Entrevistas
01/05/2022

Omar Jurgeit

"Hay una única lista opositora, que es la nuestra"

"Hay una única lista opositora, que es la nuestra" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

"Somos los únicos que podemos llegar a plantear un modo distintos de afrontar los problemas que tiene la universidad", aseguró el candidato a rector de la Unco del "Frente Universitario Comahue”.

Laura D' Amico

El candidato a rector de Universidad Nacional del Comahue por la agrupación "Frente Universitario Comahue”, Omar Jurgeit, aseguró que la lista que encabeza junto a la docente María Laura Malaspina es "la única lista opositora" y por ello "somos los únicos que podemos llegar a plantear un modo distintos de afrontar los problemas que tiene la universidad".

En diálogo con Va Con Firma, Jurgeit esgrimió críticas a la conducción actual, al afirmar que hay una "falta de gestión" que en materia de infraestructura se traduce en que "en esta universidad hay un deterioro que no se manifiesta en las otras instituciones".

Dijo no compartir el diagnóstico sobre el "déficit estructural" de la Unco y aseguró que "hay un problema interno en la universidad de cómo se distribuye y cómo se asigna el presupuesto" para señalar que "hay una desviación de fondos hacia la planta específica del personal en detrimento de otras de las partidas que son las que la universidad está necesitando".

"La universidad está como estaba la Argentina en 1983", aseguró, e indicó que "nosotros hacemos campaña hablando del estatuto de nuestra universidad". Amplió que mientras en la universidad "se perdió el principio de legalidad", desde la agrupación siguen el paradigma jurídico del Constructivismo Ético.

-¿Cuáles son los ejes principales de trabajo que intentará llevar adelante si es elegido rector de la Unco?

-Si ves las plataformas probablemente te des cuenta que las tres listas no tenemos mucha diferencia. Son bastante parecidas, coincidentes, porque son cuestiones que están muy presentes en la universidad, que se plantean a diario en las conversaciones que hay adentro de la comunidad universitaria y que nadie puede negar. La única diferencia es que hay dos listas que han estado en el gobierno en los últimos ocho años y hay una única lista opositora, que es la nuestra. Nosotros expresamos a un conjunto de Docentes, de No docentes, de Estudiantes, de Graduados en particular. Yo pertenezco al claustro de Graduados, otro aspecto diferencial con los otros candidatos, porque he estado adentro de la universidad mucho tiempo como docente, como estudiante de tres carreras, como decano, pero siempre me ha gustado insertarme en el medio y ejercer las profesiones que estudié lo cual me da una visión diferente de cómo se tratan los temas desde el aspecto interno. Entonces, más allá del conjunto de propuestas que podamos tener, en un caso nos parece que son letra muerta, porque no hay relación entre las actuaciones que hubo desde la gestión de gobierno. Una de las listas ha sido presentada en una conferencia de prensa por el rector (Gustavo) Crisafulli como su continuidad, y la otra lista lleva como candidata a vicerrectora a una persona que hasta hace pocos días era la secretaria Académica de la universidad (N. de la R: en referencia a Lidia López), de manera tal que ahí encontramos una diferencia sustancial que desde nuestro punto de vista es determinante en cuanto a que somos los únicos que podemos llegar a plantear un modo distintos de afrontar los problemas que tiene la universidad.

¿Cuáles son esos problemas?

-Por ejemplo, en materia de infraestructura. Yo he recorrido, visité Viedma, Regina, Roca, San Martín de los Andes, y hay una dejadez tremenda en todo lo que tiene que ver con el mantenimiento. No solamente la construcción de nueva infraestructura, que en muchos casos es imprescindible y está pendiente desde hace décadas, en el mantenimiento cotidiano. Hay lugares donde los techos se han caído, donde hay filtraciones de agua cada vez que llueve, residencias universitarias como la de Roca que tienen algunos de sus departamentos inundados con aguas servidas, hay roedores circulando por los edificios universitarios, y todo esto en un contexto donde atravesamos diferentes gobiernos a nivel nacional, con asignaciones presupuestarias más o menos similares, porque en Argentina desde 1995 para acá ha quedado un ascenso en lo que es la participación en el PBI de los presupuestos que se destinan a las universidades y si comparamos la Universidad del Comahue con la Universidad Nacional de La Pampa, con la Universidad Nacional de la Patagonia, con la Universidad Nacional de Córdoba, con la Universidad Nacional de La Plata, encontramos que en esta universidad hay un deterioro que no se manifiesta en las otras instituciones.

¿Eso lo relaciona a una mala gestión o a falta de presupuesto?

-Falta de gestión. Claramente, nosotros entendemos que es ese el problema que tiene la universidad en cuanto a establecer prioridades. La universidad, por ejemplo, en este último tiempo, ha incrementado probablemente en un 30 por ciento su planta no docente. La mayoría de estos ingresos se ha hecho incumpliendo el requisito de los concursos públicos de posición y antecedentes. Una universidad que tiene como finalidad la formación, la capacitación de los jóvenes para poder tener acceso luego a los espacios laborales, inversamente a esa filosofía, luego dice para entrar a la universidad no hace falta venir por un concurso, no hace falta capacitación, no hace falta esfuerzo, simplemente, tener un pariente dentro de la institución, un amigo o una persona que milite en el mismo espacio político y eso garantiza el ingreso.

