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Exterior
15/04/2018

Bombardeo a Siria

Tensión global por el ataque de EEUU y sus aliados

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Estados Unidos en alianza con Francia y el Reino Unido realizaron un “ataque quirúrgico” sobre tres objetivos en territorio Sirio. Todo podría desencadenar en un enfrentamiento bélico incontrolable entre las dos potencias más armadas del mundo. ¿Qué ocurrió y qué pasará? Actualidad y repaso del conflicto.

Agustín Mozzoni *

En un ataque milimétrico que no superó los 60 minutos, las fuerzas militares lideradas por el gobierno de Donald Trump bombardearon tres objetivos claves, en los que el Estado Mayor Conjunto de USA aseguró tener la certeza del funcionamiento de instalaciones de armas químicas. Dos de ellos en las afueras de la ciudad de Damasco y uno en la localidad de Homs, a pocos kilómetros de la frontera con el Líbano.

La justificación del ataque proviene de un supuesto uso de armas químicas por parte del gobierno del líder sirio, Bashar Al Asad, contra población civil dentro de su territorio.

A partir de esa suposición, “perfectamente probada” según los norteamericanos y “no probada” según los rusos surgen todas las tensiones desde 2013 a la fecha. Durante muchos meses el gobierno de Putin logró evitar una respuesta occidental ante el “inaceptable” ataque, pero finalmente ese día llegó.

El pasado miércoles el presidente Trump anticipó que cancelaba su viaje a la cumbre de las Américas en Perú con motivo de analizar en profundidad el “tema Sirio”.

A partir de ese mensaje, se hacía evidente que la decisión de ataque por parte de Estados Unidos ya estaba tomada. Ante las crecientes tensiones por esa posibilidad, el gobierno ruso agotó todas las instancias para evitar que Estado Unidos proceda con el ataque, ya que de suceder pondría a Putin en una difícil encrucijada. Responder y entrar en una guerra incontrolable, o apaciguar su respuesta y perder credibilidad y fortaleza internacional.

Nadie sensato quiere la guerra, sobre todo para un país asediado por más de seis años de fuego, con un saldo superior al medio millón de víctimas y de 4,5 millones de refugiados girando por el mundo. Sin embargo existe un sinfín de complejidades para comprender la actualidad del conflicto.

¿Quién es quién en la guerra de Siria?

En un rápido y esquemático repaso, el conflicto comenzó cuando en el marco de la “primavera árabe” un grupo de adolescentes salió a protestar a las calles de Damasco por el alto nivel de desempleo y por la ausencia de libertades políticas, al igual que en el resto de los países del Medio Oriente. La poco concurrida manifestación fue reprimida por fuerzas de seguridad lo que provocó nuevas manifestaciones que fueron en aumento.

Salteando algunos capítulos, las movilizaciones se convirtieron en masivas y el reclamo principal era la salida del gobierno del presidente Bashar Al Asad. Los reclamos, ya con la cola internacional metida en el proceso, provocaron enfrentamientos armados entre milicias rebeldes organizadas y fuerzas nacionales, que derivaron en el surgimiento de la “guerra civil Siria”.

El conflicto adquirió rápidamente características sectarias dentro de la religión musulmana, que se encontraban latentes desde la asunción del gobierno sirio, en la que las mayorías sunitas del país comenzaron a asediar a las minorías chiítas alauitas de la que forma parte el propio Al Asad. Este condimento promovió el ingreso de las potencias regionales en el conflicto o en rechazo o en apoyo al gobierno local.

Putin aliado de Al Asad salió en su socorro luego de que el régimen estuviera a punto de caer como consecuencia de una intensificación de los ataques y del avance significativo del Estado Islámico como grupo radical enemigo del presidente dentro del territorio.

El uso de supuestas armas químicas por parte del gobierno sirio, fue el argumento utilizado como puerta de entrada de los Estados Unidos al conflicto que hoy ya alcanza una mezcla de intereses muy difíciles de resolver y que esconde un directo enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos por controlar la región.

