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Estaría listo el texto final del proyecto de ley de hidrocarburos que se venía tratando con mucha reserva y sigilo (se desconocen las razones), y, a través del cual, se intenta incentivar inversiones durante 20 años. El escrito en esta oportunidad, menciona algunos objetivos ya conocidos de siempre: incrementos de producción; exportar excedentes; generar empleo; impulsar inversiones estratégicas para incrementar la industrialización de gas natural, petróleo y sus derivados entre otros. Este último párrafo, no menciona la palabra“en origen”, algo que Neuquén espera desde hace décadas. El nuevo régimen de incentivo, que se suma a los 18-19 planes (entre incentivos, estímulos y subsidios, etc.) que han venido recibiendo las empresas petroleras en los últimos 14-15 años, tiene una nueva particularidad, como es la de ofrecerle a las empresas, una reducción del 33,33% en las Regalías e Ingresos Brutos sobre la producción nueva durante 20 años, de aquellas provincias que adhieran.
Lo llamativo y preocupante es el silencio del gobierno neuquino, que se suma a la actitud reservada y sigilosa con la que vinieron tratando el tema los diferentes actores (gobiernos, cámaras empresariales, petroleras, sindicato, etc.), ¿hay algo que ocultar? De todas formas, el ejecutivo provincial no ha hecho declaraciones sobre si aceptaría o no perder 33,33 % de recursos en favor de las empresas petroleras. Por otro lado,el establishment petrolero y otras corporaciones, han mostrado cierto grado de satisfacción con la iniciativa, dado que, se estaría allanando el camino a través de una ley, para quedarse con una mayor porción de la renta, principalmente de la nueva joya neuquina Vaca Muerta.
No se justifica transferir renta de las provincias a las empresas petroleras, muy por el contrario, Neuquén debería incrementarla. Aquí, algunas razones:
¿Vaca Muerta para quién? Este proyecto de ley, conjuga intereses y necesidades múltiples. Todos hacen su juego, ya que este Podría transformarse en el negocio del siglodebido a que, Vaca Muerta aparece quizás hoy, como una de las joyas más deseadas y apetecibles por muchos, además de su fácil acceso. Las razones son varias: a)Un gobierno provincial que ha cedido fácilmente en otras oportunidades derechos adquiridos, y ahora, podría no ser distinto; b)Urgencias y necesidades que llevan a cruzar intereses de todo tipo: políticos, económicos, empresariales, sindicales. Todos están viendo la oportunidad, y las justificaciones, no faltan en un país como el nuestro; c)Podría ser la solución del futuro para cubrir la demanda energética de los principales centros urbanos del país. Recordemos que cerca del 80% del consumo de energía del país se concentra en un radio de 800 km con eje en Bs.As. y Capital Federal. Por lo tanto: ¿se justifica quitarles a las provincias, la mayoría fuera de ese radio, el 33,33% de sus magros ingresos por regalías e impuestos para beneficiar a las zonas más opulentas del país?
Algo muy llamativo del texto del proyecto es cuando dice que para acceder al Régimen General de Promoción de Actividades de Exploración y Producción de Petróleo, se pone como requisito,“cementar los pozos inactivos o cerrados por cinco años previos a la sanción de la presente ley, o por tres años a partir de la misma”. Preocupa ver esto escrito en un texto de ley, ya que, cada proyecto de explotación incluye partidas específicas destinadas a la cementación de este tipo de pozos. ¿Están incumpliendo las empresas la normativa vigente?Porque de ser así, se estarían ahorrando cientos de millones de dólares, poniendo en riesgo la seguridad de los pozos y el medio ambiente (superficial y subterráneo). Es decir, que además de los pasivos ambientales de la actividad que se quedan en la provincia, ahora, habría que soportarles el incumplimiento de las normas ambientales.
Por lo expresado precedentemente, no se justifica de ninguna manera que este proyecto le eche mano a una de las pocas fuentes de ingresos con que cuentan las provincias productoras de hidrocarburos. La medida no tiene mucho de federalismo que digamos, o, como se la quiere hacer aparecer. Que les decimos a los vecinos de Añelo (corazón de Vaca Muerta) que no tienen ni siquiera los servicios básicos para vivir. Y a los de Rincón de los Sauces, que después de las lluvias se les inunda la ciudad, con el peligro que significan los innumerables derrames de hidrocarburos en las áreas que están en su ejido municipal, o los que llegan al Río Colorado. ¡Que se les dice! que ahora, además, hay que ceder un porcentaje de regalías de la coparticipación provincial para aportarlo al sostenimiento energético del 80% más concentrado del país (Bs. As., Capital Federal, Córdoba, Santa Fe).
Si bien este es solo un proyecto, y falta para convertirse en ley, es bueno recordar que, en la mayoría de los acuerdos petroleros nacionales, siempre han perdido los mismos. Claro que el país viene con muchos problemas (algunos heredados) y que necesita inversiones y energía. Pero, hay que buscar una distribución más equitativa que permita incrementar la renta de la provincia, en vez de bajarla. Señores, la baraja está marcada.
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