El arco político opositor se mueve, una vez más, al ritmo de la música que impone el Movimiento Popular Neuquino (MPN) y en medio de esa sandunga se somete a una agenda ajena porque, además, no construyó una propia.

Hasta aquí nada muy diferente a otras instancias competitivas. Pero en esta ocasión se incorpora el paciente tejido de un escenario político con Rolando Figueroa, primero jugando al acertijo y ahora con la formalización de la decisión de competir por fuera de la estructura del partido provincial al que pertenece, un anuncio que nubla la vista de los sectores políticos que, al menos desde lo discursivo, proponen un modelo alternativo de desarrollo económico y social para la provincia.

Marcos Koopmann versus Figueroa es LA interna del MPN; histórica sí, pero no tanto por lo que aparece sobre la superficie como una "fractura", sino por la audacia de competir, por primera vez y en forma explícita, en una elección general, con un brazo oficialista de un ladoy otro supuestamente con perfil opositor del otro.

El sector que impulsa a Koopmann para sostener el modelo monitoreado de transición generacional ideado por Jorge Sapag en el 2015 y el espacio "alternativo" que propone Figueroa, ocupan hoy la centralidad de la política por fuera y por dentro del partido. Un hipotético triunfo de algunos de los dos en la elección general del próximo año garantiza la esencia del MPN. Y aun venciendo el protagonista de la "disidencia", difícilmente se lo pueda ubicar a Figueroa en un camino cuyo objetivo sea dar vuelta la media.

Da la impresión que por primera vez en muchos años el oficialismo del MPN llega a esta instancia de definiciones sin el control del tablero, pero está claro que, aun en ese desorden, el espacio político en su conjunto vuelve a fijar las condiciones de la competencia del 2023. Y más allá de que algunos dirigentes de la oposición vean la "oportunidad" de aprovechar la supuesta diáspora para unirse en una alianza para vencer, no está claro a quién le van a ganar ni con con qué proyecto.

La disputa de poder en su nueva forma tiene la impronta de Vaca Muerta. Arrastra todos los intereses que confluyen en esa fábrica a cielo abierto a la que se le atribuyen poderes salvadores para la economía. En primer lugar aparece el lobby poco sutil de las empresas petroleras y a priori se podría decir que juegan para el oficialismo azul. Pero…, está por verse.

¿Es esta la interna de Vaca Muerta? Es una pregunta que puede ayudar a analizar cómo se acomoda el principal factor de poder económico de Neuquén en su estrecha relación con el político que toma las decisiones. Al MPN, en cualquiera de sus variantes, le queda cómodo decir que "el centralismo porteño" quiere quedarse con Vaca Muerta, un insufrible sentido de la propiedad que las provincias petroleras utilizan a discreción desde que se aprobó la llamada "ley corta" de hidrocarburos. Se trata de una narrativa que construye un adversario político al que se lo puede criticar con mayor facilidad que a las empresas petroleras, aliadas de primer orden. Ni Koopmann ni Figueroa, en caso de gobernar la provincia, modificarán esta lógica de gestión arraigada en el partido provincial.

Nada trascendente se debate en este camino hacia el 2023 y esto también involucra a la oposición que se perfila como actor de repartoy en el triste papel, otra vez, de recolector de migas que caen del mantel.

La centralidad de la agenda empobrecida la ocupa hoy el oficialismo provincial con el libreto actualizado de una novela romántica, con amores, desamores y desplantes que se alternan todo el tiempo. En el fondo, los protagonistas están peleando por la herencia del boliche y quieren validar el titulo de propiedad.

En vez de tanta obviedad, se podría incorporar una agenda de trabajo con políticas públicas de proyección en el tiempo que corrijaneste camino de consolidación de la exclusión social en una provincia que, en contrapartida, desarrolla un modelo de logros estadísticos en materia de pinchazos al subsuelo para la extracción de los hidrocarburos.

El 28 de setiembre últimose dieron a conocer los nuevos indicadores de pobreza e indigencia y el conglomerado Neuquén-Plottier, donde se hace la medición, dejó un crecimiento de 70 nuevos pobres por día en el último semestre: la cifra saltó de un registro de 104.671 pobres e indigentes en el segundo semestre del 2021 a 117.264 en el primer semestre de este año. La diferencia es de 12.593, tan solo en seis meses y en un área específica de la provincia.

Uno de los contendientes de esta interna del MPN a cielo abierto, Koopmann, ni se hizo cargo, y el otro, Figueroa, se mostró sorprendido, como un observador, por el avance de la pobreza a través de un mensaje difundido desde su cuenta en Twitter. El gobernador Omar Gutiérrez tampoco dio señales de estarpreocupado por abordar la desigualdad. No lo hizo antesni mucho menosahora que está en modo despedida.