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Columnistas
14/08/2022

Férrea cohesión ideológica en Juntos por el Cambio

Férrea cohesión ideológica en Juntos por el Cambio | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Elisa Carrió siempre atribuye “corrupción”, “negocios” o “mafias” al peronismo y en particular al kirchnerismo. Ahora atacó a miembros de su propia coalición y varios/as le respondieron. Pero enredarse en esa discusión impide observar la contundente unidad que la alianza derechista sostiene en los hechos.

Miguel Croceri

En la última semana Elisa Carrió ocupó un lugar destacado en la agenda mediática de la política argentina, poniendo en práctica uno de los métodos que más le ha rendido en beneficio personal y de su grupo (la Coalición Cívica-ARI) tanto para influir en la opinión pública como para conservar espacios de poder en los ámbitos legislativos o en otras áreas del Estado.

El método consiste en hacer declaraciones rimbombantes atacando a otros/as dirigentes, en general del peronismo y en particular del kirchnerismo, atribuyéndose a sí misma el áurea de incorruptible. Siempre atribuye “corrupción”, “negocios” o características de “mafia” a los sectores o referentes a los cuales apunta con saña e impunidad. Puede hacerlo porque prácticamente nadie -ni siquiera desde el actual oficialismo- la contradicen o le responden como debiera ser.

En la presente ocasión, los destinatarios de sus ataques son miembros de la coalición que ella y su partido integran, es decir Juntos por el Cambio (JpC). Allí sus enemigos/as de hoy pueden ser sus amigos/as y aliados/as de mañana.

De todos modos, el objetivo final es el sabotaje al gobierno del Frente de Todos (FdT). Ello es así porque al cuestionar a distintos dirigentes cambiemitas por sus presuntos o reales vínculos con Sergio Massa, Carrió destruye por anticipado cualquier posibilidad de apoyo parlamentario o algún otro tipo de respaldo desde la alianza opositora hacia proyectos y demás iniciativas del nuevo ministro de Economía y del gobierno nacional en su conjunto. Quien lo hiciere, sería estigmatizado por “corrupto” o algo similar.

Si bien no fue explícito el propósito final, que se sustenta en el visceral antiperonismo de Carrió y en su feroz ultra-antikirchnerismo, sí fueron manifiestas sus acusaciones envenenadas contra figuras de JpC. Y varios/as salieron a responderle.

Pero enredarse en ese intercambio ridículo de acusaciones de ella y defensas de sus aludidos/as, entraña el riesgo de quedarse en lo cosmético, en el maquillaje, en la apariencia de lo que significa la existencia misma y el accionar de JpC, donde existe una férrea cohesión ideológica que está mucho más allá del “cabaret” entre sus dirigentes. (La expresión “cabaret” fue utilizada, entre otros medios, por el portal Perfil, para referirse al revuelo armado por las declaraciones de Carrió contra personajes de su propia coalición. Nota del 11/08/22). 

A partir de la conocida frase de Juan Perón “mejor que decir es hacer” (y dejando de lado deliberadamente su segundo enunciado, “mejor que prometer es realizar”), se puede hacer una paráfrasis y plantear el tema de la siguiente manera: mejor que malgastar el tiempo en lo que se dicen entre ellos/as los/las principales personajes de la alianza opositora, es observar cómo han actuado, en los hechos, durante los últimos años.

Sobre esa premisa, se comprueba que la casi totalidad -suponiendo que pudiera haber alguna excepción- de los/las dirigentes de Juntos por el Cambio (ex Cambiemos), demostró y demuestra una rotunda coincidencia en asuntos como los siguientes:

* Avalaron y avalan sin fisuras internas la devastación económica y social perpetrada durante el gobierno de Mauricio Macri, incluida la impagable deuda externa que pesa y pesará por décadas sobre las espaldas del conjunto de las argentinas y argentinos.

* Sabotearon e impulsaron el fracaso de las medidas sanitarias adoptadas en los momentos más dramáticos y trágicos de la pandemia del Covid -cuando aún no existían las vacunas-, a pesar de que numerosos/as gobernadores e intendentes/as de JpC adoptaban en sus jurisdicciones las mismas disposiciones porque era imposible hace algo distinto ante la amenaza del virus: no había opción.

* Posteriormente, persistiendo en el mismo accionar antihumanista y destructivo para la salud y la vida de las personas, sabotearon la aplicación de las vacunas. El boicot fue perpetrado en particular contra las primeras vacunas provistas a nuestro país, fabricadas por laboratorios rusos y chinos, mientras los/las dirigentes cambiemitas hacían una descarada propaganda comercial en favor del laboratorio Pfizer, de Estados Unidos.

* Sostienen a rajatabla el sabotaje parlamentario contra el gobierno nacional, a través del voto en contra de cualquiera de sus iniciativas más importantes, empezando por la ley de presupuesto general de la Nación. En los casos de mayor trascendencia, los/las representantes cambiemitas ni siquiera participan de los debates en las comisiones de Senadores/as o Diputados/as.

