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Columnistas
30/10/2022

Nuevo saqueo en gestación

Nuevo saqueo en gestación | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Hoy quien apueste a la derecha denostando a los pobres o a los desocupados, a los marginados, a los negros o a los mapuches, cree con sobrados argumentos que suma para sus razones ideológicas.

Osvaldo Pellin

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Tengo un amigo que cotidianamente mientras consume su café con leche con tres medialunas dulces, a manera de desayuno, emite al aire su patético escepticismo acerca del futuro político del país. ¿Cómo no encontrar adherentes a una opinión que es un clásico cada vez que, en estos días, se menciona como tema la política?

La certeza de sus asertos están basados, según su observación, en un pesimismo generalizado de la población y en la persistencia renovada de las ideas de derecha que campean al mismo tiempo. Hoy quien apueste a la derecha denostando a los pobres o a los desocupados, a los marginados, a los negros o a los mapuche, cree con sobrados argumentos que suma para sus razones ideológicas. “El mundo va hacia la derecha”. “La ultraderecha gobierna el mundo. ganó elecciones aquí y allá. El mundo va hacia allí”. Hasta ahora mi amigo no es más que un profeta. Prometo seguir escuchándolo, sobre todo después que a menos de 10 días de la segunda vuelta electoral en Brasil, Lula apenas supera en 3 puntos al fascista Bolsonaro. Apenas tres puntos separan a un luchador por los derechos humanos y la justicia social, como Lula, sobre un político de derechas, como Bolsonaro, que si algo lo caracteriza es su mediocridad y su inocultable retraso cultural. 

Se duda de si la derecha actual, tal y como se presenta, se parece o es igual al fascismo mussoliniano o no. Entonces aparecen las variantes que ya alguna vez fueron electas, como Berlusconi, para atornillar los matices en un solo “fascio”. 

Ahora bien, el progresismo no termina de quitar del escenario en base a los argumentos históricos que abundan, a estos nuevos cultores del fascismo o del nacional socialismo, respaldado los progresistas, en los derechos sociales adquiridos como su gran logro histórico que no permitirán, dicen, sean avasallados y derogados. Actitud defensiva si las hay. La Justicia ya ha sido cooptada , entonces no se puede esperar que sea una aliada de la justicia social y los medios, asalariados de lujo, los dueños de las editoriales, estampan y estigmatizan para que el derecho a la información sea un fraude consentido.

El electorado, mientras tanto, no está dispuesto a intervenir para defender el estado de Derecho. Avasallado por el poder fascista, seguirá una vez más a ese poder cuyo único programa de gobierno es esclavizarlo. Quizás no tengan presente que quien traiciona una vez volverá a hacerlo pero lo sabe, dobla la cerviz para darle una nueva bienvenida a la derecha y sus daños colaterales, en un ciclo que se repetirá de este modo una y otra vez. Hay una especie de contagio de la impunidad y una secreta admiración al poder de los ricos, con el que se ve cubierto el hombre de a pie convertido a estas viejas ideas.

Este progresismo no es sólido no solo porque de sus debilidades se ha nutrido la derecha y sus adherentes sino porque las disputas por el poder son tan inocultables como descalificadoras. Los logros, ya quedó demostrado, han quedado “solos”, como quedaron solos, los jefes de aquellas grandes civilizaciones que fueron arrolladas por la conquista a partir de su sola eliminación física: Atahualpa o Moctezuma, Nuestra vulnerabilidad de estos días se parece mucho a la que sintieron aquellos jefes de nuestros pueblos originarios. Hoy la historia nos iguala, por distintos motivos nos iguala, pero el objetivo de la derecha es siempre el mismo, el saqueo.

Si hasta ayer la mentira era “pobreza cero”, ahora como parece que el inconsciente colectivo no puede ser engañado con el mismo verso, se apela a los anuncios más agresivos, “para que no digan que no les avisé”. Dicen, el gobierno popular es tan malo que va a perder y nos sirve de excusa para que ya no haya gradualismo como cuando nos dejó el gobierno el kirchnerismo. Ahora no hay mayor simulación que la pura verdad, que ayer no podíamos pronunciar porque si no no nos votaba nadie, sostienen. Ahora sí , consagrado el fracaso, según ellos, del gobierno popular , vamos por todo desde el comienzo.

Cuidado porque todo tiene un tono de amenaza que mete miedo, y ya sabemos la inmovilidad que genera el terror, algo semejante a la parálisis.  Los vivimos con el Proceso militar del cual gente de la derecha copia por vocación y pretende legitimar su programa represivo.

29/07/2016

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