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04/06/2023

Votar al Frente, aunque no sea de Todos

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El 25 de mayo, bajo la lluvia y escuchando a Cristina. (Foto: Pepe Mateos).

En reemplazo de Néstor y Cristina asoman unos "nuevos cuadros" del recambio generacional peronista reacios al riesgo y la sorpresa. Si gana la dupla fachomacrista Bullrich-Milei y se adueña de la Casa Rosada y del Congreso, se viene la dictadura de Videla sin Videla. Eso es lo que hay que saber.

Juan Chaneton *

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Nada peor, en política, sobre todo en política electoral, que cometer errores de igual intensidad y sentido contrario que los que comete el enemigo ...o el adversario, para usar un lenguaje un poquitín socialdemócrata y, por ello, más tolerable para la gente honrada.

Pues no otra cosa que un error sería, tal como dijimos en nota anterior, dividir el voto popular votando por fuera del FdT, por caso, a Grabois a un otro cualquiera, siempre a salvo el respeto que nos merece este dirigente político socialcristiano. Pues si engordara su caudal de votos, lo haría a expensas del peronismo, es decir, debilitaría al FdT de cara a la derecha nucleada en J x C. Como Milei con Larreta, digamos. Una prueba más, por si faltaba alguna, de que nunca hay que escribir ni bajo los efectos de la cocaína ni, -como fue el caso- bajo los de la indignación. En ambas circunstancias, lo seguro es que se escribirán pavadas. "Autocrítica", aquí. Que, como decía el preclaro general Bussi, es (como "vector"), una palabra marxista.

Incluso si la razón nos dice que hay que tragar sapos y alacranes, hay que hacerlo si eso es lo mejor para el proyecto colectivo y para obturarle el camino a los que vienen a descargar sobre los trabajadores el peso de una crisis que ellos mismos se obstinan en fogonear cuando renuncian a industrializar el país con el argumento de que para qué vamos a fabricar acá si es más barato comprarlo afuera. La derecha es culpable de la pobreza que asuela al país por esa razón que entre otras ilevantables razones. Jamás he oído a un dirigente del FdT argumentar de ese modo frente a la derecha. En general, prefieren, esos dirigentes, enrostrarle a esa derecha oponerse a “ampliar derechos”.

Y no se les refriega a diario por la jeta esa verdad “industrialofóbica” (perdónese el feísmo) y la derecha, muy oronda, sigue repitiendo que pobreza es sinónimo de "populismo" y que vender lechuga en el mundo globalizado es, no en primer lugar el negocio de la Sociedad Rural y dueños de la tierra afiliados a esa antigua institución, sino lo mejor que puede hacer la Argentina. Macri y Patricia Bullrich piensan eso. También el "moderado" Larreta. Y  suelen decirlo.

Por eso cobra especial importancia el discurso del 25 de mayo en el que Cristina Kirchner delineó un proyecto de país, en lo económico y en lo político.

Este proyecto de país, consulta, en primer lugar, vender valor agregado -dijo CFK- que es lo mismo que decir industrializar el país. Ello así, porque el problema argentino no es de "déficit fiscal" como repiten mediocres que aprendieron esa letanía en dudosos think tanks privados, sobre todo privados de sentido nacional. El problema económico argentino, al contrario de lo que parlotean esos chantas de ocasión televisiva, es de patrón productivo, no de déficit fiscal, es decir, de qué es lo que producimos para nosotros y para vender al exterior, si "cañones o manteca" como metaforizó una vez Samuelson. La derecha quiere seguir vendiendo ni siquiera manteca, pues para ellos, con sólo exportar la leche alcanza, y eso con el visto bueno y bajo la infamante sonrisa patronal de unos Estados Unidos a los cuales tributa culturalmente esa derecha, que estornuda cada vez que el secretario de Estado se resfría, apoyada por un medio pelo votante al que el monopolio televisivo le cuenta todos los días que "soberanía nacional" es una antigualla que estaba muy bien para Güemes o San Martín pero que hoy las cosas han cambiado tanto que si esos exagerados de antaño resucitaran caerían en la cuenta de que el zodíaco y hasta la mecánica cuántica tienen su ascendente en el "salón oval" de la Casa Blanca.

