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Exterior
30/07/2020

EE.UU. tiene rodeada a Venezuela pero no logra derrotar al chavismo

EE.UU. tiene rodeada a Venezuela pero no logra derrotar al chavismo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El hostigamiento es económico, militar y propagandístico. Hace más de un año rige “un bloqueo total” a la economía. El gobierno venezolano denunció que los daños en plena pandemia son “crímenes de lesa humanidad”. Trump buscará su reelección en noviembre y se teme que antes pueda ordenar un ataque armado.

Desde comienzos de este siglo, a partir de los primeros años de la Revolución Bolivariana liderada por Hugo Chávez, Venezuela se convirtió en el país de América Latina más hostigado por Estados Unidos -si no se tiene en cuenta a Cuba, agredida desde hace seis décadas-. Donald Trump tiene rodeada en todo sentido a la nación suramericana, pero está por completar su mandato presidencial sin conseguir, hasta ahora, derrotar al proceso chavista.

El estadounidense, que el 3 de noviembre próximo intentará ser reelegido, asumió en enero de 2016. Desde entonces profundizó el cerco económico, militar, diplomático y propagandístico contra el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, que ha resistido todos los embates a pesar del sufrimiento de la población debido a las sanciones económicas de EE.UU. y países aliados.

El mayor peligro para la paz en América Latina es que Trump se decida a perpetrar un ataque militar completo contra Venezuela, como forma de legitimarse ante la opinión pública norteamericana y así conseguir el apoyo electoral que le daría la reelección. Por ahora, cuando faltan tres meses para los comicios, distintas encuestas lo muestran como probable perdedor por entre 10 y 15 puntos ante su principal competidor, Joe Biden.

El gobierno venezolano, por su parte, convocó a elecciones legislativas el 6 de diciembre de este año para renovar la totalidad de la Asamblea Nacional (parlamento). Una parte de la oposición acepta participar de los comicios.

En cambio, los sectores opositores sometidos a la estrategia norteamericana apuestan al derrocamiento del gobierno incluso mediante un ataque militar, como lo manifestó el diputado Juan Guaidó, a quien EE.UU., la Unión Europea y otros países con gobiernos de derecha consideran “presidente”.

Daños en plena pandemia

La asfixia económica ordenada desde Washington se incrementó año tras año y los consecuentes problemas de hiperinflación y desabastecimiento son gravísimos para la población venezolana. A ello se agregó este año la pandemia del coronavirus y la obligada parálisis de gran parte de la actividad productiva como medida para disminuir la circulación de personas y reducir los contagios.

En febrero pasado, cuando la enfermedad empezó a azotar a Latinoamérica, Venezuela denunció a Estados Unidos ante la Corte Penal Internacional (CPI) por considerar que las sanciones económicas impuestas a su Estado, funcionarios, ciudadanos o empresas del país representan “crímenes de lesa humanidad”.

La denuncia fue ampliada el pasado 26 de junio. El canciller venezolano, Jorge Arreaza, dijo en la ocasión que “en un proceso tan delicado para la humanidad, que te impidan la importación de mascarillas, los test, los ventiladores, lo necesario para atender la producción económica, que se ha visto afectada en todos los países del mundo por el coronavirus, es sin lugar a dudas un delito de lesa humanidad”.

Entre las medidas más recientes de Estados Unidos contra Venezuela, el ministro de Asuntos Exteriores destacó la sanción contra cinco capitanes de barco iraníes que entregaron 1,5 millones de barriles de petróleo a Venezuela, una transacción penalizada por las sanciones estadounidenses.

Recordó, además, que Venezuela tiene embargados casi 10.000 millones de dólares en Estados Unidos y en Europa, además de 31 toneladas de oro bloqueadas por Gran Bretaña

"Esos recursos son de los venezolanos, no son de los Estados Unidos, de la Reserva Federal (Banco Central norteamericano). No son de la oposición ni del Banco de Inglaterra. Son para la salud, alimentación, vivienda y necesidad social" de los venezolanos, afirmó Arreaza.

Ahogo económico

Al explicar la estrategia norteamericana de asfixia económica, un informe periodístico de mediados de 2019 describía algunas de las medidas que paulatinamente afectaron a Venezuela. 

