Columnistas
19/06/2022

Un larguísimo año y medio por delante

Un larguísimo año y medio por delante | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El plazo constitucional del gobierno finaliza en diciembre de 2023. Argentina está hoy bajo asedio del golpismo económico, político, mediático y judicial, y existe un profundo malestar social por la inflación. El senador Mayans propuso que Cristina sea candidata. ¿El Frente de Todos se mantendrá como coalición?

Miguel Croceri

Según la Constitución Nacional y las leyes vigentes, el 10 de diciembre de 2023 terminará el mandato del actual gobierno de la Nación y de los gobiernos provinciales -con excepción de Corrientes y Santiago del Estero, cuyos calendarios institucionales fueron modificados porque a comienzos de siglo hubo, en cada caso, una intervención federal- y también de la casi totalidad de las autoridades municipales del país.

Los acontecimientos mundiales en general y de Argentina en particular, de forma combinada, provocan que el tiempo restante hasta ese momento sea larguísimo. La tragedia planetaria del Covid y luego la guerra desatada por Rusia en contra de Ucrania, son causantes de daños humanos irreparables y de una catástrofe económica generalizada en el mundo.

Dentro de ese contexto, en nuestro país la estabilidad económica y política es objeto de una nueva embestida por parte de los grandes conglomerados capitalistas locales y extranjeros. Como ha ocurrido reiteradas veces desde fines de los años ‘80, cuando un golpe de los “mercados” derivó en la hiperinflación y en el final abrupto del gobierno de Raúl Alfonsín, hoy se producen maniobras similares.

La ofensiva de los poderes empresariales, que buscan aumentar al infinito su rentabilidad y simultáneamente desgastar a un gobierno democrático al que consideran enemigo, tiene como armas predilectas el ataque contra el valor de la moneda nacional -vía el aumento del dólar- y junto con ello la disparada constante de los precios.

Esa desestabilización económica forma parte de una estrategia conjunta que también despliegan dirigentes de las derechas y ultraderechas político-partidarias, así como miembros de la fracción dominante de la judicatura y personajes de los medios de comunicación porteños con penetración en todo el territorio nacional.

Por ejemplo, la jefa del Pro y precandidata presidencial Patricia Bullrich llama “dictador” al presidente Alberto Fernández. Aunque para esquivar posibles acciones penales en su contra le busca una vuelta retórica y dice: “Durante la pandemia (Fernández) tuvo el comportamiento de un dictador”. Así lo manifestó en un diálogo televisivo con la predicadora de extrema derecha Viviana Canosa. (El sitio Diario Registrado publicó un breve artículo crítico, que advierte sobre la estrategia golpista y reproduce un fragmento del programa televisivo. Nota del 15/06/22). 

Otro agitador extremista, Marcelo Longobardi, refiriéndose a la situación nacional dijo por radio que el Parlamento debería tomar “cartas en el asunto”, dejando “fuera” al jefe del Estado y a la vicepresidenta Cristina Kirchner. (Sus dichos fueron emitidos en su programa de CNN-Radio y circularon en distintos medios y redes digitales: Pueden escucharse, por ejemplo, en un mensaje de la cuenta de Twitter “Caído del catre”. Acceso a tuit del 14/06/22). 

Por el lado del Poder Judicial, la Corte Suprema consolida su asalto al Consejo de la Magistratura al imponer de facto una ley que había sido derogada por el Congreso en el año 2006, y por la cual el presidente del máximo tribunal, Horacio Rosatti, ahora también dirige el órgano que designa, controla y eventualmente destituye a jueces o juezas.

Las maniobras perpetradas en el ámbito de los juzgados se combinan con el traslado a los tribunales conocidos como “Comodoro Py” (por la calle donde se encuentran, en el barrio porteño de Retiro) de las diferentes causas donde están imputados Mauricio Macri y/o integrantes de su gobierno, quienes de esa forma tienen asegurada su impunidad.

Trasfondo económico

Hechos como los aquí descriptos o mencionados, que constituyen apenas una muestra, indican que Argentina está hoy bajo asedio de un golpismo económico, político, mediático y judicial. El accionar antidemocrático tiene como trasfondo un profundo malestar social causado, fundamentalmente, por la espiral inflacionaria.

