Columnistas
25/10/2020

La generosidad como legado político

La generosidad como legado político | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Después de la dictadura, el menemismo y la frustrada Alianza, quedó la desazón y la angustia de un país en llamas y sin futuro. Hasta que llegó un desconocido Néstor Kirchner que torció de prepo el rumbo y en medio de las ruinas de un nación saqueada, recuperó el orgullo de una Argentina con industrias, tecnología, mercado interno y soberanía.

Carlos A. Lator

 

Néstor Kirchner (2010-27 de octubre-2020)

“¡Gracias Néstor por devolverle la dignidad a los laburantes y a los jubilados!” 

“Me hiciste creer de nuevo en la política” 

“¡Gracias Néstor por devolvernos la esperanza de vivir en el país que soñé!”

“¡Gracias Néstor, ahora mi villa tiene calles! 

“No te voté, pero no me defraudaste”

“Fuiste el único que se acordó de quienes a los 30 años ya no tienen dientes”

“Néstor, fuiste el único que le metió el dedo en el culo al FMI”

“Es la primera vez que me siento representada y con ganas de respaldar un modelo político y social”


Estos fueron algunos de los mensajes que la gente dejó ese 27 de octubre de 2010 en la Plaza de Mayo. Algo así como una huella que queda para siempre en un largo cerco repleto de flores y banderas. 

Como dijo Scalabrini Ortiz, en referencia al 17 de octubre de 1945: “Era el sustrato de nuestras ansias y posibilidades colectivas allí presentes”, estampadas en un cartel, en una carta o en una nota.

Era el dolor y al mismo tiempo el agradecimiento de un pueblo que despedía a un ex presidente que gobernó sólo cuatro años, pero que dejó una impronta  y un legado  que aún sigue vigente.

Después de la dictadura, del menemismo y de la frustrada Alianza,  quedó la desazón y la angustia de un país en llamas y sin futuro.

Hasta que llegó un desconocido Néstor Kirchner que torció de prepo el rumbo y en medio de las ruinas de un nación saqueada, recuperó el orgullo de una Argentina con industrias, tecnología, mercado interno y soberanía.

Como San Martín, Bolívar, Perón, supo leer el momento histórico y no dudó en confiar en los signos de los tiempos. Y lo hizo, sin dejar sus principios en la puerta de la Casa Rosada.

Volvió a recuperar la política como herramienta de transformación y justicia social. Esa palabra que Cristina Fernández definió como “la incómoda política”. La que molesta a los intolerantes y perturba a los poderosos. 

A las viejas banderas del peronismo, le agregó las nuevas demandas de la sociedad, las de la diversidad, la de los nuevos derechos.

A los que no eran peronistas los hizo kirchneristas. A los que no lo votaron les devolvió la esperanza y a miles de chicas y chicos los transformó en militantes.

No avaló ni envió nunca al Congreso Nacional un proyecto de ley que fuera en contra de los trabajadores y de los que menos tienen. 

Marcó a fuego la idea de que por encima de las diferencias partidarias está el Proyecto Nacional y Popular y el destino de Latinoamérica. 

Cuando Néstor ya no estuvo Cristina se puso el país al hombro y siguió su camino. Un  recorrido no exento de obstáculos y que más tarde se convirtió en derrota. Una derrota que pasado el oprobio macrista, volvió a florecer en mil flores.

Fue un militante de las causas justas, un hombre que entendió la política como un acto de entrega, de construcción colectiva. Convicciones políticas que a quienes lo conocimos, nos quedan guardadas para siempre en la memoria.

En junio de 2007, como intendente de Chos Malal, me invitaron a la Casa de Rosada. Se lanzaba un programa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Cuando finalizó el acto se formó una ronda entre algunos funcionarios e intendentes que quedaban. Néstor se acercó y Oscar Parrilli nos presentó. Hacía pocos días habíamos perdido las elecciones para Gobernador en la provincia de Neuquén. Néstor se puso a mi lado y en voz baja me preguntó: ¿por qué perdimos en Neuquén? Antes que yo encontrara una respuesta, me dijo al oído: “Nos faltó generosidad”.

Generosidad. La herencia más preciada que nos dejó. La solidaridad como faro de la política. Su profundo sentido, el que anida en la conciencia y en las mejores gestas de nuestra historia.

Generosidad, esa otra palabra que Cristina supo traducir en una frase memorable:

 “La patria es el otro”.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]