Desde hace 35 años no eran tan complicadas las condiciones en que un gobierno argentino debe relacionarse con otro de Brasil. Ese país está presidido por un militar retirado ultraderechista que reivindica a las dictaduras, lleva adelante una política económica que libera al capitalismo trasnacional de todo control del Estado, y tiene un completo alineamiento con el gobierno norteamericano de Donald Trump.

Con ese Brasil encabezado por Jair Bolsonaro está obligado a relacionarse la Argentina que desde hace dos meses conduce Alberto Fernández, y el presidente le encargó la difícil misión al ministro/canciller Felipe Solá, y de forma añadida a Daniel Scioli, designado embajador en el vecino país. Estos dos últimos, junto con el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, iniciaron ayer la desafiante tarea.

La delegación argentina se reunió con el actual jefe de Estado brasileño, luego de hacerlo de forma separada con su ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo. Ambos gestos diplomáticos constituyen un verdadero “romper el hielo” para los vínculos entre ambas naciones y uno concreto fue el anuncio de la eliminación de barreras sanitarias para 26 productos argentinos.

Por primera vez desde que a mediados de los años ‘80 finalizaran las dictaduras en los dos países, y como manifestación de perfiles ideológicos y modelos políticos y económicos muy contrapuestos, los gobiernos de Bolsonaro y Fernández empezaran su relación en muy malos términos. Ello incluyó declaraciones públicas del brasileño a favor de su aliado Mauricio Macri durante la campaña electoral, y réplicas del actual mandatario argentino.

Tras la conversación de ayer con el presidente de Brasil, el canciller Solá dijo que Bolsonaro le propuso reunirse con Alberto Fernández en Montevideo el próximo 1 de marzo, cuando asuma el nuevo mandatario uruguayo Luis Lacalle Pou.

El ministro argentino dejó en claro, a través de Twitter, que “el objetivo de construir consensos con nuestro principal socio regional”, y que además “la relación estratégica y el afecto mutuo entre los pueblos son más importantes que las diferentes ideológicas”.

Vinimos a Brasil con el objetivo de construir consensos con nuestro principal socio regional. La relación estratégica y el afecto mutuo entre los pueblos son más importantes que las diferencias ideológicas.

Gracias @jairbolsonaro por recibirnos. pic.twitter.com/TfU8uejLt0

— Felipe Solá (@felipe_sola) February 12, 2020

En otro de sus mensajes por la misma red social, el ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país aseguró que “tenemos claro que los acuerdos fundamentales entre Argentina y Brasil ni solo tienen que mantenerse sino que deben multiplicarse”, y remarcó que “nos costó décadas construir la paz y la integración en la región”.

Efectivamente, mientras rigieron las dictaduras en la segunda mitad del siglo pasado, los respectivos gobiernos consideraron al otro país como enemigo, y cada cual tuvo al otro en una de las hipótesis de conflicto militar más relevantes. 

Eso cambió rotundamente cuando a fines de 1983 asumió en Argentina Raúl Alfonsín, y en 1985 lo hizo en Brasil José Sarney, quien fue presidente de transición elegido por voto indirecto -vía un colegio electoral- en la última etapa del régimen dictatorial. Ellos iniciaron la convivencia pacífica entre las dos naciones, y fueron los presidentes fundadores del Mercosur.

Mercosur y Fondo Monetario

Previo al encuentro con Bolsonaro, y tras conversar con su par, el canciller Araújo, Solá dijo que las conversaciones cumplían “el objetivo de discutir el Mercosur y las relaciones bilaterales en el marco del acercamiento y la amistad”. Agregó que “este es un viaje para una cita de calidez o amigabilidad entre los dos países”.

También dijo que “le pedimos a Brasil que nos apoye en la manera en que puedan con el FMI (Fondo Monetario Internacional), porque es el primer paso de una escalera”. Explicó que “en caso de un buen acuerdo lo que pedimos es tiempo para crecer y para pagar”, y enfatizó que “no caeremos en default” (cesación de pagos).

Volviendo al tema Mercosur, el ministro argentino de Relaciones Exteriores manifestó que su homólogo brasileño había acordado “convocar a una reunión bilateral de comercio, aún sin fecha, para analizar el panorama bilateral, regional y global”. Definió asimismo que “fortalecer el Marcosur no es ir para atrás o apegarse al pasado”.

Consultado sobre eventuales medidas para proteger a la industria argentina de las importaciones, Solá restó importancia a esa posibilidad al afirmar en cambio que “debemos hacer acuerdos de libre comercio con otros países y regiones” como ocurre “con el EFTA (Asociación Europea de Libre Cambio, por sus siglas en inglés), Israel, la Alianza para el Pacífico, Singapur. Estamos con la mente abierta y vamos a tratar de no ser una traba”, expresó.

Además de Solá, Scioli y el secretario Béliz, también integraron la comitiva el vicecanciller Pablo Tettamanti; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme; la subsecretaria de Asuntos del Mercosur, Marilita Squeff; y el jefe de gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Cháves.

Por Twitter, el embajador argentino en Brasil calificó de “encuentro fructífero” a la reunión con Bolsonaro, y evaluó que se estaba ante una “misión cumplida” y “se viene la próxima”.

Fructífero encuentro con el presidente @jairbolsonaro junto a nuestro canciller @felipe_sola.

Misión cumplida, se viene la próxima. pic.twitter.com/JkP0nuqA1G

— Daniel Scioli ???????? (@danielscioli) February 12, 2020

En otros tuits, Scioli informó que “respondiendo un pedido de sector automotor de ambos países, el gobierno de Brasil se comprometió en los próximos quince días a internalizar el acuerdo automotor suscripto el año pasado”. 

Además, “como muestra del trabajo continuo y conjunto entre ambos países, ayer (por el martes) se eliminaron 26 barreras sanitarias para productos argentinos, lo que permitirá aumentar la exportación de nuestros productos en esos rubros”, dijo el ex gobernador bonaerense y candidato presidencial en 2015.