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Columnistas
16/06/2024

Una larga bolsa llena de ignorantes

Una larga bolsa llena de ignorantes | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Esta semana el Ejecutivo nacional sacó un decreto para que el sureño Lago Acigami pierda ese nombre yagan y pase a llamarse Lago Roca. Buen intento colonial, pero -como mucho de lo que hace el actual gobierno- un tanto bruto y con olor a naftalina.

Fernando Barraza

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1 – El Prefacio

Primera persona del singular: la academia del periodismo lanzará un grito de desaprobación, pero lo primero que voy a hacer es hablar en primera persona para posicionarme frente a quien lee, porque si bien al periodismo se le exige neutralidad objetiva para ser -supuestamente- honesto, ésta disciplina de la comunicación social cumple 322 años (dicen que nació con el primer periódico, editado en 1702) y todo el recorrido que ha hecho globalmente hasta aquí nos ha demostrado con sobradas creces que en esa supuesta objetividad sin primera persona y con el antifaz de “independiente” puede esconderse un monstruo plagado de intenciones empresariales precisas, con ideologías políticas irreversibles y autoritarias y con un espíritu de control de masas que asustaría al mismísimo Goebbels.

Encienda la tele, o mire reels de cualquiera de las seis redes sociales que dominan el mundo y verá a decenas, tal vez cientos de ellos. Todos iguales: de traje más o menos clásico, cortes de pelo amable, teléfono o anotaciones en mano. Todos jurando decir la verdad de manera neutral e independiente, pero atentos y atentas a la ventanilla por la que pasarán a cobrar el dinero que los sostenga en el country en el que viven.

¿Quiere decir esto que todos los periodistas son iguales? No ¡no sean exagerados, por favor! Que este principio de generalización boba que de toda exageración lanza una regla es lo que nos ha traído hasta aquí, hasta este escenario en el que se puede hablar de “topos de destrucción” con una inflexión gestual orgásmica y a la vez presidir un estado nacional.

Volvamos a lo anterior, por favor. No nos corramos tanto del eje de este artículo. Decía que iba a posicionarme en primera persona para escribir esta nota. Ahí va:

Iñce mapuce gen, iñce mapuce amulzugufe (soy mapuche, soy comunicador mapuche)

Ahora sí. Todo lo que diga a continuación lo diré desde ese lugar, un posicionamiento de identidad desde mi ser perteneciente una cultura existente, viva, sana y fortalecida, la misma que se intenta fosilizar en la historia tipo Billiken y demonizar en la actualidad.

Aclarado el asunto: ¡comencemos!

2 – El Lago

El lago fue nombrado con el vocablo “Acigami” desde una antigüedad casi sin posibilidad alguna de ser datada. La ciencia puede acercarse en números, sin ser del todo exacta. Lo que es seguro es que demostrará que “Acigami” se le ha llamado al lago desde hace siglos.

La palabra significa "cesto largo" y está expresada en idioma inchikut, la lengua de nuestros hermanos y hermanas del pueblo nación yagan. A pesar del genocidio perpetrado en sus territorios por los nacientes estados argentino y chileno durante el Siglo XIX (datado por los mismos perpetradores: todos los documentos están a la vista de quienes tengan curiosidad o necesidad moral de verlos) aun viven personas de ese pueblo nación, solas o en pequeñas comunidades a ambos lados de la cordillera. En derredor al “cesto largo” viven varios, por ejemplo.

El lago se encuentra al oriente del territorio yagan conocido como Yendegaia (la bahía profunda) que va desde donde hoy está el canal de Beagle hasta la actualmente llamada Cordillera de Darwin. Es de origen glaciar y se encuentra en sentido longitudinal noroeste-sureste, entre los cordones montañosos del Guanaco y las Pirámides de la cordillera de los Andes.

Tiene un largo de aproximadamente 11 kilómetros, con un ancho promedio de 1,5 kilómetros, por eso se le llama “cesto largo”. Explíquenselo al vocero Adorni, que el miércoles pasado se burló en cadena nacional de la cultura yagan que -conviviente con una fuerza natural de esas dimensiones particulares- lo bautizó de esa manera, alineándose con la naturaleza.

