24/10/2021

El premio Democracia quedó en Patagonia

El premio Democracia quedó en Patagonia | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La Colectiva de Escritoras Patagónicas, que nuclea a poetas, narradoras, editoras, cuentacuentos, libreras, diseñadoras gráficas y gestoras culturales -entre otras profesiones- recibió el galardón que otorga la Fundación Octubre en reconocimiento de valores democráticos y de defensa de derechos humanos y sociales.

Gerardo Burton

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Uno

Acaso la profecía de Macky Corbalán respecto de que la poesía circula en Patagonia “con una capilaridad inadvertida para las luces del éxito, los avatares del gusto canonizado y del prestigio académico y editorial” haya tenido algo que ver: esta semana, la escritura de mujeres de la Patagonia tuvo un reconocimiento que no hace más que destacar la importancia de estas voces en la poesía argentina. En efecto, en las recientes décadas, la creación poética de mujeres patagónicas ocupa un lugar original, diverso y plural en este campo cultural (ver también Claudia Sastre).

En efecto, en la decimotercera edición de los premios Democracia instituidos por la Fundación Octubre, la Colectiva de Escritoras Patagónicas obtuvo el reconocimiento en literatura por su labor en la construcción de valores democráticos, de defensa de los derechos humanos y sociales. La agrupación, que recibió el premio en forma remota, agradeció la distinción y también a Camila Sosa Villada y Martín Kohan, con quienes compartieron la terna votada por el público. En la oportunidad, expresaron su “deseo de una construcción de una comunidad que lee”.

Apenas comenzado enero de 2019, Silvia Butvilofsky, Carina Nosenzo y Ludmila Rula, de General Roca, y Carina Medina en Neuquén, comenzaron a compartir videos grabados con poemas de la norteamericana Sharon Olds. “Empezó como una cuestión lúdica”, dijo Medina, y luego se fue extendiendo, con la incorporación gradual pero imparable, de poetas de otras localidades de la región: Graciela Cros, de San Carlos de Bariloche y Liliana Campazzo, de Viedma fueron las primeras en ser leídas, porque la consigna era leer poemas de otras mujeres. En la ciudad de Neuquén, se integraron Romina Olivero, Mirta Agostino, Gabriela Nemiña, Marité Corbera, Aixa Rava, Edith Galarza entre otras, y en otras ciudades ocurrió algo parecido: Marisa Godoy, Graciela Rendón, Tamara Padrón, Cristina Venturini, María Martha Paz en San Martín de los Andes; Cecilia Fresco en Villa La Angostura, por ejemplo. En Chubut, Liliana Ancalao, Fernanda Maciorowski, Viviana Ayilef y Luciana Mellado; en Tierra del Fuego, Florencia Lobo. Como cada antología y como todas las listas, ésta también resulta injusta por incompleta.

Los primeros contactos fueron telefónicos y remotos, por grupos, hasta que se establecieron algunas “cuestiones programáticas”, según Medina: se trataba de buscar un nombre y una suerte de manifiesto que combinara el elemento lúdico con las propuestas ideológicas. Hubo, dijo, “una repercusión inmediata en las redes” que en primera instancia suscitó una propuesta de un grupo de escritores de Chubut para trabajar en conjunto. Pero “queríamos que esta agrupación fuera sólo de mujeres”. En forma gradual, también, se incorporaron las videograbaciones con el pañuelo verde; la participación en manifestaciones y expresiones feministas; la enunciación explícita de la adhesión a la campaña en favor de la interrupción voluntaria del embarazo; la denuncia contra los abusos y las violencias de género y contra las minorías y la defensa irrestricta de los derechos humanos, entre otros contenidos ideológicos.

