Si la globalización fuera una inteligencia artificial (IA), podría decir: "Hola, soy la Globalización... y tengo una noticia buena y una mala para darte. La buena es que África ya no es colonia de nadie; la mala, que Kamala Harris es una empleada bien paga de las corporaciones del armamento y que, si ella ganara, Estados Unidos redoblaría sus acciones belicistas en todo el mundo y seguiría alimentando guerras y matando gente en los cuatro puntos cardinales con tal de que su economía no se caiga... aunque en la campaña contra Trump esté diciendo todo lo contrario, pues si dice lo que va a hacer, no la vota nadie. No olviden -proseguiría la IAG- que el 70 % del PBI estadounidense lo aportan los trusts de la muerte, como Raytheon, Lockheed, etcétera.

Respecto de la buena noticia, digamos que Níger ya no sólo se sacudió el yugo de Francia sino que, además, negocia con Irán la venta de 300 toneladas de uranio, lo cual les frunce el tujes al Bibi Netanyahu y toda su cohorte de sinver-sionistas que masacran, por estos días, a la población civil que vive en una región de Palestina aherrojada en ese Sobibor a cielo abierto habitado por sus dueños palestinos a quienes el enemigo llama "gazatíes" y algunos amigos despistados, también. La masacre que Israel está perpetrando allí y la guerra de agresión que la OTAN libra contra Rusia sirviéndose de un gobierno títere, configuran el contexto global más crítico en el que se desenvuelven los asuntos latinoamericanos y argentinos en particular, escenarios junto a los cuales hay que prestar también mucha atención a los riesgos para la vida de la población civil argentina que ha pasado a ser blanco móvil de un eventual atentado terrorista debido al ideologizado e irresponsable alineamiemto del gobierno argentino con un "rogue state" como es el actual Israel dirigido por el partido Likud.

Y en el caso, argentino, si ese fuera el caso, puedo escribir los versos más infatuados esta noche... Escribir, por ejemplo que rara vez me falla el radar cuando se me antoja que un tal por cual es, en realidad, un pobre de espíritu que imposta una bonhomía encubridora y que, asimismo, disimula el egotismo hecho carne en ese espíritu vulgar donde no es posible detectar ni un ínfimo taquión de virtu, que es esa palabreja que usaba Maquiavelo cuando quería referirse a las cualidades imprescindibles en un hombre de Estado.

Parecen progresistas, pero se les huele de lejos que no lo son. Tal vez porque progresistas en serio eran los muchachos de antes que, como se sabe, no usaban gomina.

Al círculo de decisores en las sombras que, según suele decirse, está detrás de las medidas de fondo que toman los gobiernos elegidos en elecciones, parece habérsele abierto una bifurcación en el sendero que venía transitando en la Argentina. Un nuevo día sorprende a esos decisores en un punto de cruce entre el kirchnerismo y el peronismo "global", que es como decir el enemigo principal y el enemigo secundario de ese círculo de decisores. Y su dilema consiste en que, a estas horas, dudan entre concentrar el ígneo incienso "purificador" sobre aquél o hacerlo sobre éste, que es todo el peronismo y sus dirigentes, sean del palo y del color que fueren, llámense Fernández o Moreno.

Lo que les dinamiza las dudas es una certeza: así como vamos -se dicen- perdemos; y ha sabido leer bien el aludido círculo. Perdemosquiere decir que las derechas, aun con diversidad de formatos, pierden en 2027, a manos de cualquier candidato peronista, y quiere decir también que el peronismo no necesita de nadie muy calificado para derrotar al neoliberalismo -extremo o moderado- en las próximas legislativa del año que viene y presidenciales de 2027. El hambre aguanta pero no tanto. Y faltan tres años de hambre.

