Exterior
25/06/2017

México, el calvario oculto a la prensa

México, el calvario oculto a la prensa | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Desde que comenzó este milenio, 104 periodistas han sido asesinados y otros 24 se encuentran desaparecidos. Carmen Aristegui, la cara más conocida de los periodistas mexicanos, denunció reiteradas amenazas y espionajes ilegales que el gobierno del país ejerce sobre ella y miles de periodistas.

Agustín Mozzoni *

La prensa internacional ocupa sus portales de cobertura de temas de agenda internacional enfocada en el continente americano, fundamentalmente en los graves incidentes en Venezuela, algo sobre los asesinatos a niñas en Guatemala, poco sobre la crisis e inestabilidad política en Brasil, y absolutamente nada sobre la ausencia de libertad de expresión y la creciente ola de asesinatos a periodistas en México.

Según la periodista Carmen Aristegui, el gobierno mexicano podría estar usando el software Pegasus, una tecnología especial destinada al combate de grupos criminales, para espiar e intimidar a defensores de derechos humanos, líderes anticorrupción y periodistas.

Sin embargo, los atentados y las amenazas a los periodistas no provienen exclusivamente desde el gobierno. Los carteles de droga instalados en el país, hacen que México sea uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el oficio periodístico.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto,  sostuvo que “a los amigos del periodismo les reitero el compromiso que tiene este gobierno para generar las mejores condiciones para el ejercicio libre de su profesión”.

La lista de asesinatos comenzó con Luis Roberto Cruz Martínez, reportero de Multicosas, asesinado en Tamaulipas el 1 de febrero de 2000, y culminó con la desaparición de Salvador Adame Pardo, director de Canal 6TV, el 17 de mayo pasado en la ciudad de Michoacán.

Uno de los casos que más conmovió al pueblo mexicano en el último tiempo fue el asesinato de  Javier Valdez, un periodista especializado en asuntos de narcotráfico reconocido internacionalmente y que fue acribillado a balazos hace un mes en su natal Culiacán, en el estado de Sinaloa.

Según el diario The New York Times, “las revelaciones de espionaje a periodistas por parte del gobierno mexicano, solo abonan a la idea de que, más que proteger a la prensa, el gobierno la mira como un grupo disidente o, de plano, como un enemigo”.

De acuerdo con una investigación de ese diario norteamericano,  al menos dos periodistas de alto perfil han sido víctimas de ataques cibernéticos; uno de ellos es “Carlos Loret de Mola, que tiene un noticiero televisivo en las mañanas y una influyente columna en el periódico El Universal; la otra es la popular conductora televisiva Carmen Aristegui”.

Distintos periodistas del país, defensores de derechos humanos, y referentes nacionales, se reunieron la última semana para evaluar planes de acción para enfrentar la difícil situación convocando a foros y organismos internacionales a intervenir en México debido a la inacción del gobierno nacional.

Hasta el momento, las flojas investigaciones sobre los 104 asesinatos y la veintena de desapariciones no cuentan con ningún detenido. La OEA, tan presente en la crisis de Venezuela, no ha encontrado el tiempo todavía para expresarse sobre esta situación, aunque sí, su presidente Luis Almagro pidió en los últimos días “mejores condiciones de seguridad para periodistas”.



(*) Lic. Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
29/07/2016

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