Pero hay más, aun dejando de lado que "Japón, EE.UU., España, Israel, Chile, México, en el promedio de los últimos 25 años, tuvieron déficit fiscal, y un desempeño económico mucho mejor que el nuestro", según lo consigna el economista Alan Cosentino. (Ver artículo de Cosentino)

Pues resulta evidente que, aun suponiendo que con la exportación de commodities, esto es, vendiendo lo que da la tierra así, en crudo, sin ninguna elaboración agregada, equilibráramos las cuentas fiscales y dejáramos de tener déficit externo, al poco tiempo volveríamos a ser deficitarios, porque seguiríamos vendiendo producción primaria y ésta, en el mercado global, vale menos que lo que tenemos que comprar.

Así entonces, decisiones nacionales orientando la nave de la economía hacia la industrialización sería darle continuidad a un proceso que, a partir de 2003, encontró en los gobiernos argentinos una vía virtuosa de realización, y que venía a continuar lo que ya era tendencia creadora de riqueza genuina en nuestro país, a saber, la producción de satélites, teléfonos inteligentes, o la maquinaria agrícola y aquella apta para la electrólisis básica del hidrógeno verde. Entonces ... ¡no es el déficit fiscal ...!!!, es vender alpiste lo que nos hace pobres ... Y, junto con el alpiste, la actividad política de los dueños de la tierra nucleados en la benemérita SRA y en su vocero oficioso, el diario que Saguier no quiere que siga siendo de los Mitre a través de su legítimos derechohabientes.

Por suerte -o más por el talento del artista que por la suerte- hay quienes destacaron lo principal de lo que, en este sentido, se dijo en la plaza de mayo el lluvioso 25 último. Martín Granovsky, que conduce un excelente producto editorial llamado "Buenos Aires 12", acaba de destacar unos dichos esenciales de CFK: “No podemos seguir atados a una economía primarizada, a los precios internacionales o a que llueva o salga el sol. Necesitamos articular lo público y lo privado para agregar valor e incorporar tecnología” (dest. mío). (Ver nota de Granovsky). 

De eso se trata, y junto a ello, otro aspecto central que delineó Cristina en su discurso en Plaza de Mayo fue que "el crecimiento económico no quede en manos de cuatro vivos". Para eso -dijo la vicepresidenta- se requieren al menos tres elementos: generar las condiciones para un crecimiento inclusivo, dominar la inflación y aplicar políticas activas en materia de ingresos. En todo caso, la alianza entre el capital privado y el Estado a los fines de desarrollar a pleno las fuerzas productivas de la economía capitalista en la Argentina, es la clave del discurso de CFK. Su correlato, en el nivel político, es el acuerdo de las fuerzas políticas para planificar ese desarrollo a largo plazo. Perfecto. A tono con la globalización que vive el mundo.

En cuanto al crecimiento económico, hay que decir que el gobierno de Alberto Fernández logró, después de la pandemia, implementar políticas de créditos subsidiados, control de las importaciones, acceso a las divisas por parte de las empresas industriales, tarifas sin aumentos excesivos, recuperación de la obra pública y de las empresas del Estado, fomento de sectores estratégicos y de las economías regionales, entre otos aciertos, malgrado los cuales no se vuelven invisibles las insuficiencias de su gobierno, sobre todo la principal e imperdonable: el riesgo de que, como Pedro Sánchez en España, esas insuficiencias traigan de vuelta a la derecha.

Acaba de decir Gabriel Katopodis: "Esta gente [la oposición de Juntos por el Cambio y Javier Milei] viene por todo, va a haber que frenarla, ponerles un límite, no hay nada más importante que evitar que esta gente gobierne la Argentina, porque son dirigentes que están planteando recetas del pasado para un mundo que ya habla otro idioma, recetas que no se aplican en ningún lugar del mundo". (Ver entrevista a Katopodis). 