Se encarnizaron, de movida con el gobernador de Buenos Aires, intachable de corrupto y que, encima, se encaminaba a coronar con éxito una gestión hidrocarburífera que implantaría, en la provincia que conduce, una megaobra descomunal y que, si ese hubiera sido el caso, la "escuela austríaca" lo miraba por tevé. Fue una gestión de Kicillof la que trajo al "tigre" malayo (Petronas) a la Argentina a asociarse con la YPF que nacionalizaron Cristina y el ex ministro de Economía.

Operaron, entonces, para que las palmas del triunfo se las llevara un ínfimo pueblo rionegrino abandonado de la mano de Dios y de Pichetto (que supo gobernarlo) y que, por eso, ni puerto tiene para albergar una planta de GNL. Si el éxito coronaba esa inversión de una YPF estatal con sello kirchnerista, los verdaderos estúpidos de esta película, quedarían en evidencia. El canal de "Héctor" y repetidoras en todo el país (que, mientras siga siendo monopolio de "Héctor", impedirá cualquier asonada justiciera "nac & pop", aunque hay que decir que si hasta ahora no se ha verificado ningún logro estratégico atribuible a tal cuadrante ideológico ello no se debe sólo a la malignidad de los medios sino también, en medida trascendente, a que estos nacionales y populares de la posmodernidad globalizada se marcan solos, y con al arquero caído son capaces de mandarla a la tribuna.

Se ven venir que Milei pierde a manos del peronismo. Y del peronismo, por lo tanto, no debe quedar piedra sobre piedra. "Peronismo" debe consolidarse como fonema y vocablo sinónimos de corrupción y, para eso no tiene que haber ningún peronista honesto. Y de Alberto y de Moreno se podía, hasta hace poco, decir de todo menos qué lindo, pero que se apropiaban de un peso del erario era imposible afirmarlo sin quedar en ridículo. Decir de Alberto Fernández que "se robó todo" era increíble para todos, hasta que empezaron a hurgarlo por el lado de los seguros. Hasta ese momento era un peronista honesto. Ahora ya no, pues apareció el "affaire Hecky". Pero decir que es un golpeador de mujeres, no es increíble, por lo menos para la mayor parte del auditorio.

Fabiola, "no quiso", denunciarlo, pero después quiso. Qué pasó en el medio es lo que sólo Ercolini (el que viajaba con los entenados del amigo "Héctor" a Lago Escondido) sabrá; no hay delito, dijo el juez que intervino en las derivaciones de ese escandaloso viaje, porque se trató de una actividad privada, pero cuando juez y parte se revuelcan en el barro de las complicidades delictivas lo esconden (no siempre en un lago homónimo, pero lo esconden) y siempre lo hacen en privado y los periodistas que los encubren nada dicen, como sí están gritando ahora contra el progresismo y las políticas de género. Sólo Ercolini -recusado por el ex Presidente presuntamente golpeador- sabe ciertas cosas. Al parecer, Fabiola, desde Madrid, decidió to take the zoom on y "eligió" a Ercolini para conectarse por ese medio digital. Ercolini no sólo es juez federal sino que también tal vez haya leído a Luhmann, con lo cual sabría que para que la sanción penal no sólo sea efectiva sino, incluso, para que exista, deber ser conocida por una sociedad que cree lo que dice la tevé, y lo contrario si también lo dice la tevé. Y así, rápido de reflejos, bocinó el asunto con trompetas, pífanos y tambores. La "operación Fabiola" está en marcha y no porque huela a opereta, tal conjetura pone en duda lo que dice la ex esposa del ex presidente, una mujer irrespetada en lo más puro y humano que tiene la condición femenina, pues eso -irrespetada- es una mujer golpeada por un hombre, por un adulto, de quien sus hijos propios están sufriendo a estas horas, sin merecerlo, la vergüenza. Las fotos que acreditan que la víctima dice la verdad aparecieron cuando lo que se buscaba en los "smartphones" era otra cosa: eran las pruebas de cómo Alberto Fernández presuntamente robaba dinero público para sus amigos a través del sistema de seguros con eje en el Banco Nación. Esas pruebas todavía no aparecieron pero -también así parece- aparecerán. Todavía y en todo caso, hay presunción de inocencia.