Por ejemplo decía que “la proveedora de servicios financieros Euroclear retuvo 1.650 millones de dólares venezolanos que iban a ser destinados a la compra de alimentos y medicinas”. Agregaba que “el laboratorio BSN Medical, de Colombia, canceló el despacho para Venezuela del tratamiento para malaria (Primarquina)”.

Además decía que “el Banco Wells Fargo retuvo y anuló pago de 7,5 millones de dólares, por concepto de venta de energía a Brasil”, mientras que “2.200 toneladas de carne de cerdo fueron retenidas por dos semanas en la frontera con Venezuela y varias toneladas se pudrieron durante la retención”.

Estas informaciones, contenidas en un informe del portal de Telesur, consignan también que “en julio de 2016 las cuentas bancarias del Banco Central de Venezuela y del estatal Banco de Venezuela, cerradas por Citibank, dificultaron el pago a proveedores de bienes esenciales para el país”.

Ese conjunto de decisiones para ahogar a la economía venezolana, se agravaron aún más desde hace un año, cuando el 6 de agosto de 2019 el presidente de Estados Unidos ordenó un bloqueo total a los bienes estatales del Venezuela en territorio estadounidense.

Así, según el mencionado informe de Telesur, Trump “vetó las compras de deuda emitidas por el Banco Central venezolano y por la empresa estatal Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa) por parte de personas naturales o jurídicas estadounidenses o con vínculos económicos con ese país”. Igualmente, “prohibió todas las transacciones relacionadas con deudas del gobierno venezolano o de sus empresas, incluidas las facturas petroleras”. 

También el decreto trumpista “vetó la compra de propiedades venezolanas”, por lo cual “personas naturales y jurídicas estadounidenses, o relacionadas con ese país, no podrán participar en cualquier venta o transferencia de cualquier activo venezolano o participación accionaria con mayoría de propiedad venezolana (superior al 50 por ciento)”.

Buque de guerra y persecución judicial

Paralelo al bloqueo económico, son permanentes el cerco militar y las amenazas de ataque de Estados Unidos contra Venezuela. El reciente 16 de julio, un buque de guerra norteamericano -el USS Pinckney (DDG-91)- ingresó en aguas jurisdiccionales venezolanas. 

El gobierno de Maduro denunció la “violación del derecho marítimo internacional”, y dentro de ese contexto el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, advirtió a las autoridades estadounidenses que “si cruzan la línea roja, recibirán una respuesta contundente de la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana)”.

Por otro lado, como un instrumento más de sus planes para derrotar el proceso fundado por Chávez y continuado por Maduro, EE.UU. se arroga derechos de persecución contra cualquiera de los integrantes de los poderes públicos venezolanos. 

El secretario de Estado (canciller) norteamericano, Mike Pompeo, la semana pasada anunció que se otorgaría una recompensa de cinco millones de dólares por información que lleve a la detención del presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Maikel Moreno.

El magistrado es un importante y respetado jurista que, según el gobierno de Trump, “debe responder ante un juez (norteamericano) por distintos casos de corrupción”.

Todos de acuerdo, aún los opositores a Trump

En Estados Unidos, excepto sectores progresistas pero minoritarios del Partido Demócrata, el conjunto de su dirigencia política y de los poderes militares, empresariales y de los medios de comunicación, está de acuerdo con derrocar de la forma en que fuere al gobierno venezolano.

Sin embargo, el hecho de no haberlo conseguido hasta ahora, y a pesar de tener al país suramericano asfixiado económicamente y amenazado militarmente, provoca críticas desde sectores que respaldan la agresión contra Venezuela pero son opositores a Trump.

Un editorial del poderoso diario Washington Post publicó el 14 de julio que “la administración Trump todavía está tratando de ahogar las exportaciones de petróleo e importaciones de gasolina de Venezuela, pero ya no tiene una estrategia coherente de cambio de régimen”.

Recordó no obstante que Trump, “en busca de votos en Florida”, que es un estado decisivo para ganar nuevamente la presidencia y donde hay centenares de miles de migrantes antichavistas, dijo el 12 de este mes que “‘algo va a pasar con Venezuela’, y Estados Unidos ‘estará muy involucrado’"

29/07/2016

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