Mirta Agostino recordó que todo comentó “con una lectura entre nosotras y se fueron sumando paulatinamente para revertir la invisibilización que, acá en el sur, hay con la poesía y especialmente con la poesía de las mujeres”. Luego de los intercambios iniciales, con la consigna de “leer a otra, porque es diferente, hay entonaciones distintas, cada una lee de modo diferente”. La experiencia se extendió y así surgió la necesidad de crear un canal en youtube, que editarían Edith Galarza y Romina Olivero y su hija Moma Nebbia. El título del canal “Algún poema tiene que haber”, proviene de un verso de la poeta porteña Liliana Lukin. Luego, se creó el logo de la colectiva, con la colaboración de Fedra, la hija de Carina Medina.(Enlace al canal)

El contexto social impulsó la primera consigna -“Mirá cómo nos leemos”- que parafraseaba la defensa de las artistas a la actriz Thelma Fardin en su denuncia contra Juan Darthés mientras surgían acciones similares en el ámbito de la literatura contra editores, organizadores de ferias de libros y directores de revistas de poesía. El crecimiento, desde ese enero de 2019 hasta la fecha fue exponencial: de unas 200 mujeres en el inicio, en la actualidad superan las dos mil mujeres en la agrupación. Trabajan en función de la imagen poética pero no sólo hay escritoras, indicó Agostino: integran la colectiva poetas, narradoras, cuentacuentos, editoras, libreras, gestoras culturales, fotógrafas, investigadoras, bibliotecarias, talleristas, profesoras de literatura, gestoras culturales y otras disciplinas y profesiones.

La colectiva formó una red cubre varias ciudades, donde hay “casas” que reúnen a las poetas de esa localidad. Por caso, en Bahía Blanca, están Laura Forchetti y Marina Kohon, y en San Martín de los Andes y el Alto Valle varias integrantes ya mencionadas y también “con poetas de Chile, ya que las fronteras y los límites no son geográficos sino literarios o ideológicos”, aclaró Agostino. Hay asambleas periódicas o, según la coyuntura, “por casas o generales, lo cual garantiza la horizontalidad en la toma de decisiones”, concluyó Agostino.

Dos

Algunos conceptos en el manifiesto en el documento fundacional de la colectiva:

“¿Literatura? Oralitura, palabra con función poética, palabra que configura realidad y viceversa, palabra que salva el día, que comunica bellamente, con la honestidad genuina de la poesía como poesía política. ¿Política? Sí, políticamente adheridas al feminismo; inclusivas porque no reconocemos márgenes entre nosotras. Decir feministas es decir sororas, horizontales, desde y por el paradigma del cuidado, del refugio, de la inscripción colectiva como situación amorosa apostando a la confianza, el respeto mutuo por los acuerdos, por las ideas y las acciones compartidas. ¿Políticas? Sí, interculturales, pensándonos junto a les compañeres mapuces y otres identidades.

'Estas nuevas formas de vida y militancia, de hacer literario presuponen que la articulación entre la sociedad y el arte es fundamental para la construcción de un futuro. Este demandará que la idea misma de comunidad pueda ser nuevamente imaginada , sin la pretensión de una homogeneidad justificante sino como la malla en la que múltiples mundos, múltiples sentidos, articulan proyectos de trabajo “inter”, vale decir, más allá de las clasificaciones modernas.' (Alicia Frischnechkt)

Políticas y éticas que se transfunden en la adhesión a los reclamos históricos, en nuestras regiones y en el país, vinculados a los DDHH. Además y fuertemente en una militancia activa pro Campaña de Derechos de las Mujeres, principalmente la Campaña Pro #AbortoSeguroLegalYGratuito, entre otras como las de visibilización de los reclamos relacionados con los más de 50 Femicidios de este año y otras violencias del sistema heteropatriarcal capitalista.

