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01/09/2024

Milei y la maldición del número 20

Milei y la maldición del número 20 | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El derrumbe del 20% de la economía es un promedio que revela un grave deterioro general y concluye un ciclo de seis meses.

Humberto Zambon

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Alejandro Rofman es un destacado economista argentino, especializado en economía regional, que lleva muchos años de docencia y de publicación de libros e investigaciones en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y como investigador del Conicet. Por su actividad fue galardonado como “profesor honorario” de la UBA y doctor (HC) de varias universidades argentinas.

En la actualidad, jubilado, Rofman distribuye entre colegas y amigos un informe mensual de la coyuntura económica argentina, redactado con su lucidez y profundidad habitual. En agosto, con motivo de cumplirse 8 meses de gobierno de Milei, ha publicado el Boletín N° 29, que consta de tres partes: 1) la situación económico social; 2) la financiación de la educación superior y 3) la situación actual de la niñez. A la primera de ellas me permito resumir para nuestros lectores.

Comienza su informe con lo que denomina “El gobierno de Milei y la maldición del número 20”, debido a que “un número relevante de indicadores económicos y sociales se expresan al fin del primer semestre de este año con una caída de su valor real en no menos del 20%”, con una tendencia que se mantiene:

a) derrumbe de la actividad industrial fue del 20% en junio de este año con respecto al dato del año anterior del mismo mes. El deterioro es solo comparable con la pandemia, cuando la actividad en el 2020 estaba prácticamente limitada por el cierre de muchas empresas. Todos los rubros muestran caída, en primer lugar y en especial los relevantes para la innovación tecnológica (equipos de aparatos de informática, televisión, y comunicaciones, aparte de componentes electrónicos), rubro que experimentó nada menos que una reducción productiva del 61% interanual. En segundo término, la maquinaria agrícola, pese a que el sector se recuperó de la intensa sequía del año 2023, tuvo una baja del 41%. Una reducción singular se vio en la manufactura de electrodomésticos, con un derrumbe del 39% debido a la menor demanda interna.

Un segundo grupo de actividades muy dañadas es el de la construcción. La producción de asfalto se redujo en un 50% semestre a semestre; el cemento se derrumbó el 31% con respecto a su desempeño un año atrás.

Finalmente, la industria del acero bajó el 35% entre los dos semestres últimos.

El derrumbe del 20% es un promedio que revela un grave deterioro general y concluye un ciclo de seis meses, con pérdidas en las ramas con tecnología de punta solo amortiguada por el desempeño del rubro alimenticio en donde la producción y exportación de harina y aceite de soja juegan un rol compensador.

b)La licuación de los haberes jubilatorios afectó particularmente por su magnitud en cantidad de beneficiarios a 20% en términos de poder adquisitivo entre ambos primeros semestres considerados. En su conjunto, en toda el área del gasto en pensiones y jubilaciones, el poder de compra de los haberes cayó un 30% real en el primer semestre del gobierno de Milei con respecto al primer semestre del año anterior. Afecta a 7 millones de personas (alrededor del 16% del total de la población) Esta descomunal reducción del poder de compra de jubilados y pensionados constituyó una de las principales variables de ajuste que aplicó el gobierno para reducir el gasto total, con el fin de hacer desaparecer el déficit del sector público. El fatídico número 20 que constituye el aporte que han hecho los receptores de la jubilación mínima (que son más del 50% del total de los jubilados) es el resultado de una política que no va contra la casta, sino contra los que menos ingresos perciben en nuestra sociedad.

c) El tercer ejemplo del fatídico número 20 es el referido a una situación social muy particular. Datos actualizados estimados por el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina indican que el porcentaje de habitantes que presentan el perfil de indigentes se elevó al 20% del total de pobladores del país. En los años anteriores este índice fue muy elevado solo en momentos excepcionales, como la crisis del 2001 (llegó al 25%), pero en sucesivos años logró ser reducida a valores en torno al 5% (al cierre del último gobierno de Cristina Kirchner). Luego la pandemia hizo que tal porcentual volviese a elevarse, pero la recuperación del 2021 lo llevó otra vez a un valor en torno al 8-9%. Ahora, más que se duplicó en muy breve tiempo. Ello quiere decir que para un quinto de la población de Argentina en el primer semestre de este año se verificó un panorama francamente desalentador. Prácticamente 9 millones de habitantes carecieron de recursos indispensables para comer adecuadamente según un patrón de consumo oficialmente estimado como imprescindible, y el salto entre una situación indeseable como era la existente antes de la implantación de la nueva política oficial supuso un empeoramiento sustancial de la calidad de vida de una inmensa masa de pobladores de nuestro país.

“Estos tres ejemplos marcan retrocesos intolerables si se los evalúa en su impacto real sobre el perfil económico y social del país” y ningún observador se atreve a asegurar que haya recuperación en los próximos meses.

Es decir, estamos ante la presencia de dos fenómenos muy negativos en el plano económico y social, provocados por la gestión del sector público en forma despiadada: en primer lugar se trata de un escenario provocado por la política económica oficial en forma adrede en un proceso de ajuste estructural totalmente injustificado y del que se suele vanagloriar el mismo presidente de la República; y, segundo, aún en el hipotético caso de que la economía se recuperara, la distribución de los frutos del crecimiento económico con equidad social no parece a corto plazo, porque la actual gestión reniega de toda política de compensación social que descanse en principios de justicia distributiva o mayor carga tributaria sobre los que más tienen.

Rofman concluye este punto: “ya se ha producido un daño irreparable al bienestar mínimo que se le debe asegurar a todo habitante que pueble el país. La pregunta es por demás lógica: ¿Quién le va a devolver y cuándo todo lo que perdió en estos meses… por un ajuste económico autoinflingido por el mismo gobierno, sin necesidad, y que no era previsible que tuviese lugar, según estimaciones del FMI de noviembre del 2023? El tremendo costo social de este ajuste, que va a (beneficiar a) un grupo muy reducido y privilegiado de habitantes que van a acrecentar sus beneficios en forma inusitada a costa de la salud social de la mayoría, no se va a poder reparar. Desde ya, este modelo de país que hoy estamos transitando va a quedar como una etapa trágica para los sectores sociales mayoritarios de ingresos más bajo que el promedio general”.

29/07/2016

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