-?
 
 
 
Columnistas
19/03/2023

24 de Marzo…

Memoria y poesía…

Memoria y poesía… | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Textos de poetas de la Patagonia circularán este próximo 24 de marzo en un afiche contra de la dictadura cívico-militar y por los 40 años ininterrumpidos de ejercicio democrático. Este artículo a cuatro manos relata cómo se realizó la convocatoria y reflexiona sobre la creación poética

Silvia Mellado y Gerardo Burton

[email protected] - [email protected])

La afirmación acerca de que los poemas no son accesibles sin sus fechas (Jean Bollack) no atenta, como podríamos pensar a priori, contra la idea de que un poema puede respaldarse a sí mismo, incluso, autónomo respecto del poemario. Por el contrario, aquel apotegma rubrica que el momento en el que escribimos guarda relaciones con decisiones como des(h)echar, corregir, discutir el poemaà venir. El contexto y la fecha cobran más espesor en este tipo de escritura que consiste en crear poemas para un afiche en particular.

 

Se trata de un afiche con poemas para la conmemoración del 24 de marzo de este año. Pertenece a una serie o colección que se conformó a partir de acontecimientos o fechas destacadas en la vida política y social del país y del mundo. En este caso, la convocatoria reviste una importancia especial por ser éste el año del cuadragésimo aniversario de un período democrático sin interrupciones, el más largo de la historia política argentina. Había varias consignas posibles: se trató de pensar en un lema que incluyera a creadores y creadoras de Patagonia. El primero fue POEMAS/POETAS POR LA MEMORIA, sin exclusiones generacionales. Se buscó la participación especial del sur: mujeres y varones por igual, con elección de textos propios, breves en lo posible, para garantizar la participación amplia. En principio, seleccioné quince poetas (al final fueron dieciocho, porque añadí cuatro fallecidos: Irma Cuña, Mercedes Rolla, Alejandro Finzi y Alberto Nito Fritz). También participan Fernanda Maciorowski y Washington Berón de Puerto Madryn, Chubut; Laureano Huayquilaf, de Trelew, Chubut; Jorge Curinao, de Río Gallegos, Santa Cruz, y Mirta Agostino, Marta Ramos, Beatriz Rosón, Jano Sin Apellido, Alejandro Flynn, Edith Galarza, Verónica Padín, Tomás Watkins, Silvia Mellado y Gerardo Burton, de Neuquén.

La intención es presentar un conjunto de textos que refleje diversidad, amplitud histórica e ideológica y riqueza expresiva. Sin advertirlo, saltamos la poética de la denuncia y de cierta victimología y excluimos la teoría de los dos demonios. Se produce así un diálogo desde el cual la poesía proyecta toda su potencia al futuro.

En uno de sus lados, el afiche reúne poemas con un fuerte componente de denuncia, muchos compuestos durante la dictadura o en los primeros años del período democrático, al calor de la lucha de los organismos defensores de los derechos humanos contra los indultos y las leyes de obediencia debida y de punto final.

Pero hay una vuelta de tuerca: otros textos demuestran cómo estos temas perviven con formas expresivas propias, tópicos distintivos y así la memoria se convierte en un hilo que abarca y recorre los problemas sociales y se integra a la percepción de lo natural, a la contemplación de las cosas y de la existencia.

Así, hay poemas que contienen datos (nombres, números, fechas) y denuncias específicas. Estos poemas produjeron, en su momento, una fisura en la blindada censura de la dictadura, y funcionaron también en épocas de indiferencia social. Su seducción consistió en mostrar entre operaciones de ocultamiento (censura, represión, ninguneo). Ahora, la cuestión es cómo esa política de memoria y justicia se expresa, se mantiene. La metáfora, la alegoría, el lirismo sirven como canal. Mostrar lo mínimo para que despierte, en algún momento (ahora, luego) el deseo de más. Volver a ese erotismo que toda poesía contiene y que consiste en anclar la palabra en la sugerencia, en lo no dicho, en el merodeo y que le otorga una potencia extraordinaria. Entonces, la poesía produce una nueva fisura, ya no en la represión y en la censura, sino en el muro del sentido común.

