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Argentina
04/08/2024

Renuncias, viajes y gestión en la era Milei

Renuncias, viajes y gestión en la era Milei | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Funcionarios de alto rango que renuncian o son echados. Viajes presidenciales que se multiplican con “días en blanco”. Declaraciones (y acciones) furibundas. A casi ocho meses de llegar a la Casa Rosada, el modelo de gestión libertario genera más interrogantes que respuestas.

Daniel Giarone

Sesenta altos funcionarios políticos renunciaron a sus cargos o fueron despedidos en los últimos siete meses. Uno cada cuatro días. En el mismo lapso, es decir desde que asumió la Presidencia de la Nación el 10 de diciembre pasado, Javier Milei realizó 12 viajes al exterior. Estuvo fuera del país 46 sobre 229 días de gobierno.

Los datos se desprenden de un relevamiento que hizo el politólogo Pablo Salinas y al que tuvo acceso Va Con Firma. “Si bien no hay estadísticas a nivel global, que cada cuatro días se vaya un funcionario del gobierno, o porque lo echan o porque renuncia, está fuera de toda norma en tan poco tiempo de gestión. Se fueron ministros, jefe de gabinete o titulares de organismos y empresas públicas. Son todos cargos de subsecretarios para arriba”, explica el propio consultor.

A esto se suma que si bien la burocracia permanente, que son los funcionarios de carrera que ponen en marcha el andamiaje estatal, sigue en sus puestos, se encuentra jaqueada por la política de ajuste y recortes que lleva adelante el gobierno central. Así, áreas claves para política social o productiva encuentran dificultades para funcionar o directamente están paralizadas.

Según el trabajo, el ranking de altos funcionarios eyectados de sus puestos lo encabeza el ministerio de Capital Humano, que encabeza Sandra Pettovello, con un 30 %. En segundo lugar, aparece el ministerio de Economía, a cargo de Luis “Toto” Caputo. En ambos casos se trata de estructuras mayores de lo habitual, consecuencia de la reestructuración del organigrama estatal que lleva adelante el gobierno.

Si bien el actual cuadro de situación tiene pocos antecedentes en un gobierno que recién se inicia, permite formular al menos tres interrogantes: ¿Cuál es el modelo de gestión pública que plantea la administración libertaria? ¿Cómo “maneja” el Estado quien anuncia que llegó para destruirlo? ¿Qué efecto tiene todo esto en la vida cotidiana de una sociedad agobiada por la crisis económica y el ajuste?

Causas y azares

Los motivos de la sangría de funcionarios son varios, confluyendo tanto la aversión presidencial a lo estatal como los rasgos de personalidad del propio Milei. Los últimos renunciados son un ejemplo de esa confluencia: Julio Garro (subsecretario de Transporte), Gregorio Borda (presidente de Intercargo), Alejandro Lex (director del BCRA) y Adrián Luque (presidente de Trenes Argentinos). Y, quizás, el más significativo: Nicolás Posse (Jefe de Gabinete).

Pero los despidos no suelen llegar solos. Salinas recuerda que cuando lo echaron a Posse de la Jefatura de Gabinete, a fines de mayo pasado, “toda la gente que él había puesto fue renunciando o directamente la echaron”.

El caso, además, pone de manifiesto la incidencia que tiene el carácter del presidente a la hora de tomar decisiones. Salinas explica que cuando se publica en el Boletín Oficial la salida de un funcionario con la fórmula “limitase la función de…” significa que “lo echaron, literalmente”. Y eso es lo que sucedió con el ex jefe de Gabinete.

“Así es muy inestable mantener un cuerpo de gobierno. En el caso de Posse, por ejemplo, había trabajado con Milei en la misma corporación y almorzaban a diario. Y de un día para el otro el presidente lo echó; despidió a una persona con la que estuvo almorzando casi todos los días durante quince años. Qué le queda al resto de los funcionarios después de esto”, remarca el consultor, quien fue jefe de los equipos del ministerio de Economía durante la gestión de Martín Guzmán.

Un tercer factor que explica la cantidad de salidas y expulsiones tiene que ver con que la Libertad Avanza no tenía, ni tiene, cuadros propios para poder gobernar. Por esta razón, muchos lugares, algunos de ellos muy importantes, demoraron en ser ocupados o directamente quedaron vacantes. La administración se fue conformando sobre la marcha.

“El gobierno -recuerda el consultor- tuvo que pedir ‘prestado’ a otras fuerzas políticas, como vemos con Daniel Scioli, Patricia Bullrich o Guillermo Francos. A esto hay que agregar los funcionarios que, después de asumir, se encontraron con que no tenían presupuesto, o que no podían llevar adelante lo que pensaban hacer, y a los que, además, se les fue complicando el diálogo con un presidente para quien todo es blanco o negro; esto en la gestión es especialmente difícil”.

Hubo casos donde incluso el despido se produjo a través de los medios comunicación. Así ocurrió con el ex secretario de Trabajo, Omar Yasin, a quien Milei echó durante una entrevista televisiva. Lo responsabilizó por el 48 % de aumento salarial otorgado en febrero pasado a los miembros del gabinete. Presidente incluido.

