Parece desprenderse de la clase inaugural de Cristina su abstención a presentarse como candidata a la Presidencia de la República. Una nueva ratificación en ese sentido y aunque no quiera ser auto referencial, está claro que la proscripción a su candidatura mediante unlawfarede manual, fue un golpe demasiado fuerte ante el cual puede haber diseñado, con todo derecho, otro sentido a su vida pública. Más lejos del ejercicio del poder político y más cerca de la contemplación y el cuidado y goce de su familia. Y aunque me permito dudar que su estatura política la deje vivir en paz porque su naturaleza es comprometerse y afrontar por la patria su irrestricta defensa.

No obstante es inevitable referirse al contenido de su discurso que me impresiona, es un reclamo de consenso que les hace aun a sus enemigos porque queda claro la gravedad de la situación actual en la región y en el mundo y no es cuestión que una sola persona pretenda salvar a la Nación.

Si es difícil disuadir a sus adictos que acepten su no postulación, es más difícil concebir políticas de Estado sin ella en el poder, tendientes a establecer mayores niveles de autonomía económica para el país, cuando el poder concentrado y la oposición política no contesta sus llamadas desesperadas de acordar la cuestión de los recursos naturales (citó el Litio), la cuestión impositiva (citó las exenciones), el doble signo monetario (descalificó la propuesta de dolarización con argumentos de de experiencias ya aplicadas y que fracasaron), la relación con el FMI y el acuerdo aprobado concebido como inflacionario, entre otras cuestiones trascendentes.

Igualmente debió aparecer ella con su conocimiento y su experiencia para con total autoridad comparar la vida política nacional como una circularidad viciosa, donde reaparecen con espantosa regularidad, personajes a hablar de lo viejo como si fuese una novedad.

Einstein decía que no puede esperarse acertar si seguimos para resolver un problema con los mismos instrumentos y con los mismos procedimientos ya aplicados y que condujeron al fracaso. ¿Cómo es posible entonces que se vuelva a hablar de dolarización, cuando ya vivimos la Convertibilidad?

Ahora bien, una dirigente con la lucidez y el carisma de Cristina que habla con una propiedad indiscutible, en momentos en que el peronismo vive el espanto del vacío de representantes válidos para afrontar las próximas elecciones y la tiene a ella de cuerpo presente que no puede o no quiere oír el llamado de las bases, no puede vivirse si no es con mucho dolor.

Resultaría trágico para el peronismo y para el país volver a perder una elección con la derecha más estúpida y más codiciosa, que solo promete castigar al pueblo argentino con sus amenazas de ajuste y represión.