Los efectos del coronavirus y la consecuente parálisis de la economía agravan los problemas previos. En varios países de América Latina el hambre deriva en protestas populares que son reprimidas por los gobernantes, como es el caso Chile y Bolivia. El cuadro empeora en Ecuador, donde el gobierno lanzó un plan de ajuste y las movilizaciones de rechazo se extienden por las principales ciudades.

En Santiago, la capital chilena, así como en Valparaíso y otras ciudades, entre este lunes y martes se realizaron distinto tipo de expresiones de rechazo a la situación que se vive, pocos días después de iniciada la cuarentena obligatoria que comenzó el pasado viernes.

En la zona de El Bosque, en el Gran Santiago, personas en situación de necesidad levantaron barricadas y a la noche prendieron fogatas. Denunciaron que no tenían para comer y que ellos y sus familias pasaban hambre. Los Carabineros atacaron a los manifestantes y se llevaron detenidos al menos a decenas de ellos. En barrios de clase media se produjeron cacerolazos.

El domingo a última hora el presidente Sebastián Piñera había prometido distribuir 2,5 millones de cajas con alimentos en sectores vulnerables y de clase media, pero no dijo ni cómo ni cuándo se haría la repartición. 

El lunes, ya desatadas las protestas callejeras y la represión, Piñera salió apresuradamente a informar que las provisiones llegarán a 70 por ciento de los hogares, directamente a las casas, y que eso ocurrirá esta semana o a principios de la próxima, pidiendo tranquilidad y compresión.

La promesa de comida hizo que centenares de personas se volcaran a las municipalidades para obtenerla, pero los alcaldes (intendentes) no pudieron ofrecer respuesta porque el anuncio presidencial los tomó por sorpresa y no tenían información oficial. Desde hace semanas, los gobiernos municipales reclamaban asistencia del Estado nacional, tanto financiera como en alimentos.

“El hambre se está viendo desde hace varias semanas. Cada día la gente está organizando más ollas comunes (…) y la gente viene, no como antes que era un comedor, ahora vienen a buscar comida para llevarla a la casa”, declaró Claudia Pizarro, alcaldesa de La Pintana, otro sector popular del Gran Santiago.

La funcionaria reprochó al gobierno de Piñera por haber hecho “anuncios espectaculares”, pero “no está llegando al momento en que se necesita”. Agregó que “la gente ya no da más, es el hambre o el coronavirus”. Advirtió que las tasas de casos positivos por la enfermedad en La Pintana son de más de 40%. “Aquí va a morir mucha gente, espero equivocarme”, dijo la alcaldesa chilena.

El alcalde de La Cisterna, Santiago Rebolledo, valoró los anuncios del gobierno pero criticó su tardía implementación, y aseveró que sus vecinos “ya están pasando hambre”, lo que califica como una “epidemia social”.

En El Bosque, el jefe comunal Sadi Melo aseguró que las personas están atravesando una pandemia social, por la falta de alimentación que están comenzando a sufrir, por lo que emplazó a las autoridades nacionales para que sean efectivos en la entrega de la ayuda prometida.

Ecuador: ajuste en plena pandemia

En Ecuador, en plena pandemia, el presidente Lenín Moreno anunció un recorte del gasto público de más de 4.000 millones de dólares, que incluirá reducciones salariales de los trabajadores públicos. Al menos en 11 ciudades del país hubo protestas en los últimos días.

En un discurso grabado a la Nación, Moreno defendió una serie de medidas de ajuste presupuestario del Estado en que, de esa manera, se podrán paliar "los estragos" generados por la pandemia. Aseguró que “sumadas todas las guerras y desastres naturales que ha sufrido el país a lo largo de la historia, nunca llegaríamos a las pérdidas humanas y económicas que hoy vivimos".

El mandatario justificó la aprobación de la ley de Apoyo Humanitario, además de la de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, que en la práctica aplica una severa reforma laboral. Anunció además la eliminación de siete empresas públicas, entre ellas la aerolínea TAME, y un aumento de los precios de los combustibles.

En relación con las críticas recibidas por haber pagado deuda externa al inicio de la pandemia, Moreno argumentó que se cancelaron 341 millones, lo que permitió un ahorro de 1.300 millones por intereses, gracias a los cuales se obtuvieron 1.400 millones de los organismos multilaterales en condiciones muy favorables.

Esta semana se realizaron protestas en ciudades como Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja, Manta, Portoviejo, Santo Domingo, Quevedo, Latacunga, Tulcán e Ibarra. Los manifestantes expresaron su descontento por la aprobación de la llamada Ley Humanitaria

Denuncian que la norma atenta contra los derechos laborales adquiridos y que una de sus consecuencias será la rebaja de sueldos. Voceros de los participantes en las movilizaciones explican que la revisión unilateral del horario de trabajo tendrá efecto directo en un menor pago de salarios a los trabajadores.

Bolivia: “Queremos trabajar”

También en Bolivia se produjeron protestas populares por las consecuencias sociales de la pandemia. En muchas ocasiones se reclama el levantamiento de la cuarentena. “Queremos trabajar, nos están matando de hambre”, han expresado manifestantes a medios periodísticos.

Algunas de las protestas incluyen muestras de repudio al gobierno de facto que encabeza Jeanine Áñez y exigencias de llamado a elecciones presidenciales.

En la ciudad de El Alto, vecina a la capital La Plata, grupos de personas bloquean carreteras desde la tarde del domingo. Noticias que circulan por las redes sociales afirman que al menos en 10 puntos del país hay manifestaciones similares.

Regiones del país como el norte de Potosí, Eucaliptos en Oruro, el camino a Copacabana en La Paz, en el municipio de Yapacaní en Santa Cruz y en K’ara K’ara en Cochabamba, instalaron también, desde la semana pasada, varios puntos de bloqueo exigiendo que se levante la cuarentena por el coronavirus.

En ese contexto, grupos de manifestante exigen la renuncia de Áñez y del poderoso ministro de Gobierno, Arturo Murillo, quien dirige la represión a opositores desde que se produjo el golpe de Estado contra Evo Morales.