Dos tercios del lago está en el actual territorio chileno. La otra tercera parte es argentina. Jurisdiccionalmente forma parte de la Comuna de Cabo de Hornos, que a su vez forma parte de la Provincia de Antártica Chilena, y de este lado es la Provincia de Tierra Del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Esta semana el lago fue noticia, porque un puñado de funcionarios encomendados por el más alto mando del poder ejecutivo de Argentina decidió sacar un decreto para volver a llamar institucionalmente al lago como “General Roca”, así como le habían puesto en el último año del siglo XIX, suponiendo que con este “reboot” (por usar un término técnico canchero, de esos que les gustan a ellos) desdibujarán la memoria ancestral del lugar.

¿O están reivindicando el genocidio allí acaecido?

No lo sé: que quien lee decida con qué llenar este espacio vacío en el presente que se manifiesta con acciones simbólicas como ésta.

Lo cierto es que no conformes con la primera acción: torpe, innecesaria e inútil, mandaron inmediatamente a dos de sus principales delfines a sueldo (estatal, claro, “con la tuya” style) a boquear en medios y redes con la alegría bobalicona del que es un poco idiota por ignorancia o pereza, o por propia naturaleza.

El primero fue -ya lo dijimos- el vocero presidencial, que con su tono monocorde de estandapista medicado ironizó sobre la supuesta “ridiculez” de llamar al lago “bolsa larga” (¿?) Háganos un favor Adorni: antes de cerrar el CONICET, pase por allí y lea alguno de los papers que se han escrito sobre la cultura yagan y deje de decir burradas en público: entienda una cultura, sorpréndase a usted mismo descifrando las toponimias desde un lugar del raciocinio al que jamás usted ha ido. Empárdelo con el Age Of Empire, o con cualquiera de esos video juegos que usted juega, si quiere. Pero no se achanche. En los países que usted tanto idolatra -tome nota, por favor- no se achanchan, y se esmera siquiera un poco por entender. Tanto en EEUU, Canadá o Israel (¿están bien esos tres como ejemplo?) se estudia en profundidad -y con aliento y sustento del Estado- a las culturas originarias del lugar como para intentar entender los territorios.

Lea Adorni, no le va a hacer mal. Más bien todo lo contrario.

El segundo en salir al ruedo fue el legislador porteño e inversor en latas de atún Ramiro “todos somos españoles” Marra, quien haciendo gala de su atropellado intelecto de patético adulto con mente de pre-adolescente tardío escribió en Twitter, o mejor dicho X (pongámoslo así, para que no se enoje su nuevo amo, Elon Musk):

"#EXCELENTE El Gobierno modificó el nombre del Lago Acigami (nombrado así por los Mapuches) y pasó a llamarse -nuevamente- Lago Roca, su anterior denominación hasta el año 2007.

Sigue avanzando el plan del Gobierno para recuperar terrenos cedidos a mapuches por la gestión K."

No Ramiro, no fueron los K los que le cambiaron el nombre. En la gestión de Parques Nacionales decidieron hace 16 años decidieron RESTITUIR el nombre del lago ¿Nota la diferencia? Es como llamarle atún a la caballa, querido amigo. Esfuércese un poquito. Usted (creo) puede.

Y guarda con la data que tira, porque ni siquiera fue en 2007. Eche por favor al asesor que le acercó el dato, porque el decreto de restitución del nombre fue en 2008. Restitución, Ramiro: res-ti-tu-ción, el nombre es ancestral amigo, así lo mencionaron durante siglos los yagan y así sigue latiendo esa fuerza de la naturaleza en ese territorio: como un gran cesto alargado.

Pero si le preocupa haber confiado en quien le pasó el dato de 2007 o 2008, no se preocupe tanto, porque en su tuit hay un error aun más grave. Mucho más grave:

En el territorio de Yendegaia (la bahía profunda) no había mapuche alguno. Pero ni por asomo. Y se escribe mapuche Ramiro, sin S, porque es un término que no tiene plural, porque ya viene incluido en la morfología misma de la palabra (mapu = tierra, che = gente). Anótelo, le va a servir para escribir correctamente sus próximos tuits racistas y xenófobos.

¿Lo va entendiendo Ramiro?: decir que todos los pueblos originarios del sur del continente son mapuche es una generalización tan absurda como decir que todos los porteños son ignorantes y prepotentes como usted. Ya ve: es algo que no se condice con la verdad. Y la verdad no hace libres. Usted que es “libertario” debería saberlo bien.

Bueno, así están las cosas en la playa oriente meridional del lago Acigami: han quitado el hermoso cartel de madera que explicaba el nombre histórico y legítimo de ese espíritu enorme del territorio, y le han puesto este frío y aséptico cartel de chapa con el nombre de uno de los genocidas colonialistas y rifa patria más grandes de la modernidad. No olvidemos que Julio Argentino Roca ha sido considerado por la mayoría de los historiadores -hasta los mitristas- como uno de los funcionarios públicos que más se enriquecieron mediante la función pública.