 Foto: Edith Galarza

 

A continuación, una línea en la creación de dos de los textos. Primero, Silvia Mellado:

Al principio, entendí mal la consigna y envié un poema de Ramón Inama (poeta, miembro de H.I.J.O.S). Pero tenía que escribir algo yo. Ensayé diversas escrituras, no podía escribir algo del orden testimonial, me dije, no quería caer en las palabras dictadura memoria cautiverio, buscar el peso de la efeméride. Releí textos que escribí en los últimos meses y tomé los siguientes poemas:

 

Cae la tarde

y una lenta correntada

despierta

a los árboles.

Hablan las ramas altas,

parece que cantan

deseos de sombra.

 

Hermana,

el pálido amarillo

de los membrillos

será en marzo

sol incandescente.

 

De allí reescribí los seis primeros versos y continué el poema intentando dialogar con el que Gerardo ya había escrito para el afiche en cuestión. La primera versión fue esta:

 

Cae la tarde

y una lenta correntada

despierta a los árboles,

danzan las ramas altas.

Avanza marzo y los pálidos membrillos

comienzan a resplandecer.

No hay imperativos de historia

para el ciclo del aire y de las plantas.

Ellas amparan a víctimas y verdugos

por igual.

 Foto: Edith Galarza

 

Fueron varias las ‘direcciones’ que se cruzaron en esas horas: por un lado, la reflexión sobre la contemplación de las plantas, el entorno, los árboles, los frutos y los pájaros. Recordé la idea de Gerardo de la memoria de los árboles, a propósito del libro cantos limayos (2022), de la posibilidad de pensar que ellos asistieron, vieron, presenciaron acontecimientos a lo largo de los años. Por otro lado, pensé en la tensión entre el deber de memoria y el deber de historia. ¿Necesitamos crear sitios de la memoria para asir una experiencia que se cuela entra las manos? ¿Cómo interpretará mi hijo de nueve años a sus cuarenta y cinco ‘la última dictadura militar argentina’? ¿la memoria cede hacia la demanda histórica y en ese momento pierde su aura? ¿qué pasará cuando ya no haya relato oído en vivo, en directo, de la boca de los sobrevivientes? También, mientras ensayaba qué poema escribir para el afiche, recordé el siguiente texto de Javier Galarza, en La Religión Hölderlin, que leí en el verano:

No sigan las huellas de los antiguos, busquen lo que ellos buscaron”, tal la senda que indicó el poeta Matsuo Basho (Ueno, 1644 - Osaka, 28 de noviembre de 1694). Pensar que alguna vez un hombre pintó un animal en una caverna porque tal vez ese ritual podría favorecer su cacería. O que quizás hace mucho tiempo la danza y los tambores intentaron hacer llover. Escribir podría ser ese impulso originario: un ritual de lluvias y de cacerías. Cuando perdemos el camino las preguntas más sencillas son las que nos orientan: ¿hacia dónde estaba yendo?. (¿Qué era la poesía?)

La luna de la montaña/ilumina también/a los ladrones de flores

* Dice Pascal Quignard en un reportaje: “Lo que me gusta de Basho es lo que yo busco en lo que hago, de hecho. Es el poeta del cortocircuito. Es el poeta que llega sobre una mata de pasto y de inmediato ve el cráneo y la espada del muerto que cayó en combate dos mil años antes. Aquel que en cada lugar de la naturaleza ve otra cosa, que produce como una especie de reflejo o de cortocircuito en la historia del mundo”. El entrevistador de Quignard dice “Basho tiene un Haikú, lo recuerdo bien, decía algo así como: “La luna ilumina también a los ladrones de flores”. Eso es Basho, es la síntesis, la capacidad de decirlo todo en un fragmento, en una unidad microscópica ¿no?”. Quignard responde: “Es eso y a la vez significa que incluso aquellos que cortan las flores son como las flores”.

