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Columnistas
18/08/2024

Omisiones e izquierdas fest

Omisiones e izquierdas fest | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El conflicto mundial, definido como la férrea lucha entre el orden monopolar del Norte (ex) hegemónico y el Sur Global multipolar (hoy abanderado en el BRICS+) requiere en los primeros la propagación de la franca mentira.

Oliverio Jitrik

Cuando las fuerzas Armadas de Rusia cierren el lazo en Kursk y aniquilen la operación de Kiev -esa extraña iniciativa, más hecha para excitar a Bild o El País que para atrasar la debacle de las huestes del ilegítimo muñeco de Hillary-, ya cancelado un vago futuro de negociaciones, pasaremos a los capítulos siguientes: la toma sucesiva de Jarkov. Odesa y Dnipro. Lo que terminarán por desear -aunque no lo entiendan todavía- aún los más parciales y obcecados progres antirusos-social demócratas y verdes, constituidos en la nueva versión del fascismo, como bien declara el comandante Maduro. No desearlo (aunque de corazón lo vomiten) es, tácitamente, aceptar un conflicto termonuclear.

Con la “rama venezolana” del conflicto mundial (CM), se destaparon varios neofachos, entre los que se destacan, por su lamehuevismo cimero, el muñeco de turno en Chile (su presidente) y la ex candente Camila Vallejo, más vendida que la ribera del Paraná. Constituyen una izquierda “Fest” (1), festivalera, que converge en sus objetivos finales con la derecha “fest”, aquella nucleada en un próximo festival/encuentro en Buenos Aires, organizado por la nueva camada de jóvenes “influencers” protofachos desembozados, desde luego seguidores de Milei pero que, a diferencia de su “antítesis” de izquierdas, son anti LGTB.

El CM, definido como la férrea lucha entre el orden basado en reglas monopolar del Norte (ex) hegemónico y el Sur Global multipolar (hoy abanderado en el BRICS+) requiere en los primeros la propagación de la franca mentira, de la verdad a medias y de la omisión como mecanismos necesarios para afirmar la desinformación. Todos los operadores satélites del Imperio del Potomac -para decirlo sin rodeos- siguen a conciencia los manuales y estrategias posmodernos de la comunicación, siempre en aras del objetivo común de instalar la “postverdad”. La omisión es el más tibio, por ser indirecto, de sus vectores.

En Japón, en el usual aniversario de Hiroshima y Nagasaki, los japoneses hablaron desde los estrados sobre “sufrir los bombardeos con armas atómicas en el 45”, pero callaron la identidad de sus autores. Lo mismo sucede con el líquido Rafael Grossi, argentino y director de la OIEA en Viena, quien advierte desde el 2022 de los ataques a la central nuclear de Zaporozhie pero, en un estado total de abstracción, omite sistemáticamente a los responsables que, para no variar, son los fieles mentores de Stepan Bandera en los llanos de Kiev. Al menos, es justo decirlo, no acusa “a Putin”, aunque indirectamente ha de pensar que el tovarich provocó todo esto al “invadir” Ucrania. Recuerdo de paso al ministro de Macri, Esteban Bullrich, quien caracterizó (en los Países Bajos, con reina argentina presente) a Ana Frank como víctima de las “desavenencias entre las naciones”. Para Bullrich, los SS que la capturaron en Amsterdam serían, en el mejor de los casos, casi tan víctimas como la propia deportada a Bergen-Belsen. En realidad, quizás sin saberlo cabalmente, Bullrich se anticipó a toda esta nueva marea negacionista occidental, en la que el nazismo en Kiev es ocultado cuando no ensalzado, como en Ottawa; más aún, alimentado con armas que sólo sirven para alargar una guerra para ellos inganable.

En la subescala argentina, es el caso del comentado y casi coqueto “olvido” del vocero de Milei quien, como es ya viral, en el “día del Zurdo” no incluyó en su lista al eterno Diego Maradona, correctamente identificado por el régimen de Milei como una versión del Cid Campeador que los sigue y seguirá molestando desde el Más Allá.

La omisión es muy eficaz para desinformar. Es más barata y no arriesga tanto -frente a futuros juicios- como la mentira explícita.

Otro mecanismo de la postverdad aflige las inteligencias contemporáneas: el sofisma barato. Cancillería de México invitó a Putin a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, en octubre(2). Y también al ilegítimo Zelenski. Pero saltaron allá en el Rancho Norte por lo primero: “...Putin es un autócrata, y que dada su responsabilidad en tanta muerte y destrucción, su presencia “restaría valor a lo que será un momento histórico” para el país vecino”. ¿Qué tendrá que ver la manteca con la velocidad? ¿“histórico” por qué? Autócrata y homicida: le pega a sus hijos y pisotea las piedras.

 

(1)

Izquierda fest

(2)

Putin en México

29/07/2016

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