Suponer que Estados Unidos entró en Siria para defender a civiles indefensos afectados por el uso de armas ilegales y de destrucción masiva, es una idea que nadie en el mundo puede sostener. Los intereses norteamericanos siempre se anteponen y nunca se condicen con los argumentos que esgrimen para justificar sus intervenciones. Sea donde sea. Siria poco a poco se convirtió en el tablero de ajedrez de la política internacional, y hoy es la zona más militarizada del planeta. La falta de acuerdo en Medio Oriente puede desatar una tercera guerra mundial.

El verdadero punto de tensión relativo a Siria al día de hoy, pasa por las relaciones entre Rusia y los Estados Unidos y las estrategias geopolíticas de cada nación.

¿Qué pasa ahora?

El ataque del viernes fue clave. Si todas las partes hubieran reaccionado como anticiparon que iban a reaccionar, la guerra “EEUU-Rusia” ya habría comenzado de forma directa. A favor de Trump, hubo cierta sensatez en el ataque y una excelente precisión en el despliegue misilístico. A favor de Putin, hubo una gran serenidad para evitar la guerra. Aunque el lema, “Rusia acaba de ser humillada”, es un trago amargo de digerir para el Kremlin.

La respuesta a la pregunta de por qué Rusia puede estar sintiendo cierta humillación, deviene de las amenazas previas por parte de los rusos de intentar por todos los canales de evitar el ataque norteamericano a Bashar Al Asad.

Entre esos intentos llegó a advertir mediante amenaza al gobierno de Trump de que si “un misil ingresaba en territorio Sirio sería derribado”, y aún más, también lo serían “las formaciones” desde donde se los lancen.

Al no haber ocurrido (al menos hasta ahora) una respuesta por parte de los principales socios y aliados de Al Asad, Putin retrocede unos cuantos casilleros en su fenomenal aumento de liderazgo internacional. Consciente de ello, Donald Trump en su discurso sostuvo que “Vladimir Putin y su gobierno prometieron en 2013 al mundo ser garantes de la destrucción de armas químicas de Siria”. Y finalizó diciendo que “el reciente ataque químico de Asad y nuestra respuesta es el resultado directo de la incapacidad de Rusia de cumplir sus promesas”

Directo y claro el discurso de Trump da cuenta de un éxito momentáneo que lo pone entre laureles por su última acción. Para justificar su inacción, el gobierno ruso aseguró algo que a todas luces es cierto y que Norteamérica sabía, y es que “ninguno de los misiles crucero lanzados por EEUU y sus socios ha entrado en la zona de responsabilidad de las divisiones de defensa aérea de Rusia”. Las potencias regionales se han manifestado también a raíz de los ataques.

El régimen chiíta de Irán, y principal aliado de Rusia en la defensa de Siria salió con duras acusaciones contra el gobierno norteamericano y aventurándose de una futura letal respuesta. Desde la vereda contraria, el régimen sionista de Israel, hoy ocupado en asediar las protestas palestinas, salió a respaldar los ataques.

Arabia Saudita, otro de los responsables de los modernos armamentos rebeldes en la región, también respaldó el ataque. Los Sauditas en su juego, intentan por todos los medios de contrarrestar la influencia iraní en toda la región.

Turquía realizó una tibia declaración, al no poder analizar de qué forma el éxito norteamericano puede perjudicarlos en su conflicto con los kurdos en el norte del país. Por último, mirando cautelosos desde su palier, China, la última pieza del rompecabezas sirio, sostuvo que “cualquier ataque unilateral que eluda al Consejo de Seguridad es contraria a los propósitos y principios de la Carta de la ONU y viola los principios y normas básicas del derecho internacional”.

Aunque parezca correcto y diplomático, el comunicado chino es muy contundente en fijar su posición frente al conflicto. Convocó a “disipar tensiones” al tiempo que repudió el ataque.

Bolivia alzó su voz contra la barbarie



(*) Lic. Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
29/07/2016

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