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Columnistas
09/07/2020

Acechanzas para el pluralismo en las redes sociales

Acechanzas para el pluralismo en las redes sociales | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

En los vericuetos de internet muchos de los viejos conceptos del conservadurismo encuentran un canal de masificación y penetración social sin precedentes. La idea es reducir al oponente y clausurar cualquier reflexión o debate.

Sergio Fernández Novoa *

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El debate público, en los últimos años, se convirtió en un absoluto descontrol. La humanidad contempla con mayor o menor grado de conciencia, el crecimiento de una ofensiva reaccionaria que tiene por escenario a las redes sociales. Son el campo ideal para ejercer su confrontación. Infinidad de voces demonizan, insultan, mienten y confunden desde la potencia de las plataformas digitales. No es una práctica espontánea, siempre detrás hay planificación y diseño. De esta manera, un sector político extremista emergió de cierto ostracismo y dio impulso a una nueva disputa cultural.

Vocabularios que remiten a otras épocas, permiten a esos espacios visibilidad y posiciones de referencia. El territorio virtual entró así en un ciclo distinto al que expuso en el comienzo de su etapa de masificación. Pasó de ser un espacio en el que muchos colectivos y movimientos sociales progresistas expresaban sus ideas, a convertirse en un campo de batalla sin concesiones. En él, la ultraderecha marca agenda y despliega un sinfín de acontecimientos intolerantes que le otorgan preeminencia en la pugna por el sentido.

El punto de inflexión, se dio con el uso de la propaganda digital y la desinformación táctica como estrategia de campaña. Se observó de forma clara en la consulta del Brexit en el Reino Unido, en el plebiscito por la paz en Colombia, o en las victorias electorales de Donald Trump en  Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil.

Los partidos de extrema derecha replican su estrategia en casi todos los países. El manual de operaciones propone generar ruido en las redes sociales gracias a metáforas bélicas, exabruptos, discusiones binarias, conceptos reaccionarios y antipolíticos, amenazas a los sistemas de intermediación. Por lo general, propuestas delirantes que se anuncian más para llamar la atención que para ofrecer soluciones a problemas de la ciudadanía. La idea es reducir al oponente y clausurar cualquier reflexión o debate. Hacer creer lo que no es.

Hoy por hoy, en plena pandemia -con cuarentena-, se combinan los elementos necesarios para que se amplifiquen los discursos fascistas. Avanzan, sobre todo, en los sectores de la población más indefensos a través de copiosa habilidad en el orbe cibernético. Utilizan la crisis a discreción. Su principal objetivo se basa en adquirir potencia en la conversación en línea. En Argentina, también sobran los ejemplos. Mensajes autoritarios, de fuerza, agresivos, se compran mejor que los dichos de prudencia, unidad, razonamiento y comprensión.  

En las autopistas de la información y el conocimiento, el mensaje lo es todo. Trump y Bolsonaro han normalizado una prédica del resentimiento. Enaltecen el odio. Despliegan un discurso con veneno que deforma la realidad y erige monstruos por doquier. Anulan el debate, el intercambio de ideas. El propósito es invalidar y rechazar todo lo que no expresa su pensamiento o creencia. Es la exaltación al desprecio por todo lo que es distinto. Y cuanto más se reacciona en el planeta virtual contra el mensaje racista y ultraconservador más prospera la supremacía de su prédica.

Esta reseña del tiempo que transitamos conlleva un hecho desconcertante: la violación masiva de nuestra intimidad. Es a partir de allí que las prácticas sin escrúpulos sacan provecho. Un ejemplo de ello fue la labor de Cambridge Analytica, Facebook mediante, con la manipulación que efectuó con los datos privados de millones de estadounidenses en el proceso electoral de 2016.

El asesor predilecto de Donald Trump y regente saliente de la etapa que describimos en estas líneas, Steve Bannon, se guía por esta premisa:

“Si quieres cambiar la política, primero tienes que cambiar la cultura, porque la política fluye de la cultura... si quieres cambiar la cultura, primero tienes que entender cuáles son las unidades de esa cultura, y son las personas. Así que si quieres cambiar la política, primero tienes que cambiar a las personas para que cambie la cultura”.  

Los traficantes de nuestros datos, generan perfiles y enhebran pensamientos en clave de colonización de millones y millones de personas. Desde ya que explotar la vulnerabilidad de las personas no resulta ético, aunque sucede cada día más. Da la impresión que para los poderes ocultos la construcción de una nueva sociedad pasa por lograr que se odien todas las ideologías. De esa manera los partidos políticos preexistentes tendrán cada vez menos peso y los votantes en los países irán de un lado a otro sin el mínimo remordimiento.

En las primeras décadas del siglo XX, la ultraderecha decía "barbaridades" por las calles de diferentes ciudades del globo o en columnas de algún periódico que daba lugar a ese tipo de manifiestos. Recibían la calificación de mensajes políticamente incorrectos, en muchos casos, hasta bizarros al decir de la política más apropiada. Pocos años después, algunos de esos emisores llegaron al poder y gobernaron. Fueron autores de conflictos bélicos, genocidios y una destrucción considerable del bienestar planetario de entonces.

En los vericuetos de internet muchos de los viejos conceptos del conservadurismo encuentran un canal de masificación y penetración social sin precedentes. La vigilancia masiva y la construcción de miles de millones de perfiles a partir de la información que los algoritmos construyen no son inocuas para la humanidad. El modelo de negocio que desarrollan las plataformas digitales concede ventajas a los grupos más reaccionarios.

Acumular inteligencia y voluntad para modificar este presente de la comunicación social es un imperativo para la política que anhela un mundo con democracia real, libertad, igualdad y bienestar para todxs.



(*) Periodista. Ex Vicepresidente de Télam y ex presidente del Consejo Mundial de Agencias de Noticias y de la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias.
29/07/2016

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