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06/11/2022

Un cambio de ciclo en el Frente de Todos

Un cambio de ciclo en el Frente de Todos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

No haber diseñado ni consolidado un proyecto de mediano y largo plazo y no haber creado ámbitos de discusión y consenso hacia dentro de la fuerza política, hizo que hoy prevalezcan el vacío de ideas, la ´rosca´ y el más crudo pragmatismo.

Carlos A. Lator

En el Frente de Todos y en su principal espacio, el Partido Justicialista, se agotó un modo de construcción política basado en acuerdos de cúpulas, frentes coyunturales y lazos familiares.

Ya lo dijo alguna vez, para unos pocos oídos, un referente importante del peronismo neuquino a la hora de establecer preferencias para la cobertura de cargos: “primero está la lealtad, después la militancia y por último la idoneidad”.Toda una definición donde la idoneidad no importa, la militancia pasa a un segundo plano y la lealtad no es al proyecto.

No haber diseñado ni consolidado un proyecto de mediano y largo plazo y no haber creado ámbitos de discusión y consenso hacia dentro de la fuerza política, hizo que hoy prevalezcan el vacío de ideas, la ´rosca´ y el más crudo pragmatismo que no representa en lo más mínimo el sentir de lo que está demandando la ciudadanía neuquina.

La tibieza del Frente de Todos ante las graves denuncias de corrupción en el ministerio de Desarrollo Social y la carencia de un programa de gobierno a considerar, que al menos justifique el ´coqueteo´ o el eventual apoyo a la candidatura a gobernador de Rolando Figueroa, son apenas algunos de sus ejemplos.

Esta inercia también se refleja en la inadecuada caracterización que se sigue haciendo del MPN y de su baluarte principal: la defensa del federalismo. Un tema crucial si no se comprende que cualquier alternativa que se quiera impulsar desde la oposición debe tener en cuenta los intereses de la provincia de Neuquén y, por sobre todas las cosas, un mensaje claro hacia los sectores más populares y progresistas del partido provincial.

De cómo se llega tarde o se le sirve en bandeja al gobierno una de sus banderas más exitosas, hay sobradas muestras.

¿Cómo es posible que a fines del año pasado el bloque de diputados del Frente de Todos haya votado en contra una comunicación para ampliar y modernizar la refinería de Plaza Huincul con el extraño argumento de que la inversión en el Complejo Industrial de Luján de Cuyo, en Mendoza, era prioritaria debido a una cuestión “que se derivaba de un análisis operativo, logístico y de mercado”?

¿Cómo se explica que el ex secretario de Energía de la Nación haya propuesto la creación de una comisión para evaluar el accionar de las represas hidroeléctricas frente al próximo vencimiento de las concesiones, sin la participación de las provincias de Río Negro y Neuquén?

¿Cómo se entiende que la Administración de Parques Nacionales haya declarado al volcán Lanín como sitio sagrado mapuche, sin la opinión de la provincia, y con el agravante de que después tuvo que dar marcha atrás en la medida?

Hay muchos que siguen creyendo que con ser intermediarios y meros voceros del gobierno nacional en Neuquén alcanza para sumar voluntades. No es así. Se necesita, además, elaborar un proyecto propio con base territorial y sustentado en la realidad social, política, económica y cultural de la provincia. De lo contrario, las consecuencias seguirán siendo las mismas. No se puede seguir haciendo lo de siempre y pretender que los resultados sean distintos.

Todo esto es también el efecto de la falta de conducción y de una larga secuencia de contradicciones y de decisiones inconsultas que sólo obedecen a internas estériles y a la cuota de poder que defiende -siempre- algún que otro dirigente sin vocación de disputar en serio el gobierno de la provincia.

¿Cómo puede ser que hace unos meses atrás se haya propuesto como miembro del Consejo de la Magistratura a una abogada que al momento de su designación detentaba otro cargo y que se vio obligada a renunciar al mismo debido a las denuncias que pesaron en su contra por dicha incompatibilidad?

Lo planteado hasta aquí es un secreto a voces, pero muy pocos se animan a ponerlo arriba de la mesa. Algunos porque le tomaron el gustito a los cargos nacionales y otros porque no quieren quedar afuera de la cada vez más estrecha lista con posibilidades de acceder a una banca de diputado provincial. Y otros, porque -como dijo el General Perón-, son “leales porque no les conviene no serlo”.

Una de las principales cuestiones que se juega en las elecciones del año próximo es si en el MPN se dirime o no un cambio de ciclo. Eso está por verse. Lo que está claro en el Frente de Todos y en el justicialismo es que hay una etapa y una forma de hacer política que ya concluyó.

Como dijo Simón Bolívar: “O inventamos o erramos, o innovamos o fracasamos”.

Ese es el dilema.

29/07/2016

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