La difusión reciente de los llamados “Pandora Papers” (“Papeles de Pandora”), que otra vez revelaron documentación secreta sobre dinero escondido por grandes capitalistas y multimillonarios de todo el mundo en guaridas fiscales, coincide con un nuevo avance de lapropuestapara cobrar un impuesto global a las empresas multinacionales.

La poderosa OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que está integrada por 36 economías capitalistas -desde la más importante, Estados Unidos, pasando por las todas lade Europa occidental hasta algunas de menor escala comoChile-, anunció ayerque un total de 136 países aprobaron la creación de un tributo global por el cual las grandes corporaciones trasnacionales pagarían el 15% sobre sus beneficios a partir de 2023.

El tema venía siendo impulsado desde hace años pororganizaciones y personalidades dedicadas a la búsqueda de equidad tributaria internacional. Un caso es ladenominada Comisión Independiente para la Reforma del Sistema Corporativo (“Icrict”, por sus siglas en inglés), conformadapor expertos como Joseph Stiglitz y Thomas Piketty, que lanzó la iniciativa en 2015 pero en su opiniónel impuestodebe serdel 25%. Esta posición había sido apoyada por el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán.

Otro ejemplo de sectores no gubernamentales que llevan años reclamando un tributo global a las grandes multinacionales es la reconocida Tax Justice Network. Ayer esa organización manifestó por Twitter que “esta fue una oportunidad histórica” para avanzar hacia el objetivo de una mayor equidad tributaria mundial, “pero la OCDE no ha logrado acercarse a la ambición original”.

Los 136 países que avalanla creación de un gravamen del 15%, abarca a todas las naciones que componen el Grupo de los 20 (G-20), entre los cuales está nuestro país, así como la gran mayoría delos integrantes de la Unión Europea, y la totalidad de quienes forman parte de la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Ayer la OCDE aseguró en un comunicado que “el histórico acuerdo (…) redistribuirá a países de todo el mundo más de 125.000 millones de dólares”, provenientes de los “beneficios de unas 100 de las empresas multinacionales más grandes y rentables del mundo, que pagarán su justa parte de impuestos”.

De todos modos, a pesar del buen número de adhesiones conseguido y del avance que ello implica, todavía faltan instancias de negociación al más alto nivel del poder político y económico mundial. Las próximas etapas serán una reuniónde ministros de Finanzas de la OCDEel próximo miércoles (13/10), y luego una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de esa misma organización a finales de mes.

Guzmán, en sintonía con Stiglitz y Pichetty

El jueves, el ministro de Economía argentino se refirió al tema duranteuna conferencia de la Comisión Independiente para la Reforma del Sistema Corporativo (o “Icrict”, sigla de Independent Commission for the Reform of International Corporate Taxation). En esta organización, como antes se mencionó, participan entre otros el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, y el renombrado economista francés Thomas Piketty.

Martín Guzmán, quien ya en ocasiones previas había respaldado la idea de un tributo global a las grandes compañías trasnacionales, reafirmó que “la Argentina se ha comprometido a acompañar la propuesta” de la “Icrict” en ese sentido. Enfatizó que “la elusión impositiva de las corporaciones multinacionales es uno de los aspectos más tóxicos de la globalización y digitalización de la economía”.

Otro funcionario del ministerio de Economía, el secretario de Haciendo Raúl Rigo, dijo también el jueves y en la misma conferencia que nuestro país “ha solicitado una tasa impositiva mínima de al menos el 21%, pero preferentemente del 25%”. De todos modos, agregó que “la mayoría (de quienes impulsan un gravamen de ese tipo) apoyan un impuesto no superior al 15%”.

Por su parte, la “Icrict” afirmó en una declaración la semana pasada que “los Papeles de Pandora exponen cómo los individuos ricos utilizan los paraísos fiscales para evitar pagar su parte justa de impuestos y engañar al sistema”, y “revelan un mundo financiero en las sombras (…) que permite a algunas de las personas y multinacionales más ricas del planeta ocultar su riqueza”.

“Es hora de que los gobiernos cumplan realmente sus promesas de acabar con los abusos de los paraísos fiscales, prohibir el secretismo de estas jurisdicciones, terminar con la impunidad y reformar la arquitectura fiscal mundial”, sostuvieron desde Icrict.

Explicaron que “una reforma integran consistiría en gravar TODOS (en mayúscula en el original) los beneficios mundiales de las multinacionales en función de sus actividades reales en cada país, es decir, asignando los beneficios empresariales globales de las empresas a los distintos países según una fórmula, en función de los factores clave que generan beneficios: empleo, ventas y activos”.

“También necesitamos un ambicioso impuestos mínimo efectivo global sobre las multinacionales, mucho más alto que el 15% que está ahora sobre la mesa, y lo más cercano posible al 25% que defiende el Icrict, para acabar con la dañina competencia fiscal entre países pobres y reducir el incentivo para las multinacionales de trasladar sus beneficios a los paraísos fiscales”, dijo la Comisión Independiente para la Reforma del Sistema Corporativo.