Y así, que sea una operación no le quita criminalidad a la conducta; así como que tal conducta sea criminal no excluye que todo sea una operación.

Si la hipótesis de que lo que eventualmente se estaría buscando fuera destruir a todo el peronismo de cara al 2027, irían cayendo, así, fuera de combate, varios enemigos de CFK; pues también derrapó el otro enemigo, Guillermo Moreno; sólo falta Massa para que el trabajo sea completo. Pues Sergio Massa, el inoxidable que podría ganar en 2027, deberá saber que ya andarían fisgones y "paparazzis" innominables husmeando en las debilidades humanas del tigrense en busca de negocios vinculados a lo inconfesable. También Axel Kicillof deberá cuidarse de las emboscadas. Sobre todo Axel Kicillof. Hasta hoy, lo único que han podido hacer los "ensobrados" que aquí sobran, es cuestionar su eficacia como administrador, haciendo eje en que "perdió una inversión". Pero no es eso lo que le molesta al círculo que revolea coimas como en piñata de navidad. Lo que dispara sus peores miserias ocultas es que Kicillof tiene los principios bien puestos no sólo para decir que el "rigi" es una estafa a la soberanía nacional sino también para no sumarse a la caravana de obsecuentes que firmaron ese estatuto de la dependencia y subordinación capitalistas.

Pero también se los nota muy activos en las redes a los partidarios de imputarles las bajezas de Alberto Fernández no a todos sino "sólo" a Cristina y "el kirchnerismo". CFK sería responsable de las golpizas a Fabiola Yáñez porque "ella lo puso". Se lleva las palmas en esta cartesiana reflexión el reputado intelectual argentino Fernando Iglesias. De modo que no se sabe bien todavía si van por el enemigo principal, por el secundario, o por ambos.

Siempre hay algo detrás de un Colorado, esa vieja marca de cigarrillos que alimentó cierto glamour estúpido de los años 60 o 70 (no es fácil recordar detalles de la prehistoria humana); y no siempre ese algo que está detrás de un Colorado son las olas y el viento y el run-run del espectáculo. Frecuentemente, son "ellos" los que vigilan a través del sucio y gastado vidrio. Lo que hay ahora, es mal olor, que es el olor que exudan todas las operaciones. Y cuando la confusión es grande y abigarrada, desde los tiempos más remotos circula, en la política, una máxima de oro: si no se sabe quién fue, hay que mirar a quién le conviene. Ni el peronismo ni el macrismo se favorecen en nada en medio de todo este sórdido aquelarre. La AFI se renueva y hasta cuenta con un flamante "señor 5" que llegó con una buena dote: 100 mil millones de pesos... y por decreto.

Un Bilderberg de cabotaje que es esa mala junta de apelativo "círculo rojo", es aludida aquí. Y se los percibe, borrosos pero tangibles, como a través de las volutas de humo sensual, soplado con placer y lasitud. Y ni por asomo quieren que Milei pierda en 2027. O es este equipo de "expertos", o no será nadie. El círculo no los puso ahí para que, al cabo de un suspiro, un impensado cuatro de copas venga a aguarles la fiesta.

Y así, ocurre lo que está ocurriendo. Como el niño de Walt Whitman, un periodista preguntó, mostrándose con sus manos colmadas, ¿para quién trabaja Fabiola? ¡Qué podría contestarle...!; yo ignoro, como él, para quién trabaja Fabiola. Yo le sugeriría, cherchez la universidad Kennedy. De allí viene Fabiola.

A mí se me hace cuento que les importa la democracia en Venezuela y los derechos de la mujer en todo en el mundo; los juzgo tan inapelables como un tósigo de Borgia y tan silenciosos para matar como una hornalla abierta.

Nunca han sido invencibles, sin embargo. Ganan siempre, hasta que pierden.

Axel, el incorruptible, se cuida solo, pero ya es un blanco móvil.