Exterior
11/01/2019

Reasumió Maduro

Venezuela, bajo presión de EEUU y los gobiernos de derecha aliados

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El presidente venezolano juró para su segundo mandato de cinco años. Pidió una “cumbre” internacional para debatir “a agenda abierta”. Como parte de la hostilidad diplomáticacontra el país caribeño, la OEA resolvió por mayoría -a propuesta de Argentina y EEUU-desconocer la legitimidad del nuevo gobierno.

El gobierno chavista de Venezuela inició ayer una nueva etapa con la asunción del presidente Nicolás Maduro Moros para su segundo periodo de cinco años. El país sufre gravísimos problemas económicos, en parte causados por un bloqueo comercial norteamericano, y además vive bajo presión política, diplomática, e incluso amenazas militares, lanzadas por Estados Unidos y los gobiernos latinoamericanos de derecha aliados, entre ellos el argentino de Mauricio Macri.

A tal punto se lleva a cabo esa estrategia de hostilidad internacional, que la Organización de Estados Americanos (OEA), a instancias de Argentina y EEUU, aprobó por una mayoría de 34 votos a 9 “desconocer la legitimidad” del nuevo gobierno.

Dentro de ese contexto, el mandatario caribeño intercambió en estos días acusaciones con su par de nuestro país, al que calificó como “el señor destructor de la Argentina”. También dijo que el titular del gobierno chileno, Sebastián Piñera, es “un pichón de Pinochet”.

Ayer Macri le contestó por Twitter, donde escribió que “el victimario se victimiza. Nicolás Maduro intenta burlarse de la democracia. Los venezolanos lo saben, el mundo lo sabe. Venezuela vive bajo una dictadura”, afirmó el jefe de Estado argentino.

El mandato del presidente de la República Bolivariana de Venezuela comenzado ayer, abarca el periodo 2019-2025. La ceremonia de investidura se llevó a cabo en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) debido a la situación de “desacato” en la que se encuentra la Asamblea Nacional, manejada por la oposición.

Ante una amplia representación internacional, con delegaciones de más de 90 naciones, así como miembros de todos los poderes públicos, el jefe del Estado juró continuar defendiendo la “soberanía e independencia” de su país y “trabajar por la construcción del socialismo” venezolano.

“No daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, lucharé en defensa de la Constitución, la soberanía y la felicidad. Lo juro por el pueblo, por nuestros antepasados, por el legado de Bolívar, del Ejército Libertador, por Chávez, por Dios y por mi vida. ¡Cumpliré!”, exclamó Maduro.

En su discurso, que se extendió por 1 hora y 23 minutos, señaló que la toma de posesión representó “un paso de paz” para la nación, y argumentó que “todo acto que haga cumplir la palabra dentro de la Constitución, son eventos que suman un conjunto de fuerzas políticas e institucionales de paz para nuestro pueblo”.

Reiteró que su línea de acción gubernamental se enfocará en alcanzar la prosperidad social y económica, así como en la construcción del “socialismo del siglo XXI” en búsqueda de un mejor futuro. Por otro lado, resaltó que en Venezuela existe una democracia sólida y “no de élite, ni de magnates”, como la que mantienen gobiernos que actualmente se presentan como enemigos del país, según dijo.

Llamado a una “cumbre” internacional

El presidente venezolano también planteó la necesidad de celebrar una reunión “cumbre” especial, con la participación de gobiernos de América Latina y el Caribe, para abordar temas comunes y, al mismo tiempo, contrarrestar la ofensiva de la derecha extremista.

Aseguró que “debemos debatir y concretar acuerdos que permitan superar la intolerancia y la agresión ideológica”, que “daña nuestro continente, daña el sueño de los libertadores y traiciona el sueño de la unión americana”.

Precisó además que su convocatoria promueve la discusión bajo una “agenda abierta”, que incorpore temas comunes para discutirse “cara a cara”. En este sentido, indicó que si sus homólogos solicitan conversar sobre Venezuela, se discutirá “de cara al pueblo”.

El jefe del Estado aprovechó la ocasión para ratificar su disposición de avanzar en relaciones de cooperación y respeto con países de la Unión Europea (UE), así como abogar por el fortalecimiento de la integración latinoamericana, bajo el principio de “respeto mutuo”.

Por otro lado, informó que un conjunto de nuevas medidas económicas serán anunciadas el lunes, durante su presencia ante la Asamblea Nacional Constituyente.

El mandatario, quien fue elegido por primera vez en el cargo luego de la muerte de Hugo Chávez, dijo que se propone enfrentar la “guerra económica que, desde 2013, se ciñe contra Venezuela a causa de las medidas aplicadas por el gobierno de Estados Unidos (EEUU) y sus aliados de la región”.

En esta línea, adelantó que un grupo de empresarios extranjeros, procedentes de Europa, EEUU y Latinoamérica, se encontraban en territorio nacional con la intención de invertir en la economía venezolana.

Finalmente, exhortó a profundizar la lucha contra la corrupción en función de generar los cambios pertinentes e iniciar la “corrección profunda” de los errores de la Revolución Bolivariana. “El enemigo más grande es el imperialismo estadounidense, pero el peor de todos, es el corrupto y la corrupta. Estoy obstinado contra la indolencia y el burocratismo que daña la vida del pueblo”, sentenció el presidente.

La OEA desconoce la legitimidad del presidente

En una resolución auspiciada por Argentina y los demás países de la región cuyos gobiernos están alineados con Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) decidió “no reconocer la legitimidad de Nicolás Maduro” en el inicio de su segundo mandato al frente del gobierno venezolano.

La entidad, reunida en Washington poco después del acto de asunción en Caracas, urgió a la realización de nuevas elecciones presidenciales “en un futuro cercano”.

La resolución que aprobó el Consejo Permanente de la OEA fue presentada por la Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Perú y Paraguay.

Si bien los países patrocinantes buscaban la aprobación de la resolución por consenso, inmediatamente en el recinto surgió la oposición de la propia Venezuela, más Nicaragua y Bolivia, cuyos representantes denunciaron que la medida era “injerencista” y no contaba con el aval venezolano.

La OEA está dirigida por el uruguayo Luis Almagro, quien fuera ministro de Relaciones Exteriores de su país durante la presidencia de José “Pepe” Mujica. Este último ha criticado públicamente a quien fuera su canciller por la actitud hostil hacia Venezuela, mientras que la fuerza política que ambos integraban, el Frente Amplio de Uruguay, expulsó a Almagro de sus filas.

29/07/2016

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