La reciente cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) tuvo el mérito de darle un nuevo impulso a la integración regional, pero la ausencia de Alberto Fernández debilitó al bloque de países liderado por México que aspiran a darle al organismo un rol más protagónico frente a la desprestigiada OEA (Organización de Estados Americanos), y además impidió que Argentina quedara confirmado como el país designado para presidir el año próximo el espacio representativo de Latinoamérica y el Caribe.

La reunión de mandatarios, celebrada el fin de semana en ciudad de México, coincidió con la crisis interna del gobierno argentino generada por el resultado en las elecciones primarias. Por esa razón Fernández resolvió no concurrir pero sí enviar como representante el entonces canciller Felipe Solá. Pero cuando este hizo una escala en El Salvador antes de llegar a la capital azteca, recibió la comunicación oficial de que ya no seguiría ocupando el cargo y también desistió de participar en la cumbre. Finalmente, estuvo presente un subsecretario de la Cancillería de nuestro país.

El propósito de consolidar a la Celac con respeto a la diversidad ideológica de los distintos gobiernos y sin exclusiones por las diferencias políticas, fue el eje de las propuestas de México, Bolivia, Perú, Venezuela y Cuba. Pero los presidentes de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, obstaculizaron ese objetivo al remarcar sus posiciones contrarias a las autoridades venezolanas, cubanas y nicaragüenses.

De todos modos, la realización del encuentro fue un logro en sí mismo después de dos intentos fallidos en 2018 y 2019, y además con un nivel importante de presencia institucional de los Estados miembro: de las 33 naciones que integran la Comunidad, 16 estuvieron representadas por presidentes y primeros ministros. La mayor parte hizo votos por la consolidación del organismo, en particular los caribeños, que ven en la opción de la Celac una oportunidad única para acceder a la provisión de vacunas contra el Covid.

El debate sobre la OEA

En la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños participan todos los países del continente, excepto Estados Unidos y Canadá. La discusión sobre el futuro de la OEA, muy cuestionada por su alineamiento con los intereses estadounidenses, apenas se esbozó en la cumbre, pero el canciller mexicano Marcelo Ebrard dijo que en su momento se presentará un documento sobre el tema.

El presidente anfitrión, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tuvo un peso determinante para que pudiera realizarse la cumbre, donde la cooperación en la lucha contra el Covid y las críticas a la OEA fueron asuntos predominantes.

Asimismo, el bloqueo económico que mantiene Estados Unidos contra Cuba también fue blanco de rechazos. “Me parece que es tiempo de sustituir la política de bloqueos y malos tratos por la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar las soberanías”, expresó AMLO.

El mandatario mexicano abogó por una transformación de la tradicional organización interamericana, pero su ministro Ebrard fue más allá al afirmar que “hay que decir adiós a la OEA en su sentido intervencionista, injerencista y hegemonista, y que venga otra organización que construyamos políticamente en acuerdo con Estados Unidos”.

Para el presidente de Bolivia, Luis Arce, “(la OEA) en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática” que forma parte de su normativa, “actúa en contra de los principios de la democracia (…) Su creciente injerencia en los asuntos internos de los Estados no contribuye a la solución pacífica de las controversias”.

En ese punto faltó la palabra de Alberto Fernández, quien reiteradamente ha criticado el desempeño de la Organización de Estados Americanos y en particular de su secretario general, Luis Almagro. En una de las ocasiones, hace menos de dos meses, al presidente argentino dijo en una reunión virtual del Grupo de Puebla que “la OEA fue una suerte de escuadrón de gendarmería para avanzar sobre los gobiernos populares” del continente.

Contra Venezuela y Cuba

Dos jefes de Estado identificados con las posiciones norteamericanas, el uruguayo Lacalle Pou y el paraguayo Abdo Benítez, utilizaron la cumbre realizada en México para cuestionar la legitimidad de sus pares de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

Abdo Benítez reafirmó que su gobierno no ha cambiado la postura respecto de las autoridades de Venezuela, país con el que rompió relaciones tras reconocer al ex diputado Juan Guaidó cuando este se autoproclamó “presidente encargado” a comienzos de 2019.

La réplica de Maduro fue una exhortación a discutir públicamente las discrepancias. “Le dijo al presidente de Paraguay ¡Ponga usted la fecha, el lugar y la hora para un debate sobre la democracia en Paraguay, en Venezuela y América Latina!”, reclamó el venezolano en tono enérgico.

Para Lacalle Pou, su participación en la cumbre no significaba ser “complaciente” con países “donde no hay una democracia plena”, como “cuando utiliza el aparato represor para acallar las protestas o cuando se encarcelan opositores”. Agregó que “con voz tranquila pero firme debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela”, señaló el presidente de Uruguay.

También el mandatario colombiano Iván Duque se sumó a la ofensiva contra Venezuela y Cuba, pero en este caso directamente se negó a concurrir a la reunión, y en cambio emitió una declaración del ministerio de Relaciones Exteriores para cuestionar a las autoridades venezolanas.

“El gobierno de Colombia, al igual que otros países que han desconocido el poder de facto que ejerce Nicolás Maduro en Venezuela (…) expresa su rechazo a la participación del mismo en la VI cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Celac”, expresó la declaración de la Cancillería colombiana luego de que se informara que Duque no participaría en la cumbre de la Celac. 

Cabe destacar que otro de los presidentes que no participó del reciente encuentro realizado en México fue el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ya en enero de 2020 resolvió que Brasil dejaba de ser parte de la Celac.

Ni el presidente argentino ni el canciller

La ausencia circunstancial de Alberto Fernández se vio agravada porque tampoco asistió quien hasta el pasado sábado era canciller de Argentina. Como se informó en su momento, Felipe Solá renunció desde México, tras recibir una comunicación oficial de que no seguiría ocupando la función ministerial.

La incómoda situación tuvo su momento cúlmine cuando el avión en el que viajaba Solá hizo una escala técnica en el aeropuerto de El Salvador, y allí el entonces ministro de Relaciones Exteriores recibió un llamado de quien era jefe de gabinete, Santiago Cafiero. Este último le hizo saber que sería relevado del cargo, y que el propio Cafiero pasaría a desempeñarse como canciller (cargo que asumió formalmente este lunes).

Finalmente y de improviso, quien representó a Argentina en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños fue el saliente subsecretario de Asuntos de América Latina, Juan Carlos Valle Raleigh, quien debió tomar la palabra y brindar el discurso originalmente preparado para que fuera ofrecido por Solá.

La crisis interna del gobierno de nuestro país tuvo así un traspié internacional, ya que no pudo formalizarse la designación de Argentina como país presidente pro-témpore de la Celac durante 2022, para lo cual había amplio acuerdo. El tema quedó postergado de hecho y sin fecha para que sea considerado en algún otro momento.