¿Literatura política? Sí. Palabra que configure nuestro accionar porque nos une la confianza en la Palabra transformadora de realidades. Nos une la palabra, una ética desde la estética y una estética que se piensa en función de la ética de la ruptura del silencio, desde nuestro quehacer literario. También vinculado a la desigualdad de género y discriminación en el ámbito específico de nuestro quehacer vinculado con el arte. Somos una colectiva artística que cree que lo que hacemos desde las acciones literarias vuelven públicas nuestra idiosincrasia y nos vuelven también una grupa de aprendientes, en búsqueda de aprendizajes mutuos. Lo que hacemos y pensamos aparecerá en la forma de nuestra manera de intervenir en lo público, trabajo colectivo como refugio reconfigurando una Patagonia cultural, clausurando en el accionar de un territorio prefijado con sesgos masculinos, disolviendo los márgenes y los límites. Cordilleras y ríos, mapas no nos separan, nos une la elección afectiva de dar a conocer y vivenciar en las cuerpas las voces de nuestras poetas patagónicas. El lazo es la poesía, vamos a lo simple –complejo#de esta decisión, esa es nuestra inscripción territorial y nuestra contingencia histórica”. (Documento “Colectiva de Escritoras Patagónicas”, abril de 2019)

Tres

La Colectiva de Escritoras Patagónicas integró la terna del premio Democracia junto con la escritora y actriz cordobesa Sosa Villada, autora de Las malas; La novia de Sandroy El viaje inútilentre otros trabajos; y el escritor Martín Kohan, autor de Confesión; Museo de la Revolucióny Fuera de lugar, entre otras novelas, cuentos y ensayos.

En un comunicado de prensa emitido luego de la recepción del premio, la colectiva expresó que “la nominación inicial, la premiación resultante nos da alegría, pero también nos interpela para poder compartir que el nuestro no es el relato del éxito en el logro de los acuerdos homogéneos o permanentes. Quizás sea la historia de un devenir, de un camino, de una búsqueda en comunidad, queriendo abrazar su corazón y no su ley y viceversa. Asumimos la necesidad, el deseo y la pulsión por lo colectivo transversal y sororo como forma de celebración de las singularidades”.

El premio instituido por el grupo Octubre es un reconocimiento a quienes, a través de sus obras y actividades relacionadas a la cultura y el pensamiento, demuestran su compromiso con los valores democráticos, el respeto a la diversidad y a la integración con los pueblos latinoamericanos, de acuerdo con sus fundamentos. Los premios son elegidos por el público mediante su voto en el portal de Premios Democracia. Con 14 ternas, estas distinciones abarcaron en esta oportunidad distintas áreas del ámbito social, político, educativo, cultural, científico y deportivo del país. Algunos de los premiados en ediciones anteriores fueron, Lula da Silva, Ricardo Piglia, Rita Segato, Nelly Minyersky, Atilio Borón, Paula Pareto y Raúl Zaffaroni.

También se distinguió a organizaciones e instituciones como Madres contra el paco y Por la vida, al Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, y al Centro educativo Trans de Puertas Abiertas.

El jurado está presidido por Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, e integrado por destacadas figuras del país.

Los ganadores de la edición 2021 son, en Pensamiento argentino, Jorge Alemán; Derechos humanos y sociedad: Centro Cultural Haroldo Conti; Ciencia y tecnología: Juliana Cassarato; Literatura: Colectiva de Escritoras Patagónicas; Música: David Lebón; Teatro: María Onetto; Cine: Verónica Llinás; Comunicación gráfica y digital: Revista Contraeditorial; Deporte: Mundialistas de 1971, primer seleccionado de fútbol femenino argentino; Educación: Universidad Nacional Arturo Jauretche; Personalidad destacada de América Latina: Elisa Loncón (Chile); Personalidad destacada de Argentina: Asociación de Trabajadores de Sanidad Argentina (ATSA); Premio de honor en Cultura: Juan Carlos "Tata" Cedrón; Diplomas de honor en comunicación en tiempos de pandemia: Nora Bär y Walter Goobar; Diplomas de honor en memoria a: Juan Forn, Alcira Argumedo, Horacio González, Tamara Kamenszain, David "Coco" Blaustein y Jorge Coscia.

29/07/2016

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