De aquí para allá

Desde el último viaje a París para asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos, entre el 25 y 27 de julio, Milei realizó 12 viajes al exterior. En 229 días de gobierno no estuvo en el país durante 46 días. El 20 % de lo que lleva de mandato. Algo que también parece ser una marca de la gestión libertaria.

Representar al país en el exterior es parte de la función (y de la responsabilidad) presidencial. Sin embargo, la pregunta que se hacen los analistas es sobre el carácter de los viajes. Y aquí las opiniones se dividen entre quienes creen que esconden la necesidad emocional de huir de una realidad abrumadora y aquellos que consideran que lo que se busca, en realidad, es construir un liderazgo global de la ultraderecha libertaria.

“Cuando uno analiza la mayoría de los viajes que ha hecho Milei al exterior cuesta ver cuál es la agenda. Por ejemplo, los argentinos no tuvimos acceso a la agenda de uno de los cuatro días que duró el viaje a París. Entonces, es válido preguntarse si era necesario ir ese día. Estas son las cosas que llaman la atención de muchos de los viajes del presidente”, advierte el experto.

Además, para Salinas “cuando se intenta establecer la relación entre días en el exterior y gestión, y se busca resultados, no se los encuentra. No se ve en la agenda, por ejemplo, el anuncio de inversiones. Si tenemos todos estos viajes y no tenemos resultados, ¿hacían falta? ¿su pueden pagar viajes con el dinero de los contribuyentes, de los cuales no se conoce ni siquiera la agenda? Lo máximo que se logró con estos viajes es que una vez Elon Musk twittee que la Argentina es un buen país para invertir”.

Respecto al papel internacional que busca desempeñar Milei, el experto considera que el presidente parece “más cómodo como profeta del libertarianismo que en el país, llevando el día a día de la gestión. No sólo no conocemos la agenda en el exterior sino tampoco la que tiene en el país. Muchas veces dependemos de que los periodistas realicen un pedido de información pública para conocer una u otra”.

“En cualquier caso- agrega- hay más viajes de Milei al exterior que al interior del país. Y eso dice un montón”. “Lo paradójico es que compitió para ser Jefe del Estado y, cuando asumió, dijo ser el topo que iba a destruir al Estado por dentro. Y ahí hay otra gran contradicción”. Esta puede, sin embargo, una parte sustancial de lo que está ocurriendo en términos de gestión.

Ayudando al capital

Es que lo que sucede en el Estado, con sus trabajadores, cuadros técnicos y funcionarios de carrera, no es neutro. Aun cuando se proclame que se quiere prescindir de él. Es que el Estado, en definitiva, siempre está.

“Según cómo lo mires el Estado puede resultar más chico o más grande, pero como estructura es más o menos el mismo. Podés achicar la obra pública o la cantidad de ministerios, pero después tenés compras directas todos los días, como las del ministerio de Seguridad para contar con un aparato represivo organizado de otro modo. El Estado siempre está”, advierte Salinas.

Sin embargo, lo que no parece persistir es una política pública respecto al propio aparato estatal. “La argentina no tiene una tradición de formar cuadros de la alta burocracia, como sucede en otros países. Y esto queda muy expuesto ahora. Es algo que habría que incorporar, ya que es mucha la responsabilidad y las consecuencias de una mala gestión”, subraya el especialista.

Y agrega: “A mí me tocó ver cuadros muy formados en el Estado, con la camiseta puesta y donde hay mucha memoria institucional. Por eso me preocupa mucho la cantidad de contratos de gente altamente capacitada que no se renuevan. Recuperar esta capacidad a futuro no va a ser fácil”.

Además, alerta que “es muy grave que empresas del sector privado van en busca de esos despedidos y les piden que apliquen todo lo que hacían desde la política pública (lo que en algunos cosas suponía incluso controlarlas), pero a la inversa. Esto también hace que el Estado pierda capacidad a futuro”.

Y por casa cómo estamos

La reconversión de las políticas públicas y de la función del Estado que promueve el gobierno de Javier Milei, sumado al modelo de gestión que lleva adelante, pone sobre la mesa una discusión que también interpela al resto de las expresiones políticas.

“La oposición, en todas sus vertientes, está hoy desarticulada. Y esto fortalece al gobierno. El desafío de quienes pretenden ser una alternativa al oficialismo es enorme. Y eso supone, entre otras cuestiones, entender al Estado de otra manera”, destaca Salinas.

Y completa: “El trabajo, tal y como lo conocíamos, terminó. El trabajo en el que vos entrabas y te jubilabas en ese mismo lugar, voló por el aire. Las nuevas generaciones ahora cambian de trabajo muy seguido. Y estos cambios ya están impactando en la organización social”.

Desde el peronismo al radicalismo, del Pro no mileista a las fuerzas políticas provinciales, la relación que establece la Libertad Avanza con la gestión de lo público pone a prueba la capacidad de respuesta opositora. Y es la sociedad, más que sus dirigentes, la que espera propuestas que marquen un camino diferente. Una esperanza para revertir el actual estado de cosas.

29/07/2016

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