Pero la gravedad del asunto estriba en que parece faltar lo que se necesita para poner ese freno. Y así, si en el horizonte de la política argentina y en reemplazo de Néstor y Cristina asoman unos "nuevos cuadros" del recambio generacional peronista reacios al riesgo y la sorpresa, en ese caso, la política habrá perdido su ethos cautivante esencial para devenir bastardo pasatiempo de satisfechos disimulados que consideran que "los pies en la tierra" es mejor opción política que "utopía". Pero la política, sin utopía, es como un almuerzo con Mirtha Legrand. Hay mejores pasatiempos. Y de haber optado por almorzar y no por construir, deberán rendirle cuentas a esa generación "diezmada" que invocan todo el tiempo, mientras viven reclamándole a su espejo, también todo el tiempo, la confirmación de que son bellos como Dorian Gray y mejores de espíritu que la derecha porque, a diferencia de ésta, hasta se les escapa un lagrimón cuando ven que con el peronismo igual falta la comida, y así es que deciden correr, presurosos, a que la Anses disponga en la mesa de los pobres medio kilo más de pan y unos buenos fideos con aceite, ajo y cebolla. Es un concepto de justicia caro, entre otros, a Guillermo Moreno. La industrialización también es peronismo ... pero es más difícil y se corren riesgos. Alberto lo tenía presente cuando pidió perdón (¡ ...!) por haberse animado a pensar en expropiar Vicentín.

Los "nuevos cuadros" no toman nota de que lo esencial no es, solamente, la comida en la mesa, porque esto no es Don Orione, sino que esto es política en estado de incandescencia, es decir, es advertir a tiempo una dinámica global que concluye permanentemente en repartos de potencia e impotencia en el escenario internacional al cual pertenece la Argentina, aunque algunos no lo hayan advertido todavía. En España, tendremos en diciembre un gobierno que apoyará con dinero y con votos en los foros, la propagación de las guerras y proliferación de las bases nucleares estadounidenses en el mundo. En España, en diciembre, ganarán los que han ganado ahora las "primarias" (regionales) haciendo recular a la hipócrita socialdemocracia de Pedrito el pequeño que, en alianza con el Podemos de Pablo Iglesias y su señora ex esposa de apelativo Irene Montero, estuvieron, todos estos años, entregados a la deleznable tarea de trabajar, objetivamente, para el "círculo rojo" impostando que lo hacían "para los pueblos", todo esto en una España siempre reputada país de segunda por los "schengen" europeos, es decir, por las burguesías y las “coronas” ricas de Europa.

En nuestra doliente Argentina, dice, en su imprescindible "Historia de la impunidad", la doctora Stella Maris Ageitos: "en nuestro país suele confundirse legitimidad con legalidad" (op. cit; Stella Maris Ageitos, ed. AH, Bs. As., 2002; prólogo: O. Bayer; epílogo: R. Bielsa).

Decimos nosotros, siguiendo a la doctora Ageitos (que de nuestros excesos retóricos es completamente inocente):

En la "Argentina 1985", la Cámara Federal que juzgó a torturadores y asesinos, eligió 711 casos que no representaban ni el diez por ciento de los casos denunciados y, de ese modo, dejó fuera de la punición y de toda investigación a criminales como Galtieri. Luego de eso, en aquella dorada Argentina de 1985, vinieron las leyes de obediencia debida y punto final. Y también vino el laborioso olvido, pues "mirar para adelante" fue consigna.

