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05/11/2021

Aguafuertes del Nuevo Mundo

Cuando la data viene falluteada

Cuando la data viene falluteada | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Juanito, que colabora en la radio de su barrio, escucha al viejo Valentín: “En la política como en la vida, pibe, hay personas ingenuas y hay quienes se aprovechan de eso. Y también un montón de gente que no está dispuesta a dejarse estafar y que, cuando puede, ayuda a evitar que otros sean engañados”.

Ricardo Haye *

Información no equivale a cultura, pibe. Sobre todo, cuando la data viene falluta o cuando alguien te la quiere mandar cambiada”.

Juanito se veía venir otra parrafada densa de don Valentín. Pero las cosas que decía el viejo con nombre de vino siempre eran razonables y tenían la sabiduría del que ha vivido mucho. “Y si, seguro que ya escuchaste lo que dicen del diablo y los años. Uno sabe las cosas por viejo, nomás”, aclaraba el remisero del barrio.

Y después de ese reconocimiento, Valentín siempre encaraba con la anécdota que ilustraba y le ponía cable a tierra a eso que quería decir.

Hace unos años, acá en el barrio había una mujer mayor y con poco conocimiento de la vida, la señorita Vergara. Roberto Fontana era un muchacho entrador y simpático, pero un vividor de aquellos. Empezó a tomar clases de piano con la pipistrela esta… Ah! Ya sé. No sabés qué es “pipistrela”. Pipistrela: dícese de la persona algo torpe. ¿Capisce? La señorita Vergara era algo torpe socialmente, pero tenía un alma buena. Y una inocencia a toda prueba.

Bueno, Robertito empezó a envolverla con sus encantos y su víctima ya casi caía en la trampa. Pero ahí se le cruzó mi sobrina Marita, que le ayudaba a la Vergara con las cosas de la casa, y deschavó al atorrante que fácilmente la hubiera dejado en la calle.

Ya te hablé de Marita, ¿no? Es la que dice siempre que tenemos que votar en defensa propia, ¿te acordás?

La pobre señorita Vergara le iba a poner el voto al coso ese, que no era candidato a nada pero que igual la hubiera llenado de deudas a cien años, como el que te dije.

En la política pasa lo mismo que en la vida, pibe. Hay personas ingenuas y hay quienes se aprovechan de eso. Y también tenés a un montón de gente que no está dispuesta a dejarse estafar y que, cuando puede, ayuda a evitar que otros sean engañados.

¿Sabés lo que le falta a esta gente? Una bocina gigantesca para hacerse escuchar en todos lados y que a nadie le enrosquen la víbora. ¿Vos te creés que algunas mentiras colosales hubieran prosperado si los grandes diarios o los canales de tv no les hubieran dado manija?

Y ahí se va Juanito, con otra clase de vida del maestro Valentín que, como siempre, no hace más que darle razones para buscar datos, referencias, antecedentes que después le permitan escribir su columna para la radio del barrio.

Olga Yurkova, una periodista y activista de Ucrania, dice que la verdad suele ser aburrida y que, por eso, las historias demasiado emocionales o dramáticas, probablemente no sean reales. El pibe no está muy acuerdo con eso y piensa que a la tal Olga le vendría bien tener alguna charla con su amigo, el remisero. Pero sí coincide con la mujer en que las informaciones fraudulentas son una amenaza para la democracia y la sociedad.

"La gente ya no sabe lo que es real y lo que es falso -sostiene Yurkova-;muchos han dejado de creer. Y eso es incluso más peligroso".

No es que te manipulen el pensamiento, pero la descarga incesante de datos, incluso los que no son ciertos, pueden hacer dudar. Así es como hubo quienes creyeron esa mentira de las armas nucleares de Irak y avalaron una guerra que provocó miles de muertos.

Juanito piensa que esa fantasmada lejana tuvo una grosería sin límites, pero sabe muy bien que en estos arrabales del mundo también existieron falsedades proverbiales, como la que en su momento sepultó el plan Qunita.

Esa iniciativa tenía el propósito de reducir la primera causa de mortalidad infantil en los sectores de menores recursos, la que se produce por ahogo cuando el bebé duerme en la cama de sus padres. La denuncia de una diputada que representa intereses de sectores sin problemas de colecho fue impulsada de modo flagrante por medios interesados en desgastar al gobierno que promovía el cuidado de la vida. Toda una contradicción en sí misma: los sectores más refractarios a la sanción de la ley del aborto no tuvieron inconvenientes en lapidar un proyecto que protegía a los recién nacidos.

Pibe, Usted no deje la radio del barrio -le repite incansablemente don Valentín-. Hay mucha mentira por dejar al descubierto; mucha hipocresía y mucho discurso de dos caras por desmantelar. Fijesé que hay gente que todavía repite sin margen para la duda que Nisman, encerrado solo en un baño, fue asesinado, y que Santiago Maldonado, que no sabía nadar y estaba rodeado de gendarmes, se ahogó solo por meterse a un río en pleno invierno patagónico”.

Mientras la verdad venga adulterada por la acción mediática de sectores interesados no queda otra que seguir trabajando en el desacondicionamiento mental de los públicos con bajo umbral de lectura crítica de la realidad. Esa lección, Juanito la tiene bien aprendida.



(*) Docente e investigador del Instituto Universitario Patagónico de las Artes.
29/07/2016

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