-La gestión actual habla de un déficit estructural en la Unco. ¿Cómo piensa abordar ese problema?

-¿A qué se refiere con déficit estructural?

-A que la Unco es una universidad extensa, con sedes en dos provincias, en muchas localidades, que hace que requiera de un presupuesto mayor que otras.

-No comparto ese diagnóstico. Yo fui decano en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales entre 2008 y 2014, presidencia de Cristina Kirchner. Todos los años teníamos que concurrir a la secretaría de Políticas Universitarias a solicitar refuerzos presupuestarios. Eso supongo que se ha mantenido con la presidencia de Macri y también en la actualidad con la presidencia de Fernández. Y no es algo común en todas las universidades. Lo que sucede es que cuando uno se acerca al estado nacional, el estado nacional tiene registros estadísticos fidedignos respecto de la cantidad de estudiantes, cantidad de profesores, una serie de variables estadísticas que dicen cuál es el presupuesto que le corresponde a la universidad y en función de eso hace la asignación presupuestaria. Yo no creo que siendo el rector de la universidad en este momento una persona alineada con el gobierno nacional, no haya podido revertir durante todo este tiempo esa presunta deficiencia en la asignación presupuestaria. Nosotros vemos que hay un problema interno en la universidad de cómo se distribuye y cómo se asigna el presupuesto. Hay una desviación de fondos hacia la planta específica del personal en detrimento de otras de las partidas que son las que la universidad está necesitando. Al focalizar ese aspecto en cuestiones que tienen que ver con la reproducción del esquema de poder que tiene la institución, es decir, al priorizar obtener votos y no resolver problemas, son las consecuencias que tenemos.

-¿Qué desafíos plantea la pos pandemia a la universidad?

-Se ha descubierto que la cuestión de las tecnologías aplicadas a la educación no necesariamente tienen que ser una forma de resolución a una situación excepcional como fue la pandemia sino que se han mostrado como herramientas muy útiles para utilizarlas en forma permanente, ya sea en forma complementaria o incluso opcional para muchos estudiantes que no pueden desplazarse desde sus residencias habituales hasta las unidades académicas donde quieren desarrollar sus estudios. Tenemos un montón de opciones en este momento: se puede estudiar una carrera online sin límites de horarios, se puede estudiar a través de plataformas que sí tienen horario pero no es necesario acudir en forma presencial, se pueden combinar las dos formas, se pueden utilizar aulas híbridas, que la universidad está tratando de incursionar en ese tema... Nuevamente volvemos a lo mismo. Hay personas muy capacitadas en la Unco que desde 2004 venían trabajando en temas de educación a distancia, específicamente en temas de educación abierta y a distancia. Cuando en 2020 - 2021 ocurre la pandemia, la universidad se encuentra desprotegida y empieza a tratar de dar respuesta de manera bastante deficiente a esta problemática y no acude a las personas que tenían una experiencia desarrollada en el área. Nuevamente lo hace de forma cerrada, buscando personas de su propio entorno, hace nuevas contrataciones, pero no se apoya en el talento y en el desarrollo que el propio recurso de la Unco tiene. Eso lo vemos como una constante.

-La universidad está cumpliendo sus primeros 50 años, ¿cuál sería la proyección para los años que vienen?

-Nosotros entendemos que en este momento la universidad está como estaba la Argentina en 1983. Así como hubo un candidato a presidente que hizo campaña recitando el preámbulo de la Constitución, nosotros hacemos campaña hablando del estatuto de nuestra universidad, las ordenanzas que regulan los concursos docentes, de los convenios colectivos que hablan sobre cómo tiene que ingresar y progresar el personal docente y no docente de la institución, y también hacemos referencia a una escuela jurídica, con la cual yo me identifico, que en Argentina su principal referente fue el profesor Carlos Nino, asesor del presidente Alfonsín, que se denomina Constructivismo Ético. Esta escuela sostiene que existe una moral ideal y una moral social o positiva. De un lado, las personas, la comunidad en general, desarrolla determinados deseos, expectativas de cómo quieren organizarse. Esa sociedad en algún momento acuerda y estipula que hay reglas, que se escriben, y que todos tenemos que cumplir para que la relación sea igualitaria y previsible entre todos los ciudadanos. La Universidad del Comahue eso es lo que se ha perdido. Se perdió el principio de legalidad entonces existe una gran afectación psicológica y material de todas las personas que integran la comunidad universitaria porque no existe previsibilidad en cuanto a las orientaciones, las expectativas o la manera en que uno tiene que desarrollarse adentro de la institución. El programa de la Unco para los próximos 50 años se encontraría previsto en el estatuto de la Unco. Si se lo quiere reformar, en primer lugar, hay que convocar a la asamblea universitaria que hace ocho años que no se convoca, que es nuestro poder constituyente y desde ese lugar establecer las modificaciones o las reformas que se consideren necesarias. Pero con la participación de la comunidad universitaria, no en forma autoritaria y verticalista como este modelo que se ha impuesto y que no nos permite avanzar hacia ninguna proyección de futuro.

29/07/2016

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