Dos record en la pandemia, dos realidades

El 27 de mayo de 2021 Neuquén registró, en un solo día, 1.229 casos nuevos de Covid-19. Esa había sido la cifra máxima registrada hasta que el pasado 5 de enero se registraron en toda la provincia 2.463 casos nuevos, es decir el doble que el record anterior.

El día record de mayo, 154 personas estaban internadas por esta enfermedad en terapia intensiva, llegando pocos días después a 174 colapsando el sistema que registraba 100% de ocupación de camas. Eso concretamente implicaba que había pacientes para los cuales no hubo durante varios días disponibilidad de camas de alta complejidad.

Al momento de escribir esta nota, Neuquén registra 37 pacientes internados en unidades de cuidados críticos. Es claramente una realidad diferente a la de la segunda ola que generó zozobra y tensionó al máximo al sistema de salud neuquino en 2021.

Ya no caben dudas que esta situación se debe en gran medida a la alta cobertura de vacunas cuya eficacia se demuestra de dos maneras. Por un lado, al constatar que las personas vacunadas en caso de contagiarse, desarrollan formas leves de la enfermedad. Por otro, que un altísimo porcentaje de los pacientes que requieren asistencia respiratoria por estar afectadas de Covid-19 son personas no vacunadas.

En efecto, en algunas jurisdicciones, por ejemplo Provincia de Buenos Aires, se informó que durante la última semana del año, más del 80% de los pacientes en UTI eran pacientes sin vacuna o con esquema incompleto. Andrés Klipphan consignó para el medio Infobae que hasta el 24 de diciembre, en el sistema de salud a cargo de Nicolás Kreplak, 224 enfermos en cuidados intensivos. De ese total, 184 no se habían aplicado ninguna dosis de vacuna; 40 estaban inoculados. De ellos, dos con la primera dosis y 38 con las dos aplicaciones (ver Enlace: Infobae).

Estamos cumpliendo un año de iniciado el plan de vacunación en Neuquén y debe connotarse con mucho énfasis el acierto de las autoridades nacionales y provinciales en este aspecto. De hecho Argentina es uno de los países que está ubicado entre los primeros en el ranking mundial de cobertura de población vacunada contra la Covid-19. Al mismo tiempo es necesario destacar y agradecer el esfuerzo desplegado por los equipos de salud en toda la provincia para hacer posible la llegada de la vacuna, aprovechando no solamente los espacios institucionales habituales, sino también estando presentes en espacios públicos y buscando activamente a personas para vacunar tanto en las ciudades como en el área rural.

Dos miradas y el riesgo de la doble personalidad

Aunque falta la confirmación oficial, ya que deben completarse los estudios de secuenciación genómica de las muestras de PCR de la última semana, es muy probable que la circulación comunitaria de la variante Omicron, de altísima contagiosidad, sea la responsable del crecimiento exponencial de casos que se está observando.

La propia ministra de salud Andrea Peve, ha declarado: “esta ola parece un tsunami por la cantidad de contagios” (Ver enlace: LMNeuquén). La figura empleada por la ministra es por demás elocuente, los tsunami arrasan todo lo que encuentran a su paso dejando destrucción y angustia después de un tiempo de gran conmoción y tensión.

Una de las características distintivas de la variante ómicron es su gran capacidad para contagiar, con lo cual la cercanía de las personas, en especial sin usar métodos de protección de barrera como los barbijos, facilita que en poco tiempo muchas personas, aún quienes ya padecieron Covid-19, e incluso vacunados, se contagien.

La exponencial escalada del número de casos vuelve a poner en tensión al sistema de salud. Por un lado porque algunos de sus integrantes se contagiaron o deben quedar aislados por ser contacto estrecho de quienes desarrollaron la enfermedad, con lo cual los planteles se acotan, pero también por el crecimiento de la demanda en las guardias, en los centros de testeo y de vacunación. En un período donde parte del personal está licenciado, en muchos casos luego de mucho tiempo sin poder tomarse vacaciones, esta combinación de factores genera una tirantez cercana al colapso.

