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19/07/2020

Manuel Belgrano, ese desconocido

Manuel Belgrano, ese desconocido | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

A Belgrano se lo homenajea como “general” o como creador de la bandera, pero en las escuelas no se enseñan ni sus ideas ni el proyecto de país por el que luchó. Y su pensamiento sigue desconocido para la mayoría de los argentinos.

Humberto Zambon

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Este año se cumplieron 250 años del nacimiento y 200 años de la muerte de Manuel Belgrano, razón por la cual su figura ha sido muy recordada y homenajeada. Sin embargo, su pensamiento es desconocido por la mayoría de los argentinos.

Belgrano fue uno de los pensadores más claros y progresistas entre los que hicieron la Revolución de Mayo. Estuvo muy adelante respecto al tiempo y a la sociedad que le tocó vivir: por ejemplo, luchó por la igualdad de derechos de la mujer y se preocupó por el medio ambiente (escribió: “por tantas partes que se recorra en sus tres reinos, el animal, mineral y vegetal, sólo se ven las huellas de la desolación, y lo peor es que se continúa con el mismo o tal vez con mayor furor sin pensar y detenerse a reflexionar sobre las execraciones que merecemos de la posteridad, y que esta llorará de la poca atención que nos debe 1”; propuso, por ejemplo, la plantación obligatoria de árboles para luchar contra la desforestación). 

Presentó en 1798, desde el Consulado, el primer proyecto de educación universal, gratuita y obligatoria (para varones y mujeres). Su proyecto no prosperó, pero insistió con la idea, escribiendo en “El Correo de Comercio” del 24 de marzo de 1810: “póngase escuelas de primeras letras costeadas de los propios arbitrios (recursos) de las Ciudades y Villas… Obliguen los jueces a los padres a que manden a sus hijos a la escuela…”. Además, desde el Consulado propuso la creación de escuelas técnicas (de dibujo, de náutica, de agricultura y de comercio) e impulsó la enseñanza de idiomas y de ciencias, aunque con poco éxito.

Entendió que la prensa era una herramienta imprescindible para la difusión de sus ideas, y así se convirtió en el primer periodista nacido en estas tierras. Fue corresponsal desde 1795 del “Correo Mercantil de España y de las Indias” que se publicaba en Madrid y, a partir de 1800, mientras se publicó el primer periódico local, el “Telégrafo Mercantil, Rural, Político-económico del Río de la Plata”, se convirtió en un asiduo y distinguido colaborador del mismo. El siguiente periódico fue “El correo de Comercio”, aparecido el 1 de marzo de 1810, cuya edición los primeros meses estuvo a cargo de Belgrano.  

Fue un luchador por la igualdad de los seres humanos, pero no le bastaba la “igualdad ante la ley” que era el compromiso máximo que aceptaban muchos revolucionarios de su época. Él quería la auténtica igualdad, la social y la económica; así, escribió: “…se ha elevado entre los hombres dos clases muy distintas: la una dispone de los frutos de a tierra; la otra es llamada a ayudar por su trabajo a la reproducción anual de esos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio a lo que les sobra… Los socorros (recursos) que la clase de propietarios saca del trabajo de los hombres sin propiedad, le parecen tan necesarios como el suelo mismo que poseen; pero favorecidos por la competencia y la urgencia de sus necesidades, viene a hacerse el árbitro del precio de sus salarios… El imperio pues de la propiedad es el que reduce la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario” (“La Gaceta” del 1° de setiembre de 1813; se trata de un artículo escrito años antes, durante la colonia, e impedido de publicar por la censura).

En un artículo publicado en el “Correo de Comercio” del 23 de junio de 1810 expone los principios de una reforma agraria, que es una materia todavía pendiente: “Es de necesidad poner los medios para que puedan entrar al orden de sociedad a los que ahora casi se avergüenzan de presentarse a sus conciudadanos por su desnudez y miseria, y esto lo hemos de conseguir si se le dan propiedades… se podría obligar a la venta de terrenos que no se cultivan… y mucho más se debería obligar a los que tienen sus tierras totalmente desocupadas y están colinderas con nuestras poblaciones de campaña, cuyos habitantes están rodeados de grandes propietarios y no tienen en común ni en particular ninguna de las gracias que les concede la ley:  motivo porque no adelantan”. En el mismo artículo agrega que “…vemos a nuestros labradores en la mayor parte llenos de miseria e infelicidad… Si, la falta de propiedad trae consigo el abandono, la aversión a todo trabajo, porque no puede llamar suyo lo que posee y que en consecuencia no puede disponer…” e insiste en que “… que las propiedades no recaigan en pocas manos…”.

Fue un convencido de la necesidad de industrializar al país: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus Estados a manufacturarse y todo su empeño es conseguir no solo darle nueva forma, sino aun extraer del extranjero productos para ejecutar los mismos y después venderlos. Nadie ignora que la transformación que se le da a la materia prima, le da un valor excedente al que tiene aquella en bruto, el cual puede quedar en poder de la Nación que la manufactura… lo que no se conseguirá si nos contentamos con vender, cambiar o permutar las materias primas por las manufacturadas” (artículo publicado en el “Correo de Comercio” del 17 de marzo de 1810. 

Cuando la Revolución lo necesitó, y a pesar de que las artes militares no eran lo suyo, no tuvo inconvenientes para ponerse al frente del Ejército del Norte y allí cumplió una destacada actuación que lo hizo pasar a la historia con el título de general.

Manuel Belgrano era hijo de un comerciante pudiente y pudo tener una vida holgada y tranquila. Pero dejó todo para defender sus ideas y murió pobre y olvidado. Sus ideas eran muy peligrosas para el siglo XVIII y principios del XIX y algunas lo siguen siendo en pleno siglo XXI. Posiblemente por eso se lo homenajea como “general” (como figura en las calles) o como creador de la bandera, pero en las escuelas no se enseñan ni sus ideas ni el proyecto de país por el que luchó. Y su pensamiento sigue desconocido para la mayoría de los argentinos.

 


1. Las citas de los escritos de Belgrano fueron tomadas de libro “Manuel Belgrano. Vida y pensamiento de un revolucionario” de Felipe Pigna, Ed. Planeta, 2020, cuya lectura recomendamos.

29/07/2016

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