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Columnistas
09/04/2022

Cuando no existían los “planeros” ni “los K”

Cuando no existían los “planeros” ni “los K” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La derecha y la ultraderecha culpan a los planes sociales y al kirchnerismo por todos los males del país. Pero hace 20 años Argentina sufría su peor crisis económica, social y humanitaria, causada por el neoliberalismo, y en ese tiempo no había “planes” ni Néstor Kirchner o Cristina habían gobernado.

Miguel Croceri

Dos décadas atrás, en el primer semestre de 2002, Argentina vivía la mayor tragedia humanitaria provocada por el modelo económico-social del capitalismo salvaje extremo, comúnmente llamado, sobre todo en los ambientes politizados, modelo “neoliberal”.

Las personas pobres y familias enteras con hambre que buscaban comida en la basura, fueron las víctimas más sufrientes de la injusticia y la desigualdad a las que habían sido condenadasporun sistema inhumano de explotación contra las clases sociales populares, y de saqueo de la riqueza producida colectivamente.

Esa manera desesperadade procurarse el alimento, la cual es tambiénuna manera tomada como “natural” por gran parte de la sociedad que no sufre el hambre, se multiplicó en aquel momento, y tuvo/tiene hasta hoy atenuantes y agravantes, según las políticas públicas aplicadas a lo largo de los años.

La devastación socialocurrió cuando todavía no existían los grupos de la población a los que el discurso dominante llamaagresivamente“planeros”, porque no había “planes sociales” de la forma en que se los conoció posteriormente y hasta nuestros días. Hubo algunos antecedentes en la segunda mitad de la década de los años ‘90, pero no tenían -ni remotamente- la masividad y extensión que luego tuvieron.

Hoy la derecha y la ultraderecha acusan a los “planeros” y al kirchnerismo como culpables de todos los males del país. Pero en 2002 tampoco existían “los K”, que es el modo en generaldespectivo y cargado de odio y violencia, con el cual aluden al proyecto y laidentidad política fundados por Néstor Kirchner y después continuados y liderados por Cristina.

Hace un año y medio, el prestigiosocolumnista de Va Con Firma Humberto Zambon explicó en este portal de noticias lo siguiente:“La experiencia neoliberal comenzó con dictaduras latinoamericanas: Pinochet en Chile y Videla en Argentina. Luego se extendió al centro, con Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en Estados Unidos y, con la implosión y caída de la URSS, se convirtió en el ‘pensamiento único’, única verdad admitida, mientras que la sociedad que representaba se volvió el único modelo posible para un mundo globalizado, con pretensiones de eternidad materializadas en el ‘fin de la historia’ de Francis Fukuyama, con un mundo basado en la política y economía de libre mercado”.

(Zambon, uno de los pensadores humanistas más reconocidos de Neuquén y de toda la Patagonia argentina, docente e investigador en ciencias económicas y doctor honoris causa porla Universidad Nacional del Comahue, publicó estos conceptos en agosto del 2020, al analizar “la crisis actual” que ya en ese momento afectaba al mundo en plena y dramática propagación planetaria del Covid-19, antes de que fueran desarrolladas las vacunas. Nota del 02/08/20). 

Neoliberalismo y después

En diciembre de 2001, luego de más de una década de aplicación drástica de políticas neoliberales en Argentina, la economía nacional quebró, amplios sectores de la población protagonizaron unestallido social, y crujió el sistema político-institucional. La represión estatal a las protestas y otros hechos de violenciaprovocaron el asesinato de 39 personas. (Un imponente registro audiovisual de los crímenes es “39, el documental - Las víctimas de 2001”, dirigido por Ayelén Velázquez, que puede verse en Youtube. Acceso al documental). 

El país entró en cesación de pagos (a la cual, por una ridícula utilización de términos de otro idioma, siempre se denomina por la palabra del inglés “default”) respecto de la deuda externa con acreedores privados, aunque se le siguió pagando al Fondo Monetario Internacional.

Al mismo tiempo el sistema financiero se incautó de los dólares depositados en los bancos (situación, también ridículamente llamada “corralito” o a veces“corralón”, ya que el primero de esos términos fue inventado por medios de comunicación semanas antes, cuando Domingo Cavallo impidió retirar dinero en efectivo de los bancos). Los fondos incautados en general eran dineros de las clases medias, ya que los pobres no podían -no pueden- ahorrar, y menos aún en dólares, mientras que los ultra-ricos e hiper-millonarios ya habían fugado sus fortunas a guaridas fiscales y al extranjero.