Entonces, frente al poema para el afiche, pensaba: en marzo, la palidez de los membrillos muta hacia un amarillo que parece condensar un sol que ya va lentamente entibiándose. En los días calurosos, cuando una brisa mueve las ramas suena una pausa para el sopor. La sombra, los membrillos y el aire repentino están allí. ¿Están de igual modo para cualquier humana/o?

En el intercambio con Gerardo sobre la primera versión, él advirtió lo siguiente: los versos “Ellas amparan a víctimas y verdugos / por igual”, si bien fue pensado en las direcciones antes mencionadas, también podrían despertar otra posible interpretación: una cercana a la teoría de los dos demonios. Y, por ello, desestimamos esos dos últimos versos.

 

En mi caso (habla Gerardo Burton), mientras hacía la convocatoria y, por no estar seguro de componer un texto satisfactorio, seleccioné un poema de 1985:

 

en el 76 nací de nuevo

me acunaron sirenas policiales,

disparos que trazaban muerte en la noche

y tu amor, sobre todo tu amor

que engendró la luz

en mi corazón deshecho

 

Sin embargo, no me convencía para esta selección: es un poema muy directo, fija una fecha y una situación determinadas y pretende conmover. Es disruptivo en un contexto de represión y/o indiferencia. Hoy me parece necesario pensar en quienes no vivieron esa dictadura y que, no obstante, padecen en la actualidad injusticias, o viven las consecuencias nefastas de esa época (neoliberalismo, injusticia social, discriminación, exclusión, descarte, negación de la propia cultura). Entonces, recordé que años atrás trabajamos, con Silvia y con Verónica Padín, poemas ambientados en la contemplación de la naturaleza no como un ser ajeno sino como un otro que intercambia con nosotros. Y que además aparece como reaseguro de aquello que reivindicamos como derecho a la vida, a la diversidad, a la existencia plena.

Un ejemplo: luego del afiche con textos que aludían a los hechos en Chubut y en Río Negro que terminaron con las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, para la Navidad de 2020 elegimos trabajar con la poesía china como inspiradora -en atmósferas y temas- para textos nuestros. En esa oportunidad Silvia, Verónica y yo trabajamos poemas a partir de un hexagrama del I Ching (24, Pu, el retorno). Fue el inicio de una experiencia que se repitió ahora.

 

La tradición oriental (china, japonesa) nos sirvió en ese entonces como guía. Y para este afiche escribí un primer texto:

 

no calma el viento

esta tarde de verano

 

el olivo, las frambuesas y

el cedrón ondulan suaves

porque debajo hay voces

y las cuidan

 

esas voces vienen en murmullos

como del viento entre las hojas

repiten, en latidos , que

el dolor

y el sufrimiento no prevalecieron

 

el viento ahora

mueve las achiras, rojas

como esa vida que no está

y sin embargo

es una música que no termina

 

El primer borrador era algo más confuso. Y Silvia me propuso revisar una estrofa (la que comienza con “esas voces”) pues allí veía una repetición que disminuía la potencia del poema y la profundidad de la contemplación.

 

Ya revisado, quedó con la siguiente redacción:

 

no calma el viento
esta tarde de verano

el olivo, las frambuesas y
el cedrón ondulan suaves
porque debajo hay voces
y las cuidan

esas voces vienen
entre las hojas
y repiten que
el dolor
y el sufrimiento no prevalecerán

el viento ahora
mueve las achiras, rojas
como esa vida que no está
y sin embargo
es una música que no termina

El afiche se distribuye en forma virtual (facebook, whatsapp, twitter) mientras que, en su versión en papel, se repartirá en librerías, escuelas secundarias (donde se trabajará con los estudiantes) y en las movilizaciones que se han programado para el 24 de marzo próximo.

Quisimos, esta vez, contar y compartir el modo en que los poemas se formaron, acaso para capturar por un momento su propio combate, los meandros que van formando las fuerzas de sus aguas, los dibujos de su orilla.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]