La comunicación oficial de prensa del Gobierno dice que la Provincia de Neuquén “colocó”, en la bolsa de Nueva York, el bono “TiCaDe” (Título de Cancelación de Deuda), por u$s 235 millones a 12 años de plazo, con 4 de gracia (o sea que se comenzará a pagar en el próximo período de gobierno), a una tasa del 8,625 % anual y con las reservas de gas como garantía.

Es curioso, pero el verbo “colocar” alude a “poner las cosas en su lugar”. Alguien podría inferir entonces que el supuesto de que las cosas estén su lugar, significa que las reservas de gas neuquino están en manos de corredores de bolsa norteamericanos.

La decisión del Gobierno de utilizar este eufemismo devela el intento por esconder el verdadero significado. Lo que se realizó fue una operación de reestructuración de deuda, un plan canje: Neuquén asumió que no puede seguir cumpliendo sus compromisos y fue a buscar un nuevo plan de pago.

Quien haya comprado un lavarropas en cuotas sabe que eso significa pagar aún más caro el producto, que ya pagó con sobreprecio por la financiación original.

La provincia debe afrontar, este año, 5 mil millones de pesos para el pago de la deuda. Es el 17% del presupuesto. A ese número hay que agregarle el 58% que se llevan los salarios. Si el lector hace la cuenta, concluirá que las ¾ partes de lo que tiene para gastar el gobierno ya están comprometidas. Con lo que queda hay que funcionar.

En cambio, al gobernador le gusta una cuenta más positiva. Insiste en que “la deuda representa apenas un 30% del presupuesto”. Es cierto, a medias. Lo que en verdad importa son las cuotas que la provincia pueda afrontar, o que no pueda (como sucede desde hace un año).

Pero el realismo ingenuo (o el ingenuo realismo acuñado por Cortázar) no nos alcanza para toda la explicación, más compleja de escudriñar que el origen de la luna.

En declaraciones al programa “Viento Sur” (Radio Nacional Neuquén, lunes a viernes de 9 a 12 hs), Omar Gutiérrez dijo que “los fondos que ingresan por este bono son para la cancelación de deuda. Esta plata no es para afectar al funcionamiento del sector público provincial, no es para abonar salarios, aumentos salariales o gastos de funcionamiento”.

Y dejó entrever, también, que no sólo se traerán estos 235 millones de dólares, sino que podría aprovechar de una sola vez y “colocar” el total de los 350 millones autorizados por la Legislatura.

“Así que son dos operaciones”, explicó el Gobernador neuquino, “la primera de ayer en efectivo (…) pero también hemos lanzado la operación de canje que nos permitía la ley, después de la colocación en efectivo, en dinero del bono de ayer, así que durante 5 días está abierto a los mercados, nuevamente Neuquén está en una operación en la cual vamos a llevar adelante un canje por los títulos de deuda pública internacional que tenemos en circulación, que es el Ticap por un monto aproximado de 158 millones de dólares”.

Así entonces, en los próximos días, es muy probable que la Provincia de Neuquén concrete un nuevo endeudamiento con el que ascenderá a un total de 350 millones de dólares, en una operación de dos pasos: La colocación de bonos en efectivo por 235 millones y el canje de papeles con tenedores de deuda neuquina que vencería en el 2021, los bonos TICAP, por 158 millones. A estos últimos, se les entregarán estos nuevos bonos TICADE, que vencerán en 2028, con una apreciable renta a su favor.

Todo esto a una tasa del 8,6% anual (ver aparte), con lo que el monto final a devolver superará los 500 millones de dólares. Una curiosidad: Es la misma tasa con la que Neuquén comenzó su ciclo de endeudamiento hace diez años.

Ahora, ¿qué deuda está pagando Neuquén? Esa pregunta tiene respuesta (ver aparte) y su origen nos remonta al ex gobernador Jorge Sobisch.

La legalidad de la opción neuquina está refrendada por la mayoría legislativa del período anterior, que en el epílogo del mandato de su antecesor, el gobernador Jorge Sapag, le otorgó el permiso que hoy nos ocupa.

El MPN muestra una política que desde el año 2006 no para de incrementar la deuda pública en dólares, refinanciando en forma constante los vencimientos y profundizando un problema estructural en el presupuesto provincial, cada vez más condicionado.