Háganos un favor amigo, vaya hasta cualquier Biblioteca Pública (antes de que tengan que cerrar porque no pueden pagar ni la luz ni el gas) y lea en cualquier compendio de las editoriales de Domingo Faustino Sarmiento (¿le suena a usted que también es liberal?) para su periódico “El Censor” el artículo denominado «No se llenan» publicado el 18 de diciembre de 1885 que decía sobre Roca:

“[La Campaña del Desierto] fue un pretexto para levantar un empréstito enajenando la tierra fiscal a razón de 400 nacionales la legua, a cuya operación, la Nación ha perdido 250 millones de pesos oro ganados por los Atalivas, Goyos y otras estrellas del cielo del presidente Roca. Pero si se puede explicar, aun cuando no se justifique, esta medida antieconómica y ruinosa para el Estado, por la famosa Campaña del Desierto, después de que ésta se realizó sin batallas ni pérdidas de ningún género para el gobierno, no hay razón, no hay motivo alguno para que tal empréstito continúe hoy abierto... para los amigos del general Roca, máxime cuando la suscripción se cerró hace ya mucho tiempo. Es necesario llamar a cuentas al presidente y a sus cómplices en estos fraudes inauditos.

“¿En virtud de qué ley, el general Roca, clandestinamente, sigue enajenando la tierra pública a razón de 400 nacionales la legua que vale 3000? El presidente Roca, haciendo caso omiso de la ley, cada tantos días remite por camadas a las oficinas del crédito público órdenes directas, sin expedientes, ni tramitaciones inútiles para que suscriba a los agraciados, que son siempre los mismos, centenares de leguas. Allí están los libros del Crédito Público que cantan y en voz alta para todo el que quiera hacer la denuncia al fiscal. Al paso que vamos, dentro de poco no nos quedará un palmo de tierra en condiciones de dar al inmigrante y nos vemos obligados a expropiar lo que necesitamos, por el doble del valor, a los Atalivas [la familia del hermano de Roca]”

¿Qué le pareció? ¿Súper “kuka” el General, no?

Bien, Marra: si a usted le parece bien que haya un decreto intentando nombrar al lago Acigami con el nombre de este sujeto, que asesinó a miles de personas para repartir discrecionalmente los territorios a sus familiares y socios capitalistas, a alguien cuya primera propiedad fue una estancia de 35 leguas adquirida tres años antes de ser presidente, en un remate escandaloso, y que -durante su presidencia, en 1881- consiguió que la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, controlada por su partido, le donara 60.000 hectáreas en el lugar que él dispusiera, y que en 1887, durante la presidencia de su concuñado, lograra que el Congreso Nacional, siempre controlado por su partido, lo premiara otorgándole otras 15.000 hectáreas, que terminó sus días en su estancia “La Paz” anclada en territorio robado con sangre y fusil al pueblo Tonocoté, al norte de Córdoba, bueno Ramiro... todo esto no habla muy bien de usted, eh. Tuitee menos Marra, siga con las latas de atún, mejor ¿sí?

3 – This is the end

Pero igual no se preocupen mucho por esto, Adorni y Ramiro. Empiecen más bien a preocuparse por otras cosas bien perniciosas y antidemocráticas que su fuerza política está empezando a querer hacer en la república, porque la historia les demandará en breve por todo lo que vienen haciendo de la mano del inestable topo que viene del futuro.

Por este estúpido decreto y ese mugroso cartel de chapa, ni se molesten tanto en festejar, porque aunque celebren con brutalidades inexactas, racismo y sorna adolescente, no lograron cambiar nada. La naturaleza y la gente que convive en entendimiento con ixofijmogen (la biodiversidad ¡esta palabra SÍ está en mapuzugun, Marra!) saben muy bien cómo se llama ese lago.

Y ese lago se llama Acigami. En yagan se los diríamos:

Sima uaim Acigami akum!!! (Agua fresca del Acigami ven a nosotros).

Y en mapuzugun, la lengua de la tierra que habla el pueblo mapuche, cierro este artículo:

Petu Mogeleayiñ... Mariciwew!!! (Estamos vivas y vivos... diez veces nos caemos, diez nos levantaremos!!!)

29/07/2016

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