Por ahora esa tensión no se percibe tanto en la internación, aunque es dable mencionar que el número de pacientes internados en UTI también fue creciendo. Mientras que el 13/11 había solamente 10 pacientes internados en toda la provincia de Neuquén, en unidades de cuidados críticos, el nuevo día récord encontró a 36 pacientes en UTI (260% de incremento). Una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) el pasado 3 de enero en 115 unidades de UTI de todo el país concluyó que se observó una elevada ocupación de camas en terapia intensiva, con un bajo número de pacientes COVID 19 que se duplicaron en los últimos 15 días. La mitad de ellos requirieron soporte ventilatorio, siendo una gran mayoría portadores de comorbilidades. Dado el enorme incremento de pacientes con COVID 19 en las UTIs, la SATI recomienda a la población tener un esquema de vacunación completo, a los efectos de reducir los ingresos por esta patología grave.

Ante este panorama sorprende la falta de decisión para intentar atenuar al menos, algunas de las situaciones que facilitan la propagación de la enfermedad. Así, mientras la ministra de salud califica a la tercera ola de la pandemia como un tsunami, se siguen autorizando y promocionando eventos de concurrencia masiva sin siquiera advertir del riesgo, sin establecer aforos acotados y sin exigir el uso de barbijo.

Se trata de una doble percepción de la realidad que conduce a diferentes decisiones que en este caso resultan contradictorias y de alto riesgo.

Como enfrentar el tsunami

Primero prevenir. Con la pandemia en auge en el contexto de esta brutal tercera ola, sigue siendo importante sostener laspautas de autocuidado individual y comunitario aprendidas. El uso correcto del barbijo, el lavado frecuente de manos, la distancia de dos metros entre cuerpos y la buena ventilación de los ambientes cerrados.

Dada la alta contagiosidad de las nuevas variantes es especialmente recomendable evitar la aglomeración de personas en eventos masivos, aun al aire libre. Esto implica decisiones que deben tomar las autoridades políticas de cada jurisdicción, para las cuales están habilitadas. No siempre resultan medidas simpáticas, pero deben entenderse como necesarias e impostergables en contextos particulares.

Segundo detectar. Se ha verificado una asistencia masiva a los centros de testeo pero es importante que la comunidad comprenda que el test es útil en determinadas circunstancias y que no siempre un resultado negativo indica que no nos contagiamos. Esto es así porque depende del momento en que nos hacemos el test, ya que los primero dos o tres días luego de haberse contagiado el test puede ser negativo. Por eso, si una persona estuvo con alguien que tiene diagnóstico confirmado de Covid lo primero que debe hacer es aislarse. Es lo más seguro para él y para los demás.

Las pruebas que ya están autorizadas para comercializarse en farmacias serán útiles para el diagnóstico individual y reducir la presión en los centros de testeo, pero no debe descansarse en ese test para evitar la decisión de aislarse si el contacto existió y mucho menos si se comenzó a percibir algún síntoma sospechoso como cefalea, cansancio o dolor de garganta.

Tercero proteger. La evidencia de la eficacia de las vacunas, en orden a reducir la severidad de los cuadros de Covid-19 y reducir la mortalidad por esta enfermedad, son contundentes. Iniciar el esquema de vacunación en los que aún no lo han hecho o completarlos en los casos que corresponde es imperioso, no solamente para la protección individual, sino también para contribuir a la conformación de escudo protector de toda la comunidad.

En estos días, en algunos casos por la implementación del pase sanitario y en otros, por la creciente toma de conciencia sobre esta cuestión, ha aumentado el número de personas que acuden a los centros de vacunación para recibir su dosis. Vuelve a ser plausible que los equipos de salud dispongan de más horarios y lugares para vacunar, aunque nuevamente aparece la limitación de los planteles como una dificultad que debe sortearse.

Como en otros momentos de la pandemia, debemos hacer todo al mismo tiempo. Mientras se sigue aprendiendo e investigando sobre Covid-19, se requieren actitudes proactivas para enfrentar la pandemia con la mayor posibilidad de reducir sus efectos indeseables. Entendemos que todos estamos llamados, ciudadanos y autoridades, a asumir actitudes individuales y colectivas responsables, que busquen equilibrar lo deseable con lo posible y recomendable en cada momento del discurrir de la pandemia.