacional a las provincias.

Ignorancia o mala fe, quién sabe pero da lo mismo, los funcionarios neuquinos lo advirtieron rápidamente y protestaron airadamente, lo que en todo caso les permitió negociar en mejores condiciones su participación en la redacción del proyecto de reforma, contenido en la ley Bases.

A pesar de ello, y teniendo en cuenta los antecedentes del interlocutor, el gobierno local postergó la adhesión al RIGI bajo la sospecha de que alguna nueva agachada podría estar escondida en la reglamentación de la norma, toda vez que a pesar de los cambios introducidos mientras rija el cepo por más que se invierta nadie se llevará un dólar.

También, porque a pesar de las muchas y escandalosas ventajas que se otorgan a los futuros inversores, la exportación de hidrocarburos seguirá condicionada a la autorización del gobierno nacional.

En suma, al maltrato permanente hacia las provincias, que incluye la eliminación de la obra pública, del Fondo del Transporte y del Incentivo Docente; al goteo cada vez más agónico de la coparticipación de impuestos y a la demanda de ajuste permanente, se suma de vez en cuando algún nuevo desplante como el del Parque De Nevares, un verdadero manotazo que con el afán de un carterista intenta consumar el gobierno de Milei.

Desde luego, el centralismo porteño no es ni con mucho privilegio del actual gobierno, pero sin duda, el actual presidente lo ha llevado al extremo, al punto que el maltratado sistema federal argentino está prácticamente en vías de desaparecer.

Uno de los primeros sorprendidos por el intento de despojar a la capital neuquina de su paseo, en el que además se realiza una muy concurrida feria de emprendedores, fue naturalmente el intendente Mariano Gaido quien advirtió que trabajaría con la provincia en la defensa de ese “espacio público de todos los neuquinos”. De hecho la edición de este fin de semana de ese acontecimiento se hace bajo el lema “El parque no se vende”.

Neuquén pasa por una buena etapa económica a raíz del fuerte incremento de las regalías de petróleo y gas, y sus autoridades hacen esfuerzos por absorber con el presupuesto de la provincia todo lo que día tras día el gobierno de Javier Milei y sus mandantes de la burguesía concentrada traman contra los trabajadores, los jubilados, los estudiantes y las provincias, y en beneficio exclusivo de ricos y poderosos.

Y si bien es cierto que la provincia está hoy mejor que la mayoría de sus pares de todo el país, es preciso tener en cuenta que en algún momento, más tarde o más temprano, será alcanzada plenamente por el colapso económico y social que provocarán las políticas ultraneoliberales que lleva adelante el cruel e insensato gobierno nacional.