En este fin del año 2022 en que fuimos sorprendidos por una guerra en lejana geografía pero que ha arrastrado a un mundo interconectado, enfrentamos en Argentina problemas económicos y sociales que se agravaron con la inflación mundial que se multiplicó en lo nacional, con el aumento del precio de la energía, los alimentos y los insumos metalíferos, preferentemente. Ello obligó a implementar en medio de los pagos de la deuda externa, políticas de emergencia de ingresos y gastos, e impulsó controles múltiples en el comercio exterior y el mercado cambiario para limitar la salida de divisas, y garantizar su captación. Se fortaleció la política de asistencia social y la redistribución de ingresos vía programas alimentarios, de refuerzo previsional y de asignaciones familiares y universales; y se garantizaron paritarias libres en el sub mercado laboral primario caracterizado por la registración, a pesar de que el trabajo informal en el secundario sigue siendo una deuda social y económica que muestra el rostro de la volatilidad macroeconómico. y la injusticia social que deviene de la contratación del trabajo eventual y sin derechos.

Mucho se viene haciendo para reducir esta desigualdad y otras, pero mucho más queda aún por hacer y lograr. Se requiere firmeza oficial, respeto por el otro, y valoración por el esfuerzo y las capacidades en juego en cada proceso productivo y en cada empresa de servicios, y también mucho por crear conciencia sobre las implicancias de la democracia como garante de la dignidad de la vida de todos y todas y de la equidad como principio de una sociedad respetuosa de los derechos humanos.

Pero si hay un hecho que nos conmovió particularmente por lo inesperado y brutal ha sido el intento de asesinato de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que pareciera borrarse de muchas memorias ciudadanas, tapado en los medios por noticias triviales o por otros hechos brutales como el vuelo escondido de funcionarios jueces y empresarios a la propiedad del magnate Lewis en la cordillera rionegrina, protegido por fuerzas estatales, con despliegue comunicacional inédito entre sus protagonistas. Y claro que también nos conmueve la intromisión del Poder Judicial, y en especial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el resto de los poderes del Estado y sus atribuciones, configurando comportamientos típicos del lawfare, y asociados a la condena de la Vicepresidenta por causas aún no argumentadas, y al mismo tiempo ignorando y desestimando hechos brutales y responsabilidades como en los hechos vinculados a la muerte de los submarinistas del Ara San Juan. Y junto con ello desestimando investigar y actuar sobre delitos de personajes ligados al gobierno anterior y que son de público y notorio conocimiento, hasta los ligados al financiamiento del intento de asesinato de Cristina Fernández de Kiichner.

Nuestra Vicepresidenta llamó a luchar contra las mafias enquistadas en la Argentina, económicas, políticas y judiciales. Empecemos por rechazar la acción de Larreta para recuperar fondos de coparticipación indebidos para la CABA. Expresemos rechazo por las acusaciones de Carrió a la Vicepresidenta. Por denunciar las conductas indebidas y sospechadas de integrar un tejido mafioso de varios renombrados funcionarios del ex gobierno macrista, diputados, y jefes de seguridad o inteligencia. Y por cuestionar a quienes hablan de educación en la CABA cuando lo que gestionan es la selección darwiniana de alumnos, y la exclusión de familias junto a la persecución de docentes y sindicalistas.

En ese marco, termina un año y empezará otro, un año en el que seguirán pesando las deudas heredadas, habrá que gestar medidas que contengan la inflación, y habrá que luchar contra las mafias en la Argentina. Habrá que fortalecer la unidad con Brasil y habrá que denunciar y perseguir la evasión y elusión impositiva y la especulación financiera y cambiaria, y habrá que organizar las fuerzas y sectores populares frente al proceso electoral para defender una Argentina para todos y todas, sin lawfare, sin mafias, sin explotadores y sin violencia política.

Con estas reflexiones quiero saludar a escritores y lectores de este medio que nos convoca a comunicar y reflexionar estratégica y tácticamente. Y en especial quiero felicitar a la dirección en la persona de Héctor Mauriño y a quienes desarrollan las tareas de edición, y estimular a todos y todas a que sigamos construyendo ideas y voluntades transformadoras frente a un 2023 con inmensos desafíos sin dejar de exigir memoria, verdad y justicia. Se han de cumplir los 40 años de la recuperación de la democracia, que, aunque con sus fallas actuales, es la forma de organización política que nos convoca y nos impulsa a construir mejores instituciones y la igualdad y fraternidad que aún está pendiente.

Cipolletti, 29 de diciembre de 2022