* Impiden sistemáticamente en el Senado el nombramiento de un juez o jueza para completar, en el número que corresponde según la ley vigente, la composición de la Corte Suprema de Justicia (que tendría que contar con cinco integrantes pero solo hay cuatro). De igual modo, impidieron designar al Procurador General de la Nación, y de esa forma mantiene su impune poderío el Procurador “interino” designado en 2018 por el propio macrismo, luego del violento hostigamiento e intimidación que determinaron la renuncia de la anterior titular del cargo, Alejandra Gils Carbó.

* Presionan día tras día para que Argentina se someta de forma humillante a los intereses de Estados Unidos (EU) y de las potencias occidentales en general. Por eso, para JpC sus enemigos a nivel internacional son fundamentalmente China, Rusia, Venezuela y Cuba, es decir países que se oponen a la dominación planetaria estadounidense y desarrollan una política exterior de acuerdo a sus propios intereses.

* Disimulan y eluden referirse a la atroz violencia cotidiana que sufre el pueblo de Estados Unidos a manos de criminales que, con aterradora frecuencia, provocan masacres en escuelas, iglesias, supermercados, cines, lugares de espectáculos artísticos o deportivos, shoppings o cualquier espacio público donde haya decenas o cientos de personas reunidas. Los/las cambiemitas no solo esconden, en sus discursos públicos, esa calamidad, sino que le atribuyen a la sociedad norteamericana un carácter “ejemplar”.

* Promueven el odio religioso, étnico y cultural contra comunidades islámicas del mundo, al atacar permanentemente a Irán y apuntar contra “los iraníes” como sinónimos de la maldad. Por el contrario, y en espejo, disimulan, ocultan o convalidan los crímenes de Israel contra el pueblo palestino y aluden a la dirigencia política israelí como si fuera un ejemplo virtuoso que debiera ser imitado.

* Ocultan, encubren, disimulan o si no les queda otra opción justifican el gigantesco aparato de espionaje y vigilancia clandestina montado bajo el régimen macrista, aun cuando varios/as, o tal vez muchos/as, referentes de JpC han sido víctimas de ese accionar delictivo.

* Justifican, respaldan y celebran el régimen de terror implantado en Jujuy por el gobernador Gerardo Morales y sus secuaces judiciales y parlamentarios, que tiene como expresión más alevosa la privación ilegal de la libertad de Milagro Sala y otras militantes de la organización Tupac Amaru, y el hostigamiento y persecución contra militantes populares en general.

* Defienden con uñas y dientes los intereses de las grandes empresas locales o extranjeras de todo tipo, ya sean financieras, agrarias, hidrocarburíferas, industriales, comerciales, mineras, etc. a costa del bienestar general de la población de nuestro país. El rasgo esencial del posicionamiento cambiemita es propugnar un capitalismo cada vez más cruel y violento.

* Convalidan y sacan provecho, unánimemente, del aparato antidemocrático de jueces y fiscales que conforman la fracción dominante del Poder Judicial de la Nación, el cual ha destruido los principios fundantes de las garantías constitucionales, el debido proceso y las bases del Estado de Derecho.

* Aplauden y forman parte de la violencia y el odio propalados por las principales cadenas mediáticas para combatir al kirchnerismo y al actual gobierno; a las personas víctimas de la injusticia social que se agrupan en organizaciones sociales y realizan piquetes como forma de protesta; al pueblo mapuche; y a otras identidades de diverso tipo y sectores de la sociedad a los cuales consideran enemigos.

* Son socios políticos -y eventualmente comerciales-, y además beneficarios/as, de los conglomerados empresariales propietarios de los más poderosos medios de comunicación porteños con penetración en todo el territorio nacional, los cuales emiten discursos, estéticas, pautas de conducta y formas de pensar que atentan contra la convivencia en paz, el respeto a las diversidades, la fortaleza democrática y la construcción del federalismo.

El listado hasta aquí descripto es arbitrario e incompleto, pero pretende ser orientativo acerca de una realidad política comprobable: en Juntos por el Cambio existe una férrea cohesión ideológica, que trasciende sobradamente las disputas internas. Por eso el accionar de sus dirigentes y legisladores/as es compacto en todos los asuntos de mayor relevancia para definir los destinos del país.

Esa característica de la coalición se debe a que la cúpula dirigencial tiene bien claro que su éxito depende de obtener el mayor apoyo social posible traducido en votos, pero sobre todo que su razón de ser es la defensa de los intereses dominantes en el país y a nivel mundial.

De todas formas, más allá de las motivaciones, la contundente unidad que la alianza derechista sostiene en los hechos, constituyen un capital político inigualable. Ese factor, junto con el respaldo de las corporaciones locales y los factores de poder extranjeros, le han permitido un “piso” electoral del 40 % en las últimas tres elecciones -primero en 2017, luego en 2019 a pesar de haber perdido la votación presidencial, y por último en 2021-, y sobre esa base puede tener expectativas de ganar el año que viene.

29/07/2016

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