“Parto rumbo a México” y “pronto volveré con más fuerza y energía”, escribió por Twitter a las 22.30 de anoche el destituido presidente boliviano, Evo Morales, luego de haber recibido ofrecimiento de asilo por parte del gobierno mexicano encabezado por Andrés Manuel López Obrador. 

Bolivia quedó presa de la violencia desatada por las bandas racistas y de ultraderecha que perpetraron el golpe de Estado, a las cuales se sumarán ahora las Fuerzas Armadas que, a través del comandante en jefe, Williams Kaliman, anunciaron que desplegarán “acciones conjuntas” con la Policía. 

Kaliman es el mismo que el domingo le dijo al presidente que renunciara, y su anuncio de ayer puede interpretarse como una intervención militar directa en la represión de las protestas desarrolladas por ciudadanos y organizaciones que se manifiestan en contra del golpe y en solidaridad con Morales. 

Tras consumarse el golpe de Estado, las calles y demás espacios públicos de las principales ciudades fueron copadas por extremistas contrarios al sector del presidente constitucional. Las bandas armadas saquearon viviendas de dirigentes identificados con el derrocado oficialismo, y asaltaron comercios y edificios del Estado. 

En sentido contrario, centenares de personas se movilizaron desde la mañana en la ciudad El Alto, vecina a La Paz, para rechazar el golpe y para reclamar que el presidente constitucional retomara sus funciones. Los ciudadanos fueron reprimidos por agentes policiales, quienes atacaron con balas de goma, dejando varios heridos y dos de gravedad.

Aunque dirigentes golpistas junto con las fuerzas de seguridad amenazan con atacar las manifestaciones sociales, el vocero de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales, Henry Mamani, anunció que la organización se suma a las protestas “en respeto a la democracia”.

La vida de Morales “corría riesgo”

Ayer a la tarde el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, confirmó que fue aprobada la solicitud de asilo político del derrocado mandatario, luego que este la hiciera ante el “riesgo que corría su vida”. 

Luego de ese anuncio oficial desde el país centroamericano, a última hora de la jornada Morales publicó el tuit antes mencionado. “Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”.

Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía.

— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 12, 2019

Desde el sector golpista, tras 24 horas de silencio apareció con un mensaje Kaliman, el jefe de las Fuerzas Armadas, para anunciar que saldrían a las calles. "Ante los actos vandálicos se empleará la fuerza de forma proporcional. Hacemos llamado a la cordura y la paz (...) Recordando a la población que nunca las Fuerzas Armadas abrirán fuego contra ella", dijo el militar.

Así lo había reclamado anteriormente la segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez, una dirigente de derecha que según la ley de acefalía quedó en el primer lugar de la línea sucesoria a la presidencia, tras la renuncia de Evo, del vicepresidente Alvaro García Linera, y de los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados.

En un video que difundió públicamente, la legisladora aliada al golpe pidió a las FF.AA. unirse con la Policía Nacional para "controlar las hordas masistas", refiriéndose a militantes y simpatizantes del MAS (Movimiento Al Socialismo), el partido que fuera fundado y liderado, desde los primeros años de este siglo, por el ahora derrocado presidente. La Policía, a su vez, se había declarado “desbordada” para controlar el orden público.

Rápidamente, el cabecilla golpista Luis Fernando Camacho, un fanático que hace permanentes invocaciones a “Dios” y exhibe la Biblia y otros símbolos religiosos, celebró en su cuenta de Facebook la decisión de Kaliman y responsabilizó de los desmanes y los saqueos a los partidarios de Morales.

En tanto, Jeanine Áñez se apresta a intentar, posiblemente mañana (miércoles), realizar una sesión de la Asamblea Nacional (parlamento) para deliberar sobre la situación que vive el país y encarar la designación de un gobierno, pero no será fácil que consiga quórum.

Trump avaló el golpe

Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump saludó el golpe de Estado en Bolivia y aseguró que la renuncia de Morales y de todo el gobierno abre "un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental". 

El jefe de Estado norteamericano, que no se había expresado sobre la situación en Bolivia, también felicitó al ejército de ese país "por acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la Constitución".

En un comunicado publicado en la web de la Casa Blanca, afirmó que Evo Morales estaba en el poder "después de casi 14 años" y aseguró que pretendía "anular la constitución boliviana y la voluntad del pueblo".

Trump consideró que el hemisferio occidental está "un paso más cerca de un hemisferio occidental completamente democrático, próspero y libre". Por eso saludó a la población boliviana por "exigir libertad".

En el escrito, también lanzó una advertencia a los que denominó “regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua" y señaló que “la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán”. 

“La partida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que el pueblo boliviano escuche sus voces", completó Trump.