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Columnistas
24/04/2022

La siesta y la derecha

La siesta y la derecha | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Los partidos que idolatran las leyes de mercado y combaten la ampliación de derechos, tejen la reconstrucción de una alianza para el 2023. No tienen gran cantidad de afiliados pero obtuvieron muchos votos en el 2021. Perdieron porque el MPN contribuyó a la división. Neuquén genera condiciones para el viraje.

Gerardo Bilardo

La derecha en Neuquén afila uñas, dientes y la tijera para el recorte en caso de llegar a la meta. En términos de estructuras políticas representa una minoría intensa -la suma de afiliados a partidos que idolatran las leyes de mercado y proponen reducción de derechos y achicamiento del Estado araña los 16 mil-, pero la última cosecha electoral alienta expectativas para proyectarse hacia el 2023.

Cambia Neuquén, con el radical Pablo Cervi como cabeza de lista, y la Coalición Cívica ARI con el animador radial Carlos Eguía como punta de lanza de la versión local más lograda de la antipolítica y los antiderechos, sumaron en la última compulsa para diputados nacionales 140.303 votos. Un montón. Y no pelearon el primer lugar porque presentaron candidaturas por separado, una bifurcación construida por la pala del MPN que incluyó soporte territorial, en especial en los barrios de la ciudad de Neuquén. También restó a las aspiraciones de unidad, la existencia de un clima revuelto entre radicales y referentes del Pro, luego del infructuoso intento del macrismo por colocar como cabeza de lista a Jorge Sobisch. El resultado de esta ingeniería electoral dejó al partido provincial en un cómodo primer lugar con 112.027 sufragios.

Desde diciembre del año pasado se observa el camino inverso. Se intenta unir nuevamente a las piezas,y el primer paso para el rearmado se dio con una demostración de unidad en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Neuquén. Una fotografía de los concejales del radicalismo, del Pro, de Nuevo Compromiso Neuquino y de la Democracia Cristiana, con Sobisch incluido, alcanzó para avisar que estaban en carrera.

Avanzado el verano, comenzó el desfile de referentes nacionales del partido que lidera Elisa Carrió, del radicalismo y del Pro. Cada uno a su tiempo, los visitantes se reunieron con los referentes locales y dejaron un mensaje de unidad. El último movimiento de un armado que está en tránsito lo hizo Sobisch esta semana con un almuerzo en Buenos Aires con Miguel Angel Pichetto. La cita ocurrió dos días después del desembarco en Neuquén de la diputada nacional María Eugenia Vidal que a su vez tuvo contacto con el gobernador Omar Gutiérrez. ¿Todos unidos triunfaremos? Demasiado peroncho para tomarlo en serio.

A los dirigentes de los partidos políticos que se encuadran en esta alianza de derecha los une el antiperonismo, pero mucho más el antikirchnerismo; y al MPN lo colocan en el círculo de aliado circunstancial con críticas gorilescas cuando surge algún resabio peronista, que aún le queda, al partido provincial.

Esta derecha dispuesta a avanzar a paso firme en un distrito en el que ve chances de éxito, disputará espacios comunes con el MPN. Hay competencias ideológicas compartidas a partir de la plasticidad que tienen las ideas que motoriza el partido provincial y de los intereses que representa. La provincial es una fuerza política todo terreno que atraviesa verticalmente diferentes clases sociales y al mismo tiempo exhibe rasgos conservadores. Cuando lo necesita, se transforma en vocera de los poderes económicos concentrados.

Como en la canción Los Ejecutivos de María Elena Walsh, pero en este caso con el concepto aplicado al terreno político, el MPN tiene la sartén por el mango y el mango también. Cinco de cada diez afiliados y afiliadas a algún partido político en la provincia pertenece a esa fuerza, mientras que el resto de la torta se divide en otras 23 agrupaciones. Ese es el número de organizaciones políticas con chapa para las elecciones nacionales, mientras que para las competencias domésticas hay que sumarle cuatro con alcance provincial y 33 municipales. Andá a ganarles.

Por cada diez ciudadanos y ciudadanas que figuran en el padrón general en Neuquén, tres están dentro de algún partido político reconocido a nivel nacional. El universo del 31,4% de afiliaciones coloca a la provincia en los primeros lugares del país. El primer puesto es para Jujuy con una relación del 42,4% de afiliados en comparación con su padrón general y el más bajo lo tiene la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde anida la mayor expresión de la antipolítica del país, con una incidencia del 17,4% de afiliados a partidos político.

Datos de la Cámara Electoral Nacional actualizados a diciembre del año pasado dan cuenta de un padrón general de 529.028 electores y electoras en la provincia de Neuquén y un total de 166.112 afiliados y afiliadas a alguna de las 24 fuerzas políticas reconocidas. De ese número general, el MPN tiene 91.414 (el 55%), mientras que el Partido Justicialista es la segunda fuerza con 20.432 adherentes, cifra que representa el 12,3%.

La UCR, que en el distrito está alineada con el macrismo, se posiciona en el tercer puesto con el 5,6% del universo de afiliados, lo que implica un padrón de 9.345 boinas blancas. Si se suman los afiliados de las otras cuatro fuerzas que expresan a la derecha, el número no alcanza al del padrón que tiene el peronismo. Coalición Cívica ARI tiene 2.016 afiliados, el Pro suma 2.018 , Nuevo Compromiso Neuquino agrega 1.975 y la Democracia Cristiana 2.641. Para mantener activo al partido político hay que tener en Neuquén 2.116 afiliados, según la última actualización de la Cámara, correspondiente a marzo de este año.

Este espacio político que intenta avanzar en la provincia tiene apoyo nacional y el de un pasajero frecuente: Muricio Macri con sus períodos de descanso en Villa La Angostura. Con gran soporte comunicacional y mucha protección para confundir cuando la jugada viene cambiada, la derecha es efectiva aquí y en todos partes para trasladar la defensa de sus propios intereses a otros estamentos de la sociedad.

Por volumen de negocios que giran alrededor de la industria petrolera, del turismo y de los llamados desarrollos inmobiliarios, Neuquén viene generando condiciones para un viraje hacia una derecha dura. Es una hipótesis de trabajo sobre la que opera el espacio radical-macrista. Y mientras este armado sigue en construcción e intenta ordenarse, la otra oposición al MPN con peso electoral en el distrito duerme una larga siesta.

Ojo que hay giro a la derecha sin semáforo.

29/07/2016

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