La bancarrota económica empeoró al extremo la catástrofe social y humanitaria que se venía incubando y ocultando. Además de que se multiplicó la cantidad de personas que buscaban comida en la basura, otra expresión del hambre generalizada fueron los saqueos a supermercados y a otros comercios, mayormente de comestibles.

La falta de trabajo hacía estragos en millones de hogares, donde las familias vivían una desesperación permanente y (como antes se mencionó en este artículo) salvo excepciones no existían “planes sociales” como forma de auxilio por parte del Estado.

A mediados de 2002 las estadísticas oficiales informaban que la desocupación promedio en el país era del 21,5 %. En las principales ciudades de algunas provincias (como por ejemplo en los aglomerados urbanos de las capitales de Córdoba y de Catamarca) era mayor al 25 %, es decir que allí una de cada cuatro personas no tenía trabajo. Los “niveles de pobreza” superaban el 50 % en el promedio nacional.

(Los datos, elaborados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, se publicaron hace dos décadas en el diario Clarín. El título de la crónica fue: “La desocupación es la más alta de la historia”. Nota del 26/07/2002). 

En simultáneo con los récords de desocupación y pobreza, exactamente hace 20 años se registraba el costo de vida más alto después de las dos crisis de hiperinflación, una ocurrida en los últimos meses del gobierno de Alfonsín (quien por ese contexto caótico dejó su cargo el 8 de julio de 1989, cinco meses antes de concluir su periodo constitucional), y otra medio año después de asumir Menem (esa “hiper” tuvo lugar entre finales de 1989 y comienzos de 1990).

Así, en abril de 2002 la inflación oficialmente informada fue del 10,4 % en el mes, mientras que la anualizada llegaría después al 41 %. (Los datos constan en el sitio web de información económica internacional “Expansión / Datosmacro.com”, editado en España. Allí se puede acceder a un cuadro del Índice de Precios al Consumidor, IPC, de Argentina en aquel tiempo. (Acceso a cuadro del IPC/2002). 

Exactamente hace dos décadas

Recién después de toda la catástrofe, diferentesgobiernos establecieron lo que hoy se conoce como “planes sociales”. Había antecedentes pero la cantidad de perceptores/as era mínima, si se compara con los millones de personas que sufrían la pobreza extrema y/o la falta de empleo. Sobre el “Plan Trabajar”, establecido a fines de los años ‘90, se dice que quizás pudo haberle llegado a 100.000 beneficiarios/as, o a lo sumo a 650.000. (Estas cifras surgen de distintas fuentes citadas en un informe que publicó, meses atrás, elsitio web Chequeado. Artículo del 02/09/21). 

El 3 de abril de 2002 -acaban de cumplirse dos décadas- el entonces presidente de transición, Eduardo Duhalde, lanzó el “Plan para Jefas y Jefes de Hogar Desocupados”. (La crónica del anuncio en el diario La Nación fue titulada “Duhalde lanzó el plan social”. Nota del 03/04/2002). El mandatario interino dijo que había “más de un millón de hogares excluidos, a los que buscamos incluir en un umbral mínimo de dignidad”. (La transcripción completa de la breve alocución consta en los archivos del portal Educ.Ar - Acceso al texto del discurso presidencial). 

En aquel momento faltaba más de un año para que Néstor Kirchner asumiera como presidente de la Nación: lo hizo el 25 de mayo de 2003.

Y sería mucho más tarde, en el año 2009, cuando la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner creaba la “Asignación Universal por Hijo” (AUH), a la cual ampliaría en 2011 con la “Asignación Universal por Embarazo” (AUE).

Ambas son “asignaciones familiares” y no estrictamente “planes sociales”, pero más allá de su encuadre conceptual-jurídico, desde sus comienzos fueron objeto de la injuria clasista contra las personas humildes. En 2010, el dirigente radical Ernesto Sanz lanzó una frase antihumanista, canallesca y delirante: “La asignación universal por hijo se va por la canaleta del juego y de la droga”. (Información de La Política Online, nota del 15/05/2010). 

Hoy ese tipo de discurso violento está en pleno auge, a través de las grandes cadenas mediáticas y de las redes digitales. Para ello se utilizan palabras, imágenes (por ejemplo los memes) o gestos, que se emiten por televisión y mediante cualquier dispositivo electrónico, y que se multiplican hasta el infinito.

Son discursos basados en mentiras y engaños, pero gran parte de la opinión pública puede tomarlos como ciertos. ¿Por qué? Por la predisposición de muchas personas para internalizar de modo inconsciente las ideologías de derecha y ultraderecha, reproducidas minuto a minuto por un gigantesco aparato comunicacional de dominación política y social.

29/07/2016

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