Y ahora, cuando la derecha vuelve por lo suyo a caballo de esa impunidad que supo conseguir "en democracia", y el negacionismo pavimenta de nuevo los senderos que se bifurcan en dirección del infierno o del "a mí no me hicieron nada", ya empieza a hacerse tarde para detener la ola de violencia con que, aquí y en el mundo, el fascioterrorismo disfrazado de Bullrich o Milei se apresta a disciplinar a la sociedad para aplastar a obreros, jubilados y trabajadores empujados a la miseria por un neoliberalismo al que ellos gerencian y que el peronismo opositor nunca ha sabido extirpar, seguramente porque ha comprado en alguna vanity fair el dictamen de que "en democracia", todos tienen sus derechos, incluso el nazifranquismo de Vox encamado de apuro con los "populares" del corrupto Mariano Rajoy que ahora se hace llamar Núñez Feijoo. Y desde su retiro campestre, en un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero olvidarme, y que bien podría llamarse, ese lugar, Alcalá de la Bosta y del Valle de los Caídos de Pie, el socialdemócrata de turno, que nos acaba de mandar tragados, mirará el espectáculo del relevo... les toca a ellos ahora, al fin y al cabo, no somos tan distintos, nos une el amor a un mismo régimen, a un mismo rey. Pesoístas y podemistas han sido derrotados en España. Ellos, con sus oportunismos y disfraces que encubren una inefable vocación de pertenecer, han traído al fascismo de regreso. Y así... Satanás ha aumentado su poder.

Y lo insólito de este sainete español es que un eficaz organizador de derrotas como Pablo Iglesias, el mismo que criticó una vez al gobierno de Rajoy con el argumento de que su política económica era insostenible en el tiempo, dicho lo cual procedió a adquirir, a la semana siguiente, una finca a su nivel y al de su señora esposa, según declaró, con un crédito hipotecario ... ¡a treinta años ...! (en el país de la política económica insostenible en el tiempo). Un verdadero chanta argentino, el español Iglesias ...! y tiene el tupé, ahora, de venir a decir que en España acaba de ser derrotada CristinaKirchner, pues eso es más o menos lo que le dijo a un periodista cuando le dijo: "hemos sido derrotados los aliados de Cristina Kirchner ..." (¡¡¡ ... !!!).¡Tu hermana, chabón ...!

Así las cosas nuestras, la estrategia para oponerle a la derecha deberá ser, sobre todo de cara al futuro, convocar a la organización y la moviización en las calles, sobre todo si Alberto Fernández nos dejara en manos de Bullrich, Larreta o Milei.

Juegan en la misma perspectiva resistente los movimientos superestructurales, como el encuentro para revitalizar la Unasur, objetivo más que imprescindible para los pueblos de América Latina.

En el orden local, la política deberá consultar, algún día, la certeza de que no hay "casta", como dice el descerebrado local, pero sí hay una "democracia" que de democrática le han ido quedando sólo las migas, y que, en lo esencial, es el relevo de las dictaduras cuando las dictaduras ya se han vuelto impresentables. El día que algún candidato pueda decir esto sin que su base social progresista huya espantada y aturdida por el miedo... ese día se habrá avanzado algo en el arduo camino del regreso a Ítaca ...

El enemigo de ayer (que es -también- el enemigo de la humanidad civilizada) actúa en democracia. Pues, ¿qué significa "lesa humanidad"? Lesa humanidad significa el mal absoluto, el mal radical, que es el mal que ha alcanzado su límite como mal y más allá del cual no puede avanzar. Dice Ageitos: "El origen jurídico de esta denominación data del tribunal de Nürenberg (Alemania 1945/46) que juzgó a los principales criminales nazis de la Segunda Guerra Mundial. El art. 60 del estatuto de Nürenberg afirma que se entiende por «crimen de lesa humanidad : el asesinato, el exterminio, la reducción a esclavitud, la deportación o cualquier otro acto inhumano cometido con la población civil ... incluso las persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos, constituyan o no violación del derecho interno de los países donde se cometan ...».

Y agrega la jurista: "Impunidad significa dejar sin juicio ni castigo a los culpables de un crimen. Y no enjuiciar ni castigar los Crímenes de Lesa Humanidad, implica tolerar y dejar intactas las estructuras y actitudes que han hecho posible la ejecución de estos crímenes y eludir la responsabilidad de salvaguardar los valores básicos de convivencia de una comunidad".

