Si Milei completa el término de su mandato constitucional, creerá que liderará las fuerzas de la derecha, aunque sospecho que Macri no regalará el Proa Milei ni a nadie. El Proes de él y seguirá siéndolo, en su carácter de gran tótem de poder político.

Por lo menos es lo que piensan sus adherentes y de lo que está convencido el propio Macri.

Sus diferencias con Bullrich y cualquier otro de la ex cúpula del Pro son inspiradoras de lo que intenta en su relación con Milei. Todos saben del sólido sentido de propiedad que acerca de sus posiciones políticas y recursos siente Macri, aún con años por delante para intentar una vez más ocupar el trono del poder político en la Argentina.

Para ello cuenta con gente de su clase que lo apoyará decididamente. Macrí es más político que Milei que suele sellar toda diferencia con el agravio. Macri estará al tanto de seducir a quien ande sin rótulo partidario que pueda acercarle recursos o prestigio. El espacio que ha creado es más amplio que el que contiene a Milei cuya plasticidad suele contener el estigma de la intolerancia.

Puede ser que lo favorezca la vigencia de las ideas de derecha ya instaladas entre las tradiciones de la sociedad argentina y sea él, Macri, quien las lidere por sobre Milei.

Esa sociedad ya saciada con el estilo de Milei, extremo y blasfemo, puede optar por un discurso más moderado y coloquial, encuentre en Macri el tono y el estilo que le caiga mejor.

Además pocos van a crear una alianza con alguien como Milei que desprecia el aporte del aliado y mucho menos la gente del Pro aceptará verse en situación de actor secundario en esa alianza. Visto las características de los actores no habrá, en principio, quien acepte el segundo lugar en el protagonismo ni su ausencia en los lugares relevantes de las listas de candidatos.

Y acá una salvedad necesaria, pues una gran parte del éxito de uno y otro dependerá de que Milei llegue habiendo cumplido integramente su mandato de cuatro años y que Macri recobre el centro político exponiéndose ante su electorado. Me resulta difícil concebir que competirán si se presume de buena fuente que uno de los dos prevalece. Si antes de la elección persisten en competir veo que Milei tendría más chances de superarlo. Es que se trata de dos personajes políticos que pierden ante una competencia que se presenta como normal.

En concreto creo que Macri tiene la obligación de mostrarse mejor que Milei tanto en gestión como en campaña.

Otro factor que discrimina es la dimensión territorial que se supone que es mayor la de Macri que la de Milei, además para que esa amplitud se cree, depende que su gestión logre, sin mistificaciones los objetivos prometidos, de bajar la inflación y promover el bienestar.

Si bien es cierto que Milei ganó en el 2023 con un partido en que gravitó más su figura que cualquier formación política conocida, estimo que esta segunda vez cuando se vaya jugando la presidencia de la república, se requerirá algo más que un histrionismo televisivo o una motosierra que sirva para aserrar puestos de trabajo y conculcar derechos.

La porfía se avizora que se librará entre las dos fuerzas de derecha en ese espacio. No quiere decir que ambas sean las finalistas por el premio mayor, pero en ese sector y si no se suman, pelearán cada una por prevalecer sobre la otra. Y si hay una tercera fuerza, el peronismo o una de centro izquierda, puede que el espanto de perder, fusione a las derechas como para no quedarse sin nada.