Qué trabajo para el topo, destruir al Estado socavando bajo tierra toda su estructura, y ahora se propone dar el abrazo del oso al peronismo dialoguista.

Sin Estado y con partidos debilitados en la competencia política, las seguridades de Guillermo Moreno que postula desde hace rato que Milei ya está listo, se desmienten calamitosamente. Moreno piensa que no debe hacerse nada para terminar con este gobierno porque se cae solo. Es difícil aceptar semejante afirmación. Los vacíos políticos los llena el que tiene más poder o está con el poder en sus manos. Si no hay alternativa vigente, si se carece de argumentos que refuten los disparates de Milei, éste ganará terreno y se expandirá a como dé su fuerza.

Es cierto que en política no todo suma, lo que reubica a la sociedad de momento son las jugadas de Milei que por más adolescente que aparezca a los ojos de Moreno, sabe apretar a una comunidad de dirigentes muy débiles y divididos y también a una sociedad que luce desamparada políticamente. Sus planteos no dejan opción pero pueden darla, aunque en cuanto retoma su poder es renuente a cumplir sus compromisos, por lo tanto la cesión se retrotrae al punto de inicio. Fraude y coerción es una fórmula que hasta ahora le ha dado grandes ganancias en el ruedo político.

Es que el presidente es extemporáneo hasta para ceder su posición. Las maneja por los medios, oculta la trama de las negociaciones y finalmente, esos mismos medios se contradicen porque suelen afirmar que ha habido consenso y al mismo tiempo que Milei volverá a la carga con su irreductible posición.

Nadie sabe muy bien cuál es la vigencia de las leyes y si ellas tienen suficiente valor para autosostenerse, enfrentadas como están a la discrecionalidad de este presidente.

¿Es la ley Bases o las decisiones desregulatorias de Sturzeneger?

¿Es Aerolíneas Argentinas estatal o la desregulación en la que por decreto la reubica el gobierno, donde declina su prioridad y la expone a que sea privatizada?

No desconozco los valores de adhesión que tiene el peronismo y algunos de sus líderes pero estamos asistiendo a una lenta caída de su valor como opción electoral. La historia no siempre vuelve a repetirse y hay quienes vienen trabajando de topos contra el peronismo desde hace tiempo. Hoy una de sus herramientas más eficaces, como es el Estado, se desmantela, y caen derechos consagrados que de indiscutibles se convierten de la noche a la mañana en prescindibles y se borran del mapa.

Los que creen que el gobierno saltará por el aire por la crisis económica, quizás olviden que está agarrado al imperio por otras claudicaciones. Esas que se refieren a la defensa nacional y al maridaje ideológico.

El relato de la situación política actual en nuestro país solo ofrece a futuro, de no revertirse, el descenso de aquel ascenso social que mostró durante décadas de vastas mayorías. Solamente la lucha política en todos los terrenos puede frenar este descenso.