Éstos, los terroristas militares y civiles que asolaron el país entre 1976 y 1983, sancionaron, entre otras, una "ley" N° 21.338/76, que aumentó las sanciones del Código Penal para los delitos comunes. Declararon, asimismo, que los partidos políticos eran organizaciones ilegales lo mismo que los sindicatos.

Y todo esto va a ser necesario si la dupla fachomacrista Bullrich-Milei gana las próximas elecciones y se adueña de la Casa Rosada y del Congreso. Lo que se viene es la dictadura de Videla sin Videla, eso es lo que hay que saber y eso es a lo que nos ha traído la obcecación de algunos con la connivente benevolencia de otros, aunque hayan querido otra cosa, pero es a esto a lo que nos condujeron, ha sido éste el camino del infierno al que nos han traído sin Virgilio alguno que nos guíe y conforte nuestros estupores, temores y desdichas.

La clase obrera, si "clase", es decir, si con conciencia de su lugar y función en la producción, es la depositaria de las armas eficaces con qué detener un nuevo genocidio, social y político en la Argentina. Pero sólo "si clase".

Y para ser clase, no basta el en sí; es necesario, también que sea una con sus conducciones y que, a una, ambas -clase y dirigentes- se apropien del camino que conduce a la novedad. Pero esta CGT no se sabe -lo dijo Cristina- si en 2019 era macrista o peronista. Y en 2023 tenemos, legítimamente, la misma duda. De modo que, con éstos, a los que hasta Pablo Moyano les parece de izquierda, estamos en el horno. Y ya que hablamos de horno, los que algún día deberán correr la suerte que a la bruja le depararon Hansel y Gretel, son ellos. Lástima que nuestra saga argentina no la escriban los hermanos Grimm, pues si así fuera, tendría final feliz.

Cara y ceca de una misma moneda, democracia y ofensiva neoliberal se han necesitado mutuamente. El segundo de estos términos ha clavado las guampas en el barro sólo allí donde la democracia ha sabido redefinirse a sí misma empoderando al "demos". De ahí, las posiciones políticas (los odios) que, frente a las "dictaduras", han sabido expresar Washington y su cohorte progresista de alcahuetes, como el chileno Boric y otros, de aquí y de allende el Atlántico.

La ofensiva neoliberal que se desató preventivamente contra una democracia a la que la derecha sabía débil pero a la que proclamaba fuerte y orientada a protervos objetivos, pudo exhibir, en el nivel de la geopolítica, su gran logro: desarticular las experiencias integrativas que habían alumbrado al influjo de la prédica bolivariana cuyo viento bienhechor comenzó a soplar, al despuntar el siglo, desde el norte de Sudamérica pero que en la Argentina también tenía sus antecedentes en el acervo ideológico de la "generación diezmada". Dinamitó la Unasur, la derecha, pues esa era la política del departamento de Estado, con Bush, con Trump, con Biden ... Lo acaba de decir Lula: “Había una hermandad que ya no existe, (América del Sur) está más plural, actualmente tenemos que aprender a convivir con esa pluralidad porque significa ejercitar la democracia hasta las últimas consecuencias” (dest. mío). Y aquí tal vez esté el quidde una cuestión cuya contradicción esencial es pura dificultad en orden a su resolución eficaz pero que urge resolver. A esta democracia, aun con todas las limitaciones que exhibe, hay que tomarle la palabra y "ejercitarla hasta las últimas consecuencias ...", como acaba de manifestarlo el presidente de Brasil en su convocatoria a poner en marcha nuevamente aquel foro político que alumbró en Latinoamérica por la inspiración señera de Kirchner, Chávez, Lula, Correa y Evo Morales. Y sabiendo que un eventualmente ganancioso Trump en Estados Unidos, lo primero que va a hacer es tratar de exterminar de nuevo toda iniciativa soberanista.

De ahí, también, la importancia de, aun con las incomodidades del caso, votar al Frente de Todos.



(*) Abogado, periodista, escritor.
29/07/2016

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