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25/07/2021

Evita y la razón del mito

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Pocas dudas caben que en Eva se concentró tanto el odio como el apego a un gobierno que había instituido la ‘justicia social’ como significante del presente y como atributo del futuro.

María Beatriz Gentile *

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Eva Perón moría el 26 de julio de 1952, con apenas 33 años.Las personas que la lloraron y velaron por más de 15 días y quienes festejaron su muerte, expresaban claramente esas dos Argentinas vigentes, esos dos países posibles

¿Por qué en la plenitud de su poder Eva era ya un mito? ¿Por qué después de muerta eso fue aún más fuerte y en especial en su aspecto negativo? Para la historiadora Marysa Navarro seguramente su baja extracción social, su carrera de actriz y el hecho de que conviviera con Perón antes de su casamiento con él pasaron a ser factores irritativos para la alta burguesía argentina; pero más aún, lo fue la naturaleza del proceso de ampliación de derechos en favor de los sectores populares iniciado en 1946

A través de novelas, cuentos, documentales, películas, musicales la mitología sobre Evita ha sido tan intensa o tal vez más poderosa que su impronta como figura política y como personaje histórico.

En 1952 se publicaron tres libros, base de la mitología antiperonista sobre Evita: El mito de Eva Duarte, del socialista Américo Ghioldi;Bloody Precedent, escrito por la periodista norteamericana Fleur Cowles y The Woman with the Whip: Eva Perón, de la periodista anglo-argentina Mary Main. Estas dos últimas fueron publicadas en Nueva York y en inglés, pero sólo la segunda sería traducida al español y reproducida en Argentina en 1955 con el nombre Eva Perón: La mujer del látigo.

La mujer del látigo nacía ilegitima, pobre, sin educación, ambiciosa, de vida ligera, capaz de abandonar a su madre para irse con un cantor de tango y llegar a seducir a un general en ascenso para quedarse con el poder y doblegarlo por incapaz. Según la escritora, su ambición la conduciría “si la muerte no se le adelantaba, a la insania”.

La novela de Main -años más tarde, en 1978- sería adaptada para la ópera Evita deAndrew Lloyd Webber y Tim Rice. Esta supuesta biografía, escrita sin fuentes, sin testimonios y sin fechas claras funcionó como relato negro justificador de la dictadura de 1955 y articulador de la conciencia antiperonista.

Muchos de los eventos o anécdotas narradas nunca sucedieron; ejemplo de ello, fue la famosa disolución de la Sociedad de Beneficencia de la Capital. Según el relato mítico, Evita habría exigido la desaparición de la Sociedad por un supuesto desplante que le hicieran las damas que dirigían la misma. Sin embargo, las fuentes indican que la desintegración fue parte de la reforma en salud pública y de la asistencia social llevada a cabo por los gobiernos surgidos del golpe del 4 de junio de 1943. El primer decreto fue del 21 de octubre de 1943, cuando Perón y Evita ni siquiera se conocían.

Pero al mito negativo le correspondió la contrapartida de la elaboración popular que recorrió los altarcitos de los hogares más humildes, el de la estampita, el mitode Santa Evita. La madre de los desamparados, la descamisada de los obreros, la cómplice de las mujeres, la revolucionaria de los jóvenes, la compañera insustituible del líder popular.

Pocas dudas caben que en Eva se concentró tanto el odio como el apego a un gobierno que había instituido la ‘justicia social’ como significante del presente y como atributo del futuro.

Casi todas las construcciones narrativas tendieron a despolitizarla, fuera como primera dama, como joven sin recursos, como ambiciosa despiadada o como figura manipulada por su esposo.

Algo de esto afecta también, a las referentes políticas del presente. Aquellas mujeres que desconocen los límites que la sociedad les impone como femeninas primeras damas o diputadas/senadoras ‘por cupo’, se convierten en peligrosas transgresoras y les cabe, por qué no, la terrible amenaza de la insania.

Todo mito político busca intervenir activamente en la sociedad, busca inaugurar prácticas y trazar horizontes posibles, y esa tal vez siga siendo la razón de mito Evita


 



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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