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02/06/2024

Hambre y asistencia alimentaria

Hambre y asistencia alimentaria | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

No hay que subestimar la distribución de alimentos como lo hicieron aquellos que se burlaron hace 60 años del gobierno de Illia.

Osvaldo Pellin

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Corría el año 1965 y el ministro de Salud Pública de la Nación era el doctor Arturo Oñativia en la presidencia del único profesional médico que llegó a presidente en la historia institucional de la Argentina, el Dr. Arturo Illia. Por entonces nuestro país tenía una tasa de mortalidad de menores de un año superior al 120 por mil nacidos vivos. Entonces se dispuso replicar aquí una experiencia que se había llevado a cabo en Chile donde se instituyó la dación de leche en polvo a los niños menores con la finalidad de bajar la mortalidad de los menores de un año, que en ese país también era muy alta y que se llevó a cabo con significativo éxito.

En nuestro país se abrieron más de 300 centros de maternidad e infancia y se designaron pediatras para su atención.

Cuando se comenzó a distribuir leche entera en polvo a los niños, la lectura de la comunidad médica ironizó como si la medida hubiese estado inspirada en pura demagogia política. No tenían en cuenta los datos de mortalidad y de desnutrición infantil que precedían a la mortalidad y que ellos podían palpar a diario en sus consultorios .

En Neuquén se ajustó la norma de los beneficiarios que hasta hoy sigue en vigor: Los niños que recibían el beneficio de la leche en polvo deberían estar bajo control médico con las medidas de peso y talla, crecimiento y desarrollo e inmunizaciones, datos que se computaban mensualmente.

Eso produjo un descenso dramático de la mortalidad infantil tanto en Neuquén como en el resto de las provincias que adoptaron esa práctica.

Traigo a colación este hecho histórico para que, en primer lugar se pueda medir la negligencia con que este gobierno del Sr Milei, frena la distribución de alimentos a una población hambrienta donde están incluidos también los niños.

Disponen de 5000 toneladas de alimentos metidos en un galpón y son renuentes a distribuirlos, quizás porque esperan que se venzan y con ello trasladar la culpa a la administración anterior o suponer a ojo de buen cubero que todo lo que se señala del hambre que está sufriendo nuestra población es una falacia.

En ese sentido están jugando con la muerte de nuestros niños y mayores y serán ante la historia culpables del daño ocasionado como si se tratara de un crimen de lesa humanidad.

No hay que subestimar la distribución de alimentos como lo hicieron aquellos que se burlaron hace 60 años del gobierno de Illia cuando decidió combatir la desnutrición con la dación de leche a los menores de dos años, so pena de ostentar ignorancia y crueldad. La prevención de la desnutrición en el “país de las vacas y el trigo” es más que un mandamiento médico. Es una obligación moral.

El hambre es una patología grave asociada a innumerables enfermedades sociales. En este caso hemos retrocedido de intentar tratar la desnutrición infantil vamos en camino de enfrentarnos, además de esas, con enfermedades de adultos a causa del hambre crónica.

29/07/2016

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