Jeanine Áñez, la senadora boliviana y presidenta de facto nombrada tras la destitución de Evo Morales, trata de asentarse en el poder mientras la Policía y las Fuerzas Armadas reprimen las protestas contra el golpe de Estado. El sector del líder derrocado, cuya expresión partidaria es el Movimiento al Socialismo (MAS), se mostró activo en el Parlamento y nombró representantes suyos como nuevos presidentes de las dos cámaras. 

El país vive un estado de violencia militar y policial caracterizado por ataques contra partidarios del “evismo” -por Evo-, y particularmente contra indígenas y ex funcionarios. En ese marco, desafiando la represión de la Policía, las Fuerzas Armadas y las bandas civiles extremistas, miles de personas se movilizan en distintos puntos de La Paz, la capital del país.

En la Plaza Murillo, centro político simbólico de la ciudad, grupos de manifestantes clamaron ayer “¡Áñez racista, queremos tu renuncia!”, “¡Áñez golpista, fuera del palacio!" y “¡Que vuelva Evo!". También exigieron respeto a la bandera Whipala, que representa valores de los pueblos originarios y fue quemada públicamente por grupos golpistas. 

Una columna llegada desde la vecina ciudad de El Alto ingresó pacíficamente a la capital bajo una persistente llovizna y trató de aproximarse lo más posible a la casa de gobierno, que estaba rodeada por barricadas bajo custodia policial.

Unas seis horas después de iniciada la movilización, militares con equipos antidisturbios y armamento de guerra fueron desplazados al lugar para intimidar a los manifestantes. Algunos se mantuvieron en el lugar y otros se retiraron para resguardarse de la violencia represiva.

La cantidad de muertos en el país, como es habitual en este tipo de circunstancias caóticas, se desconoce. Una fuente no gubernamental tomada como referencia por medios internacionales, que es el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) de Bolivia, informó que diez personas murieron en hechos ligados a la violencia política desatada por los sediciosos.

“Morales no está habilitado”

Ayer Añez ratificó que su intención es convocar a elecciones pronto pero aclaró que el mandatario destituido no está habilitado. Dijo que el MAS “tiene todo el derecho de participar pero le sugeriría que vayan buscando candidatos, porque Evo Morales no está habilitado para un cuarto mandato”

La senadora derechista, proclamada “presidenta” del país por un grupo de parlamentarios aliados al golpe que sesionaron sin quórum.se quejó además por las declaraciones de Evo desde su asilo en México porque “incitan” a la población boliviana.

Anunció que la Cancillería tomará acciones para que el gobierno mexicano respete los protocolos internacionales. Se supone de que es un exiliado y que no tiene el derecho de estar haciendo manifestaciones públicas incitando desde donde está a la población (…) Creo que es verdaderamente vergonzoso lo que hace”, afirmó Áñez.

El MAS se activa en el Parlamento

El “evismo” logró reunir mayorías de parlamentarios en las dos cámaras del Congreso y designó nuevas autoridades. El Senado está conformado por 36 miembros, de los cuales 25 son del MAS, mientras que Diputados tiene 130 diputados, 88 de ellos partidarios del  derrocado líder indígena.

Como presidente de esta última Cámara fue nombrado Sergio Choque, que en su primer discurso pidió a la Policía que deje de amedrentar a los diputados aliados del sector de Morales. "Pedimos paz y reprochamos hechos de vandalismo, las autoridades correspondientes deben realizar las investigaciones", dijo.

Tras denunciar que los manifestantes que protestaron contra el golpe de Estado han sido "masacrados por la Policía y las Fuerzas Armadas", Choque propuso un proyecto de Ley para que los militares regresen a los cuarteles.

La Cámara de Senadores designó como presidenta a Mónica Eva Copa, también del MAS. De esa forma, en las dos ramas de la Asamblea Plurinacional (parlamento) representantes del espacio político echado del gobierno retomaron una actividad que en principio les permite resistir al golpe.

Enviado de Naciones Unidas

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, designó a Jean Arnault como enviado personal para visitar Bolivia, con el fin de contactar a los actores relevantes y ofrecer el apoyo que permita encontrar una vía pacífica tras el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales.

El portavoz oficial, Stephan Dujarric, dijo que el alto funcionario de la máxima institución internacional continúa “muy preocupado” por la situación tras el golpe de Estado, e instó a cesar la violencia y actuar con la máxima moderación posible.

Respecto del viaje de Arnault a la nación suramericana, Dujarric destacó que esta decisión es una iniciativa personal de Guterres para ayudar "a la gente de Bolivia a encontrar una vía pacífica a la actual crisis".