Los incrementos generalizados para adquirir bienes y servicios se sufren actualmente en países donde antes la inflación era mínima o directamente inexistente. Tomando -arbitrariamente- algunos casos internacionales, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) durante los últimos doce meses aumentó por ejemplo en los siguientes niveles (por orden alfabético): Alemania 7,9 %; Brasil 11,9 %; Colombia 9,2 %; Corea del Sur 5,4 %; Chile 11,6 %; Egipto 8,7 %; España 8,7 %; Estados Unidos 8,6 %; Finlandia 7 %; México 7,7 %; Suecia 7,3 %; Uruguay 9,4 %. (Estas cifras constan en un listado de más de ochenta países publicado por el sitio especializado “Expansión / Datos.com”, editado en España. (IPC de países, en Datos.com). 

Argentina, en tanto, quedó entrampada en la altísima inflación que dejó el régimen de derecha encabezado por Mauricio Macri, la cual llegó al 53,8 % en 2019. (Información del diario español El País, nota del 15/01/2020) El problema no fue revertido por el actual gobierno de la Nación y, en cambio, se agravó debido a la pandemia y a los efectos de la guerra en Ucrania sobre la economía mundial.

Según los datos oficiales difundidos en la semana recién transcurrida, se superó el récord macrista. Los precios al consumidor subieron 5,1 % en mayo, lo cual implica 29,3 % en lo que va del año y 60,7 % en los últimos doce meses. (Información del diario cooperativo Tiempo Argentino, nota del 14/06/22). 

Ese es el trasfondo económico del año y medio, políticamente larguísimo, que resta hasta la finalización del mandato de Alberto Fernández y del Frente de Todos. Desde el reverso de la observación, al gobierno le queda algo más de un año -hasta las elecciones primarias que, según la ley vigente, deberían desarrollarse el domingo 13 de agosto de 2023- para recuperar apoyo en las bases sociales y volver a constituir una mayoría electoral.

Incógnitas del oficialismo

Las estrategias del oficialismo para el momento en que la ciudadanía deba emitir su voto, son impredecibles. Más todavía cuando existen discrepancias explícitas entre sus líderes y principales corrientes integrantes. En ese marco, cada sector interno y a veces algún dirigente en particular -que puede actuar por decisión propia o bien respaldado desde niveles superiores, quién sabe- hacen públicas sus especulaciones.

El senador nacional José Mayans, presidente del interbloque del Frente de Todos en la Cámara alta del Congreso Nacional, propuso días atrás que la líder del kirchnerismo se postule para la presidencia de la República. “Sería bueno que Cristina se presente en 2023. ¿Cuál es el problema? Muchos hablan en nombre del pueblo y no tienen ni tres votos”, desafió/ironizó en declaraciones radiales el legislador por Formosa. (Crónica de La Política Online, nota del 14/06/22).

Pero antes de que se resuelve quién encabezará la fórmula presidencial del espacio frentista que hoy gobierna el país, o -más probablemente- quién/quiénes competirán en una eventual PASO del mencionado espacio integrado por el peronismo y sus aliados, debe despejarse una incógnita superior: ¿el Frente de Todos se mantendrá como coalición?

El oficialismo de Argentina vive grandes incertidumbres, pero en realidad ello es apenas un emergente de lo que ocurre en toda la sociedad y en múltiples aspectos, tanto en nuestro país como a nivel internacional.

La pandemia que comenzó a principios de 2020 -por un virus que fue informado oficialmente en China en diciembre de 2019- y que tuvo/tiene tremendas consecuencias humanas en todas partes del mundo, más la guerra en territorio ucraniano y sus efectos económico-sociales también en cualquier lugar del planeta, tienen sus graves particularidades en nuestro país.

Alta inflación, fuerte descontento popular, serios conflictos dentro de la coalición gobernante, maniobras golpistas de poderes corporativos contra la democracia. Son señales de una realidad cotidiana muy adversa, que anticipa la complejidad y desafíos que existen hacia adelante.

29/07/2016

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