Beneficiada por el rebote de una economía nacional que vuelve a crecer mejorando los indicadores que dejó la primera pandemia, la que provocó el macrismo, y superando con esfuerzo la segunda y vigente, la del coronavirus, Neuquén cierra un año muy diferente al anterior y se para frente al 2022 con proyección alentadora para los números de la macroeconomía. Es un escenario que servirá para gobernar sin mayores contratiempos pero que no resolverá los grandes problemas derivados del modelo de gestión del MPN, como la desigualdad en la sociedad y la que se observa entre las diferentes regiones de la provincia.

En el asfixiante 2020 de aquí y de todo el mundo, Omar Gutiérrez se vio obligado a gobernar con recursos en picada, algo que el MPN no maneja nada bien, sumó deuda hasta por las dudas, congeló y manejó con el pago en cuotas la principal variable del presupuesto, los salarios, y estuvo a punto de llevar al default la deuda en dólares que finalmente renegoció.

El aire de recambio y fresco después del agobio del primer tramo de la pandemia comenzó a soplar en la segunda mitad del 2020 y los recursos previstos para el 2021, proyectados en aquel oscuro escenario de plena pandemia, fueron superados. Y el cierre del actual período será mejor que el de hace un año atrás, cuando el déficit alcanzó los 14 mil millones de pesos y hubo un crecimiento del 40% del stock de la deuda.

Si ómicron no barre con las expectativas de continuar con tendencia al crecimiento, el 2022 viene con números que empiezan a dejar atrás los problemas ocasionados por las pandemias enunciadas al principio. Aunque para evitar escenarios complejos de contagios, el gobierno debería retomar la conducción de las políticas de control para evitar, como ya se observa, la aplicación de criterios dispares por parte de los intendentes a la hora de exigir, por ejemplo, el pase sanitario en fiestas populares como la de la Confluencia en la ciudad de Neuquén o la de San Sebastián en Las Ovejas.

Los 322 mil millones de pesos de recursos con los que el gobierno espera contar el próximo año, proyectan la mirada optimista de la gestión de Gutiérrez hacia el futuro. Tanto los ingresos como los gastos fueron previstos con aumentos superiores a los de la inflación anual y con esta cifra Neuquén lidera los números de los presupuestos del 2022 entre las provincias de la Patagonia, incluidas las de similar tamaño como Río Negro y Chubut. Pero así como el Neuquén del MPN encabeza esta tabla, también lo hace en la región con los indicadores de pobreza e indigencia, un dato que evidencia fallas en la distribución de los recursos y acentúa las injusticias sociales.

El partido de gobierno definirá el próximo año a sus autoridades y a sus candidatos para el 2023. Nadie en el MPN piensa hoy que no habrá internas, por lo que la energía y los recursos del oficialismo, que se identifica como lista Azul, estarán orientados a conseguir resultados favorables en esos dos objetivos. Y una vez más: que haya más guita el próximo año no necesariamente se traducirá en una política que mejore la distribución de la riqueza.

La filosofía que rige el pensamiento del minero es una marca en la genética del MPN. El aquí y ahora tiene cada vez mayor peso entre la dirigencia del partido y cuando hay dinero, la consigna es se gasta todo. Esa lógica en la gestión marca los fracasos, ocultados inteligentemente con la narrativa que impulsa la industria petrolera.